pulmonar3El envejecimiento representa un factor de riesgo importante de alta incidencia y mayor mortalidad del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).

Actualmente no existen tratamientos farmacológicos o basados en células para el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) en ancianos, que puede ser causado por COVID-19 grave, neumonía, gripe o sepsis. En este sentido, la investigación llevada a cabo en laboratorio del prof. Youyang Zhao, del Instituto de Investigación Infantil Stanley Manne del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago ofrece enfoques de tratamiento prometedores.

El trabajo del Dr. Zhao estableció la importancia de un gen llamado FOXM1 en la reparación de los vasos sanguíneos mediante la regeneración de las células endoteliales, que recubren los vasos del pulmón. El equipo de científicos halló que el envejecimiento afecta la expresión de este gen, lo que puede ser responsable de la alta tasa de mortalidad por SDRA en personas mayores de 75 años, 10 veces mayor en comparación con los adultos jóvenes.

El estudio, publicado en la revista ´Science Traslational Medicine´, demostró, trabajando con un modelo de ratón, que la expresión de FOXM1 podría reactivarse mediante dos métodos, que restauran la función del gen y mejoran la supervivencia del SDRA en ratones de edad avanzada. Como se observó en ratones de edad avanzada, la expresión de FOXM1 se inhibió en pacientes ancianos con COVID-19.

Un enfoque implicó una dosis baja de un fármaco contra el cáncer reutilizado y aprobado por la FDA, la decitabina, que logró reactivar la expresión de FOXM1 y promover así la reparación y regeneración vascular. Este medicamento se encuentra actualmente en un ensayo clínico para el tratamiento de COVID-19 grave.

Los hallazgos del Dr. Zhao sugieren que se podría utilizar una dosis más baja y más segura, y que el tratamiento debería dirigirse a pacientes mayores, ya que la actividad del gen permanece intacta en las personas más jóvenes. «Descubrimos que la decitabina mejoraba la reparación vascular, la resolución de la inflamación y la supervivencia en ratones de edad avanzada, pero el fármaco no tuvo efectos sobre la reparación vascular en ratones adultos jóvenes», afirmó el Dr. Zhao, director del Programa de Biología Vascular y Pulmonar y jefe de sección. para la Investigación de Reparación y Regeneración de Lesiones en el Instituto de Investigación Manne de Lurie Children´s, así como Profesor de Pediatría, Medicina y Farmacología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. «Sería importante centrar el tratamiento con decitabina en la población de edad avanzada, en la que es necesario activar la expresión de FOXM1 para promover la recuperación y reducir la mortalidad. El siguiente paso es un ensayo clínico de una dosis más baja del fármaco para el SDRA en personas de edad avanzada».

El Dr. Zhao también demostró la eficacia de un enfoque alternativo para reactivar el gen (la administración de genes de nanopartículas dirigidas al endotelio), una tecnología que desarrolló y patentó. Es una estrategia más precisa, que también puede ser más segura que el tratamiento con decitabina.

«Dado que FOXM1 también es un oncogén, la inducción no deseada de dicho oncogen en otros tipos de células mediante el tratamiento con decitabina puede ser motivo de preocupación», explicó. «Nuestro sistema de administración de genes de nanopartículas administra FOXM1 sólo en las células endoteliales, donde es necesario para la reparación y regeneración de lesiones pulmonares».

Esta estrategia conlleva un gran potencial para tratar cualquier enfermedad causada por disfunción endotelial, incluido el cáncer y la metástasis del cáncer. «Se necesitarán más pruebas antes de que se realicen otras pruebas clínicas», concluyó el Dr. Zhao.

Referencia

Huang X, Zhang X, Machireddy N, Evans C, Trewartha SD, Hu G, et al. Endothelial FoxM1 reactivates aging-impaired endothelial regeneration for vascular repair and resolution of inflammatory lung injury. Sci Transl Med. 2023; Vol 15( 709)  DOI: 10.1126/scitranslmed.abm5755

https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abm5755

19/09/2023

Fuente: (IMMedico) Noticias- Neumología

covid-19-516x288(CNN) — El covid-19 no se tomó vacaciones este verano boreal. Los niveles del virus en EE.UU. llevan semanas aumentando, pero es difícil saber con exactitud hasta qué punto se está propagando.

Los datos federales sugieren que los aumentos actuales se han mantenido muy por debajo de picos anteriores y repuntes notables. Pero a juzgar por el boca a boca entre familiares, amigos y compañeros de trabajo, puede parecer que todo el mundo conoce a alguien que está enfermo de covid-19 en estos momentos.

