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Con motivo del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cérvix o Cuello de Útero que se celebra este, 26 de marzo desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se hace un llamamiento a insistir en el uso de las medidas de prevención disponibles contra este tumor, uno de los más frecuentes en mujeres a nivel mundial, con más de 500.000 nuevos casos al año. En España es un tumor poco frecuente, con una estimación de algo más de 2.200 casos nuevos para este año, y unas 650 pacientes fallecidas en el año 2022 (últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española de Oncología Médica en su informe anual `Las cifras del cáncer en España´).
Se trata de un cáncer que se diagnostica en su mayoría en mujeres jóvenes con edades entre los 35 y los 50 años y cuya causa principal es la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se transmite por contacto sexual. Otros factores de riesgo para desarrollar la enfermedad son el tabaquismo, la inmunosupresión (pacientes afectadas por virus del VIH o que requieren tratamientos inmunosupresores), la coinfección por otras enfermedades de transmisión sexual (ITS), y el consumo de anticonceptivos orales durante largo tiempo.
En las últimas décadas, el conocimiento de la historia natural de este tumor y el desarrollo de estrategias de prevención mediante la inclusión de la vacunación frente al VPH en el calendario vacunal, y el cribado y diagnóstico precoz mediante citología y detección molecular de ADN del VPH han permitido frenar y curar la enfermedad cuando su diagnóstico y tratamiento se realiza de forma precoz y en los estadios tempranos de la enfermedad.
Estos avances, unidos a los tratamientos quirúrgicos y oncológicos, se han traducido en los últimos años en un descenso de más del 70% en la mortalidad por cáncer de cérvix en nuestro entorno. De hecho, la tasa de supervivencia del cáncer de cérvix se sitúa entre las más altas en los tumores que afectan a las mujeres en España, con un ligero ascenso en los últimos años, situándose en torno al 65%.
Por ello, desde la SEGO se insiste en la prevención, más aún cuando se trata de un tumor en la mayoría de casos evitable y con posibilidad de diagnóstico precoz. La vacunación contra el VPH se considera actualmente la estrategia más eficaz para reducir significativamente el riesgo del cáncer de cuello de útero, más aún cuando la infección crónica del VPH es la causa fundamental en más del 99% de los casos de cáncer de cérvix.
Asimismo, desde esta sociedad científica se enfatiza en la importancia de que las mujeres realicen sus revisiones periódicas con regularidad, para así poder diagnosticar y localizar el tumor y sus lesiones precursoras en estadios iniciales, o que, si presentan síntomas o detectan algún problema, acudan a su ginecólogo lo antes posible.
Los principales síntomas o signos del cáncer de cérvix son manchas de sangre o sangrado leve entre o después de la menstruación, sangrado menstrual más largo y abundante de lo normal, sangrado después de mantener relaciones sexuales o durante el examen pélvico en la consulta del ginecólogo, y aumento de la secreción vaginal.
Junto con la vacunación frente al VPH, el cribado de cáncer de cérvix es una estrategia de prevención efectiva y eficiente para prevenir el desarrollo del tumor. La citología cervical mediante técnica de Papanicolaou tiene una baja sensibilidad para el diagnóstico de lesiones de alto grado, pero compensa con una alta especificidad. La combinación de la detección molecular del VPH y la citología alcanza una sensibilidad para detectar estas lesiones de hasta el 96%.
La incidencia del cáncer de cérvix ha disminuido en las últimas décadas en España, debido fundamentalmente a un aumento de diagnóstico de lesiones precursoras y su tratamiento oportuno, al aumento poblacional e inmigración, el envejecimiento de la población, y la exposición a factores de riesgo vinculados al estilo de vida. La inclusión de la vacuna del HPV en el calendario vacunal es de esperar que produzca una disminución del diagnóstico de lesiones asociadas al virus y lógicamente en la incidencia de cáncer de cérvix.
Por ello, desde la SEGO también se insiste en la importancia de evitar otros factores de riesgo a nivel general que pueden provocar cualquier cáncer, como los vinculados a un estilo de vida poco saludable, como pueden ser el tabaquismo y el consumo de alcohol, y adoptar hábitos saludables como realizar ejercicio físico de forma regular y llevar una alimentación equilibrada.
26 marzo 2024| Fuente: IMMédico| Tomado de | Noticia
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Hamburgo, DEU. El uso de los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede llevar a un subdiagnóstico, debido a los efectos de la pérdida de sangre menstrual en las lecturas de hemoglobina glucosilada, según muestra el primer estudio de este tipo.[1]
El análisis estima que, de las mujeres menores de 50 años no diagnosticadas, 17% más podrían ser reclasificadas como diabetes de tipo 2, y que las menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada notablemente más baja que los hombres menores de 50 años, con una media de 1,6 mmol/mol.
