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La fuerte disminución de las hospitalizaciones por afecciones cardiovasculares agudas durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19 llevó a los médicos de todo el país a preguntarse: «¿Adónde se han ido todos los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares?» A muchos les preocupaba que la disminución repentina y precipitada se debiera a efectos indirectos negativos de la pandemia, como que los pacientes evitaran la atención de emergencia. Otros especularon que estos patrones reflejaban un cambio real en la incidencia de eventos cardiovasculares agudos. Comprender los factores que impulsaron la disminución de las hospitalizaciones cardiovasculares (y si este tipo de hospitalizaciones se recuperaron a medida que avanzaba la pandemia) tiene implicaciones críticas para la salud pública a medida que Estados Unidos sale de la pandemia. Read more