«Desgraciadamente, tenemos a varias personas infectadas con covid», dijo a CNN una organización sin fines de lucro dedicada a la salud cuando se le pidieron comentarios para este artículo.

Es posible que las tasas de enfermedad grave se mantengan en niveles relativamente bajos, pero los expertos coinciden en que probablemente haya más infecciones de las que pueden captar los actuales sistemas de vigilancia.

«Hay más transmisión de la que indican los datos de vigilancia», afirmó Janet Hamilton, directora ejecutiva del Consejo de Epidemiólogos Estatales y Territoriales. «Y deberíamos prestarle atención, porque estamos empezando a registrar un aumento».

Entre 2020 y 2022, el Instituto de Métricas y Evaluación Sanitarias de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés) elaboró estimaciones periódicas de las tasas de casos de covid-19 y proyecciones de tendencias. Pero el instituto de investigación interrumpió esa modelización en diciembre.

Según Ali Mokdad, profesor de Ciencias de la Métrica Sanitaria y director de Estrategia de Salud de la Población de la Universidad de Washington, todas las medidas que se tenían en cuenta en el modelo habían dejado de notificarse o habían cambiado de algún modo.

«El sistema de vigilancia ya no era adecuado para captar los cambios en el covid-19″, explicó. «Nos pareció que el margen de error era demasiado grande para hacer una predicción que pudiéramos defender».

Mokdad se negó a cuantificar una estimación del recuento actual de casos, pero afirmó que últimamente está recibiendo muchas llamadas y preguntas sobre el covid-19, algo similar a lo que experimentó a finales del año pasado. A mediados de diciembre, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) informaban de unos 500 000 casos semanales. Y las estimaciones del IHME de esa época sugieren que EE.UU. se encontraba en una de las peores oleadas de la pandemia, solo superada por la oleada de la variante ómicron del coronavirus.

Dos medidas imperfectas de la transmisión

El seguimiento de las tendencias del covid-19 siempre ha tenido sus dificultades. Pero el auge de las pruebas caseras rápidas (y la disminución general del interés público en las pruebas) ha eliminado casi por completo la capacidad de comprender el recuento actual de casos en todo el país. Los CDC dejaron oficialmente de informar sobre el recuento total de casos de covid-19 hace meses, señalando que los datos se habían vuelto menos representativos de las infecciones reales o de los niveles de transmisión con el paso del tiempo.

Cuando los recuentos de casos empezaron a ser menos fiables, algunos expertos apuntaron primero a las métricas de hospitalización como un sustituto razonable para medir la transmisión. Los hospitales realizaban pruebas periódicas a todos los pacientes, tanto si acudían por síntomas relacionados con covid como por cualquier otro motivo, y están obligados a notificar los casos positivos. La idea era que las tasas de casos en un hospital podían servir como indicador de las tasas de casos en la comunidad en general.

Según los datos de los CDC, en la semana que finalizó el 19 de agosto se produjeron unos 15 000 nuevos ingresos hospitalarios por covid-19, menos de la mitad que el año pasado por estas fechas y menos que durante el 80 % de la pandemia.

Pero los hospitales han modificado sus prácticas de análisis, equilibrando los requisitos y recomendaciones federales cambiantes con las evaluaciones de riesgo locales, lo que dificulta la comparación de datos de diferentes momentos.

«Cuando los suministros para las pruebas estuvieron disponibles por primera vez, pasamos a realizar las pruebas a todo el mundo, incluidos los trabajadores sanitarios de forma rutinaria, incluyendo a cualquiera que entrara por la puerta por cualquier motivo», dijo Nancy Foster, vicepresidenta de Calidad y Seguridad del Paciente de la Asociación Estadounidense de Hospitales. «Todos y cada uno se hacían la prueba».

Aunque los hospitales siguen estando obligados a informar de cualquier caso positivo, han reducido las pruebas para estar más en línea con las directrices sobre otras enfermedades infecciosas. La atención se centra en quienes presentan síntomas, han estado expuestos o podrían estar cerca de otros pacientes de alto riesgo.

«En este momento, los ingresos hospitalarios indican mucho más la gravedad que la transmisión generalizada», afirmó Hamilton.

El brazo en el que se administre la vacuna de refuerzo contra el covid-19 puede marcar la diferencia, según un estudio

Muchas de las medidas de vigilancia del covid-19 y otras medidas de salud pública dependen de que la gente busque pruebas clínicas o tratamiento médico, y esos comportamientos han cambiado en los últimos años. La vigilancia de las aguas residuales ofrece un enfoque más coherente mediante el seguimiento de la cantidad de virus eliminado en los sistemas de alcantarillado.