En un estudio que se presentó en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, los investigadores querían investigar si un factor que contribuye al diagnóstico tardío de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede ser la diferencia en niveles de hemoglobina glucosilada debidos al reemplazo de hemoglobina relacionado con la pérdida de sangre menstrual.
El estudio fue publicado en versión electrónica en Diabetes Therapy, donde los investigadores señalaron que «si el umbral para el diagnóstico de diabetes… se redujera en 2 mmol/mol para mujeres menores de 50 años, 17% adicional a estas (el equivalente aproximado a 35.000 mujeres en Inglaterra y Gales) serían diagnosticadas con diabetes…, lo que puede contribuir con hasta 64% de la diferencia en las tasas de mortalidad entre hombres y mujeres con diabetes de tipo 2 entre los 16 y 50 años».[2]
Añadieron que se encontró que los niveles de hemoglobina glucosilada en mujeres menores de 50 años eran consistentemente más bajos que los de los hombres, y que los niveles de hemoglobina glucosilada en las mujeres alcanzan el equivalente a los de los hombres hasta diez años después, lo cual «puede resultar en un retraso en el diagnóstico de la diabetes de tipo 2 en mujeres premenopáusicas».
Al señalar que el estudio fue observacional, el autor principal, Dr. Adrian Heald, endocrinólogo consultor de Salford Royal NHS Foundation Trust, en Salford, Reino Unido, dijo que «puede darse el caso de que la prediabetes y la diabetes de tipo 2 en las mujeres no se detecten porque el punto de corte debe ser ligeramente más bajo, pero además de nuestros hallazgos, se necesita un estudio sistemático que muestree la población de individuos en riesgo».
«También debemos volver a referirnos al uso de la prueba de tolerancia a la glucosa, porque la hemoglobina glucosilada se ha utilizado durante los últimos 15 años, pero no es el estándar de oro», añadió el Dr. Heald. «Los médicos a menudo se han preguntado si a los pacientes se les puede pasar por alto la medición de hemoglobina glucosilada o incluso si se les puede sobrediagnosticar».
Lucy Chambers, Ph. D., de Diabetes UK, reconoció que la investigación fue valiosa, pero agregó que «se necesita indagar más sobre las diferencias de sexo en los umbrales para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 antes de hacer cualquier cambio en la práctica clínica. Mientras tanto, alentamos a los médicos a seguir la guía actual respecto a no descartar la diabetes de tipo 2 basándose en un nivel único de hemoglobina glucosilada por debajo del umbral de diagnóstico».
Pero en apoyo de una mayor comprensión sobre las diferencias sexuales en los umbrales del diagnóstico de hemoglobina glucosilada, Chambers añadió que «recibir un diagnóstico preciso y oportuno garantiza que las mujeres reciban el tratamiento y el apoyo necesarios para controlar su diabetes de tipo 2 y evitar complicaciones a largo plazo, incluida la enfermedad cardiaca», donde las desigualdades en la atención basadas en el sexo ya contribuyen a peores desenlaces para las mujeres».
Efecto del rango de referencia de hemoglobina glucosilada sobre el diagnóstico de diabetes de tipo 2 y enfermedad cardiovascular asociada
En comparación con los hombres, las mujeres con diabetes de tipo 2 tienen un peor control glucémico, un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, esperanza de vida reducida (5,3 años menos frente a 4,5 años menos) y una mayor carga de factores de riesgo, como la obesidad y la hipertensión en el momento del diagnóstico.
Además, la diabetes de tipo 2 es un factor de riesgo más fuerte de enfermedad cardiovascular (ECV) para mujeres que para hombres, y las personas de entre 35 y 59 años que reciben un diagnóstico tienen el mayor riesgo relativo de muerte cardiovascular en todos los grupos de edad y sexo.
Los investigadores indicaron que estudios anteriores observaron diferencias en la hemoglobina glucosilada en relación con la menopausia, y también encontraron que «después de los 50 años, los niveles aumentaban en las mujeres».
Sin embargo, destacaron que la implicación de los diferentes rangos de referencia de hemoglobina glucosilada en el retraso del diagnóstico de diabetes, con un empeoramiento del perfil de riesgo cardiovascular, no se había reconocido previamente y que su estudio «destaca por primera vez que, si bien 1,6 mmol/mol puede parecer solo una pequeña diferencia en términos de mediciones de laboratorio, a nivel poblacional esto tiene implicaciones para un número significativo de mujeres premenopáusicas».