Pero interpretar esos datos puede ser complicado, y con el covid, los niveles de aguas residuales no pueden traducirse directamente en recuentos de casos.

La cantidad de virus que libera una persona infectada depende de muchos factores, como la presencia de anticuerpos de una vacuna o de una infección previa y la gravedad de la infección actual.

Los datos de Biobot Analytics, una empresa de biotecnología que se asoció con los CDC, muestran que las concentraciones de coronavirus en las aguas residuales son similares a las que había al comienzo de la primera oleada invernal en 2020.

Pero ahora que la gran mayoría de las personas en EE.UU. tiene cierta inmunidad al covid-19 a través de la vacunación, la infección o ambos, esas mismas concentraciones virales podrían traducirse en un mayor número de individuos infectados con infecciones más leves, pero aún contagiosas.

La tendencia al alza es clara

Aunque el número exacto de nuevas infecciones no está claro, dicen los expertos, las tendencias al alza de los datos disponibles son suficientes para hacer sonar la alarma.

«Los datos de vigilancia abarcan un continuo. Queremos disponer de varios tipos de datos que nos digan cosas diferentes. Cuando todos apuntan en la misma dirección, quizá sea el momento de preocuparse aún más», afirma Hamilton.

Y ahora mismo, muchas medidas clave indican un aumento.

Los ingresos hospitalarios semanales casi se han duplicado en el último mes, con un aumento del 19 % en la última semana, según los datos de los CDC. Y una muestra de laboratorios que participan en un programa federal de vigilancia señala que las tasas de positividad de las pruebas se han triplicado en los últimos dos meses.

Hay algunos signos esperanzadores: los datos de Biobot muestran que los niveles de aguas residuales pueden estar empezando a aplanarse, y las tasas de hospitalización relativamente bajas sugieren que puede haber un menor riesgo de enfermedad grave para muchos.

Pero a pesar de los claros signos de un aumento en el verano boreal, Estados Unidos ha estado viviendo en un «mundo de fantasía» donde la gente pretende que el covid-19 «no es relevante», dijo la Dra. Deborah Birx, coordinadora del Grupo de Trabajo de Respuesta al Coronavirus de la Casa Blanca durante la administración de Trump, al podcast «Start Here», de ABC.

«Queríamos tratarlo como la influenza porque eso era más fácil, pero nunca va a ser como la influenza», dijo Birx, explicando que el covid-19 viene en oleadas más frecuentes, enferma más a las personas, mata a más personas y puede tener complicaciones a más largo plazo, como el covid prolongado. «Así que acordemos todos que no es influenza. Nunca lo será. Seguirla y vigilarla como hacemos con la influenza nunca será adecuado en este país».

Precauciones como el uso de las mascarillas y estar al día con las vacunas son especialmente importantes a medida que este aumento de covid-19 se traslada a la temporada más amplia de virus respiratorios, dicen los expertos.

«Con cada temporada de enfermedades respiratorias, ya sea covid, gripe o VRS, estos aumentos pueden afectar a distintas personas de maneras diferentes, y siempre hay consecuencias graves asociadas a la temporada de enfermedades respiratorias», afirma Hamilton.

«Ahora es el momento de practicar un buen protocolo respiratorio. Ahora es el momento de que nos recordemos a nosotros mismos que debemos pensar en nuestro propio estado de salud individual y en el de las personas a nuestro alrededor».

Referencia

CDC. Respiratory Viruses. Update on SARS CoV-2 Variant BA.2.86.

https://www.cdc.gov/respiratory-viruses/whats-new/covid-19-variant-update-2023-08-30.html

Fuente: (CNN en español)- Tomado Salud Coronavirus

septiembre 8, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Coronavirus, COVID-19, Enfermedades, infecciones, Mundo | Etiquetas: , , , , , , |

coagulos_sangreIdentificar predictores y posibles mecanismos suponen un paso clave para comprender la confusión mental que muchos pacientes padecen como consecuencia de la infección por COVID-19.

Personas con Covid persistente muestran signos de «niebla mental», es decir, lapsos recurrentes de memoria y concentración que dificultan su manejo en la vida cotidiana. Relacionado con ello, un estudio de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha hallado niveles elevados de dos proteínas en el momento de la COVID-19 en pacientes que posteriormente han experimentado este tipo de problemas cognitivos. Ello proporciona una pista importante sobre una de las causas de sus síntomas, como pueden ser los coágulos de sangre.

Los investigadores analizaron resultados de análisis de sangre de 1 837 personas que habían sido hospitalizadas con COVID-19 para encontrar posibles proteínas (biomarcadores) asociadas con problemas cognitivos posteriores, con síntomas que incluían graves y problemas persistentes con el pensamiento, la concentración y la memoria.

Los participantes involucrados en esta investigación pertenecían al estudio PHOSP-COVID (Post-hospitalisation COVID-19), dirigido por la Universidad de Leicester (Reino Unido). Su memoria se evaluó a los seis y 12 meses después de la hospitalización mediante una prueba formal y preguntándoles su propia visión subjetiva sobre su memoria.

Geoffrey Hodgson, participante en un ensayo PHOSP-COVID, afirmó, al respecto, que «la confusión mental ha sido un síntoma de Covid persistente con el que realmente he luchado. Encontré que las cosas que solía hacer fácilmente eran mucho más difíciles».

Los hallazgos, publicados en ´Nature Medicine´, apuntan a que los coágulos dejan firmas de proteínas reveladoras en la sangre, lo que sugiere que analizarlos podría ayudar a predecir, diagnosticar y posiblemente incluso tratar el COVID prolongado.

En dicho estudio se identificaron dos perfiles separados de biomarcadores. El primero fue un nivel alto de una proteína llamada fibrinógeno, y el segundo, un nivel elevado de un fragmento de proteína llamado dímero D. «Tanto el fibrinógeno como el dímero D participan en la coagulación sanguínea, por lo que los resultados respaldan la hipótesis de que los coágulos sanguíneos son una causa de problemas cognitivos posteriores a la COVID», expuso uno de los investigadores, el Dr. Max Taquet, autor principal del estudio y psiquiatra.

El fibrinógeno puede actuar directamente sobre el cerebro y sus vasos sanguíneos, mientras que el dímero D a menudo refleja coágulos de sangre en los pulmones y los problemas en el cerebro pueden deberse a la falta de oxígeno. En línea con esta posibilidad, las personas que tenían niveles altos de dímero D no sólo tenían un mayor riesgo de confusión mental, sino también un mayor riesgo de problemas respiratorios.

«Identificar predictores y posibles mecanismos es un paso clave para comprender la confusión mental posterior a la Covid-19. Este estudio proporciona algunas pistas importantes», concluyó el profesor Paul Harrison, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford.

Referencia

Taquet, M., Skorniewska, Z., Hampshire, A. et al. Acute blood biomarker profiles predict cognitive deficits 6 and 12 months after COVID-19 hospitalization. Nat Med (2023). https://doi.org/10.1038/s41591-023-02525-y

https://www.nature.com/articles/s41591-023-02525-y

04/09/2023(IMMedico) © 2023 Copyright: Publimas Digital

septiembre 7, 2023 | gleidishurtado | Filed under: COVID-19, Investigaciones, Riesgo a la Salud | Etiquetas: , , , , , , , , |

donativoEl Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK) y el Centro Nacional de Genética Médica de Cuba (CNGM) recibieron la visita del Embajador de Canadá en el país, Sr. Geoff Gartshore, y del Representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OSPS/OMS), Dr. José Moya. El propósito era reconocer y agradecer el donativo realizado a esas instituciones por el gobierno canadiense para fortalecer la cadena de frío, como parte del apoyo a la repuesta a la pandemia, con énfasis en la vacunación contra la COVID-19.

También participaron la Sra. María Carla Alzugaray, oficial principal de asistencia internacional en la sección de cooperación de la Embajada de Canadá, y la Lic. Alina Pérez, consultora de Inmunización en la Oficina de la OPS/OMS. Por la parte nacional asistió el Dr. José Armando Arronte, jefe de Organismos internacionales de la Dirección de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

El IPK, como centro de referencia para la vigilancia de las enfermedades prevenibles por vacunación, recibió 16 refrigeradores modelo E003/083 de 225L; 16 monitores de temperatura E006/040; y 14 freezers con capacidad entre 281 y 338 litros, cuatro de los cuales son de ultrabaja temperatura. Todos estos equipos están precalificados por la OMS. Además, se les entregó 25 freezers convencionales.

La Dra. Yanarys López, directora del IPK, y la Dra. C. Guadalupe Guzmán, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia, expresaron su gratitud y expusieron la utilidad de los equipos para la conservación de muestras, vacunas, reactivos, medicamentos, entre otros productos. El uso del equipamiento para estos procesos se mostró a través de un video, ya que a las zonas en las que se encuentra ubicado, no es posible pasar por bioseguridad. En el encuentro también hubo un intercambio acerca de las labores del IPK como centro de referencia nacional para enfermedades infecciosas y el trabajo de los dos centros colaboradores que actualmente radican allí: eliminación de la tuberculosis y estudio del dengue y su vector.