Los investigadores observaron inicialmente la tendencia en los datos locales en Salford, en el noroeste de Inglaterra. «Estos… datos resaltaron que las mujeres parecían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2 a una edad más avanzada, por lo que queríamos examinar cuál podría ser la causa», dijo a Medscape Noticias Médicas el autor del estudio Mike Stedman, B. Sc., director de Res Consortium, en Andover, Reino Unido.
Stedman y sus colaboradores evaluaron las diferencias de sexo y edad de la hemoglobina glucosilada en personas a las que no se les había diagnosticado diabetes (HbA1c ≤48 mmol/mol [≤ 6,5%]). «Analizamos datos de otros laboratorios [además de los de Salford, que suman 938.678 personas] para ver si se trataba de un fenómeno local. Solo pudieron proporcionar datos más recientes, pero también mostraron un patrón similar», añadió.
Finalmente, Stedman, el Dr. Heald y sus colaboradores estimaron el posible impacto nacional extrapolando los hallazgos basados en datos poblacionales de la Office for National Statistics del Reino Unido y en datos de la National Diabetes Audit para la prevalencia de la diabetes de tipo 2 y el exceso de mortalidad relacionado. Esto los llevó a la conclusión de que se diagnosticaría diabetes de tipo 2 en 17% adicional de mujeres si los valores límite se redujeran en 2 mmol/mol, es decir, a 46 mmol/mol para mujeres menores de 50 años.
Una hemoglobina glucosilada más baja en mujeres menores de 50 años puede retrasar el diagnóstico de diabetes de tipo 2 hasta diez años
El análisis encontró que la mediana de hemoglobina glucosilada aumentaba con la edad, pues los valores en mujeres menores de 50 años fueron consistentemente 1 mmol/mol más bajos que los valores en los hombres. Por el contrario, los valores de hemoglobina glucosilada en mujeres mayores de 50 años fueron equivalentes a los de los hombres.
Sin embargo, a la edad de 50 años, en comparación con los hombres, se encontró que la hemoglobina glucosilada en las mujeres tenía un retraso de aproximadamente cinco años. Las mujeres menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada menor que la de los hombres en un promedio de 1,6 mmol/mol (4,7 % de la media; p < 0,0001), mientras que esta diferencia en personas de 50 años o más era menos pronunciada (p < 0,0001).
Los autores escribieron que «una medición insuficiente de aproximadamente 1,6 mmol/mol de hemoglobina glucosilada en mujeres puede retrasar el diagnóstico de diabetes hasta diez años».
Un análisis más detallado demostró que con una hemoglobina glucosilada de 48 mmol/mol, 50% menos mujeres que hombres, menores de 50 años, podían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2, mientras que solo 20% menos mujeres que hombres de 50 años o más recibían ese diagnóstico.
La reducción del umbral de hemoglobina glucosilada para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 de 48 mmol/mol a 46 mmol/mol en mujeres menores de 50 años llevó a una estimación de que otras 35.345 mujeres no diagnosticadas en Inglaterra podrían ser reclasificadas con diagnóstico de diabetes de tipo 2.
Los autores agregaron que «se sabe que la diferencia de género en los factores de riesgo cardiovascular adversos está presente antes del desarrollo de diabetes [de tipo 2]» y que «una vez diagnosticada, la prevalencia de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es dos veces mayor en pacientes con diabetes… en comparación con aquellos sin diagnóstico».
El Dr. Heald añadió que siempre existe la posibilidad de que otros factores estén en juego y que el trabajo plantee preguntas en lugar de presentar respuestas.
Desde una perspectiva pragmática, los investigadores sugirieron que «un enfoque alternativo podría ser ofrecer una evaluación adicional mediante pruebas de glucosa plasmática en ayunas o pruebas de tolerancia a la glucosa oral para aquellos con valores de hemoglobina glucosilada de 46 o 47 mmol/mol».
«Cualquier persona con un diagnóstico temprano de diabetes de tipo 2, además de modificar su dieta, especialmente si hay riesgo cardiovascular, podría iniciar el tratamiento con metformina debido a los beneficios cardiovasculares, así como a los efectos reductores del azúcar», dijo el Dr. Heald, y agregó que «ciertamente no queremos que las mujeres se pierdan la metformina, que podría tener enormes beneficios a largo plazo».
Referencia
Holland D, Fryer AA , Stedman M, Hanna FW, Duff Ch , Green L, et al. Is the Current Cut Point for Glycated Haemoglobin (HbA1c) Correct for Diagnosing Diabetes Mellitus in Premenopausal Women? Evidence to Inform Discussion. Diabetes Ther[Internet]. 2023[citado 11 oct 2023]. https://doi.org/10.1007/s13300-023-01482-6
11 de octubre 2023|Fuente: medscape.com| Tomado de Noticias y Perspectivas
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La Universidad de Aarhus (Dinamarca) ha publicado dos nuevos estudios que arrojan luz sobre los efectos secundarios de la vacunación de la Covid-19, destacando en uno de ellos que el 30 por ciento de las mujeres que menstruaban notificaron cambios en su ciclo menstrual después de haber sido vacunadas contra Covid-19.
Ambos estudios se basan en la cohorte danesa BiCoVac, que permite realizar estudios basados en un amplio grupo de la población danesa.
En cuanto al estudio sobre alteraciones en la regla, su muestra incluyó a 13.648 mujeres menstruantes de entre 16 y 65 años que completaron todas las encuestas, recibieron su primera dosis de vacuna Covid-19 durante el periodo de recogida de datos y completaron las preguntas relacionadas con su ciclo menstrual.
Los investigadores examinaron qué factores podrían influir en esos cambios y descubrieron que las causas más comunes de las alteraciones menstruales, como el estrés, la edad y el tabaquismo, guardaban relación con los cambios de ciclo notificados tras la vacunación contra Covid-19.
«También descubrimos que las mujeres que habían estado preocupadas por la vacuna Covid-19, que habían tenido una infección grave por Covid-19 o que declararon haber experimentado varias reacciones a la vacuna tenían más probabilidades de notificar cambios menstruales tras la vacunación», afirma Christina Bisgaard Jensen, primera autora del estudio, que acaba de publicarse en la revista científica ´Human Reproduction´.
«Los cambios en el ciclo menstrual no son infrecuentes, y no podemos descartar que, en algunas personas, los cambios menstruales notificados se produjeran de forma aleatoria en relación temporal con la vacunación», afirma Christina Bisgaard Jensen, quien explica además que el estudio no puede utilizarse para identificar una correlación directa entre la vacunación con Covid-19 y los cambios menstruales notificados. «Se necesitan más estudios para establecer relaciones causales y la importancia clínica de los cambios menstruales autoinformados», afirma.
Según el segundo estudio, los efectos secundarios como malestar general, fiebre y cansancio se encuentran entre los más frecuentes en Dinamarca. Así, los efectos adversos notificados con más asiduidad tras el primer pequeño pinchazo en el hombro son enrojecimiento y dolor en el lugar de la inyección, que experimentan el 20 por ciento de las personas. Tras el segundo y el tercer pinchazo, la fatiga es el efecto secundario más notificado, por el 22 y el 14 por ciento de las personas, respectivamente.
El estudio se ha publicado en la revista ´Vaccine´. Los efectos secundarios más graves, como la parálisis facial y las reacciones alérgicas, no son tan frecuentes.
«Las mujeres, las personas de entre 25 y 35 años y las personas que habían tenido Covid antes de vacunarse declararon experimentar efectos secundarios con más frecuencia que los hombres, las personas mayores y las personas que no habían recibido Covid-19 previamente», afirma Kristoffer Torp Hansen, primer autor del estudio y ayudante de investigación del Departamento de Salud Pública.
Los resultados también muestran que los efectos secundarios agudos difieren según la vacuna administrada. Las personas vacunadas con la vacuna de AstraZeneca declararon más efectos secundarios después de la primera dosis que las vacunadas con las otras inyecciones.
Las personas que recibieron la vacuna de Moderna notificaron más efectos secundarios después de la segunda y tercera dosis en comparación con las personas que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech.
30/08/2023( IMMédico) Tomado- Obstetricia y Ginecología
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15
La nueva ley del aborto incluirá un capítulo sobre el derecho a la salud menstrual, como una baja laboral por tener el periodo, que será de tres días. Este problema, que afecta entre el 20 % y el 80 % de las mujeres en edad reproductiva, merma su calidad de vida y está infra tratado en muchas de ellas. Read more
oct
19
La mayoría de las mujeres que ya no tienen la regla afirman sufrir alguno de los síntomas asociados a esta etapa de la vida. Un 34,5 % se encuentra en situación de sobrepeso y el 17,4 % reconoce que tiene obesidad. El 67,2 % mantiene una vida sexual activa. Read more
may
31
El 20 % de las españolas desearía no tener la menstruación y alrededor del 8 % utiliza métodos hormonales para eliminar su periodo. Desde hace años, la supresión de la menstruación se utiliza tanto para aliviar síntomas de determinadas enfermedades como por pura preferencia personal. Una amplia base científica confirma su seguridad a largo plazo. Read more