En el marco de la actividad se entregó un reconocimiento al Embajador por su contribución al fortalecimiento y la actualización tecnológica de la cadena de frío en función de las enfermedades prevenibles por vacunación; y al Dr. Moya por las múltiples acciones que ha impulsado para fortalecer la colaboración con el IPK. En ese sentido la Directora del instituto comentó sobre su apoyo a los centros colaboradores; su acompañamiento a las redes de trabajo e investigación del instituto; su asesoría a las actividades de capacitación; su gestión para movilizar recursos; su papel durante la pandemia; entre muchos otros esfuerzos que mencionó.

En nombre de todo el colectivo del IPK expresó: “Desde que inició su mandato en la Oficina de Cuba hemos contado en todo momento, en muchas de las actividades del IPK, tanto nacionales como internacionales, con el acompañamiento, el apoyo y la colaboración del Dr. Moya y de su colectivo de trabajo”.

Posteriormente, en el Centro Nacional de Genética Médica fueron recibidos por la Dra. Hilda Roblejo, jefa del Departamento de Docencia e Investigación; Giselle Monzón, subdirectora del Área Técnica; y Yahíma Zúñiga, inmunóloga, quienes igual agradecieron a Canadá la contribución, consistente en: cinco refrigeradores modelo E003/083 de 225L; 20 monitores de temperatura E006/040; cinco freezers de 281 litros; y 32 termos entre 2.7 y 16 litros con sus paquetes fríos. Todos precalificados por la OMS.

Durante el intercambio entre ambas partes se explicó la función del centro y su papel en diferentes tareas vinculadas al Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) y al Programa Nacional de Inmunización (PNI), como son: la valoración de la respuesta de la vacuna Abdala; la determinación del nivel de respuesta a la vacunación en convalecientes a la COVID-19; los estudios de la respuesta en niños a las vacunas que se administran a través del PNI, entre otras. De mucho interés para el grupo de visitantes fue la explicación sobre la caracterización genética de la población cubana y el estudio de los centenarios. Además, se realizó un breve recorrido por las áreas de bajo riesgo biológico del centro donde fue posible observar algunos de los equipos donados y conversar con el personal que los maneja.

La ayuda del gobierno de Canadá entre 2022 y 2023 para el fortalecimiento de la cadena de frío en función de la vacunación antiCOVID-19 y el PNI en Cuba, ascendió a más de 1.33 millones de dólares. El pasado 4 de abril de 2023 tuvo lugar el acto central de entrega del donativo con la presencia de altos funcionarios de la OPS/OMS; la embajada de Canadá y el MINSAP.

Fuente: Organización Panamericanan de la Salud

Doce personas con síntomas neurológicos persistentes tras la infección por SARS-CoV-2 fueron estudiadas intensamente en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y se descubrió que presentaban diferencias en sus perfiles de células inmunitarias y disfunción autonómica. Estos datos servirán de base para futuros estudios que ayuden a explicar la persistencia de los síntomas neurológicos en Long COVID. Los resultados, publicados en Neurology: Neuroimmunology & Neuroinflammation, pueden conducir a mejores diagnósticos y nuevos tratamientos.

Las personas con secuelas post-agudas de COVID-19 (PASC), que incluye la COVID persistente, presentan una amplia gama de síntomas, como fatiga, dificultad respiratoria, fiebre, dolores de cabeza, trastornos del sueño y «niebla cerebral» o deterioro cognitivo. Estos síntomas pueden durar meses o más tras la infección inicial por SRAS-CoV-2. La fatiga y la «niebla cerebral» son algunos de los síntomas más comunes y debilitantes, y es probable que se deban a una disfunción del sistema nervioso.

Los investigadores utilizaron un enfoque denominado fenotipado profundo para examinar de cerca las características clínicas y biológicas de la COVID prolongada en 12 personas que presentaban síntomas neurológicos duraderos e incapacitantes tras la COVID-19. La mayoría de los participantes presentaron síntomas leves durante la infección aguda. En el Centro Clínico de los NIH, los participantes se sometieron a pruebas exhaustivas, que incluían un examen clínico, cuestionarios, imágenes cerebrales avanzadas, análisis de sangre y líquido cefalorraquídeo y pruebas de la función autonómica.

Los resultados mostraron que las personas con COVID prolongada tenían niveles más bajos de linfocitos T CD4+ y CD8+ -células inmunitarias implicadas en la coordinación de la respuesta del sistema inmunitario a los virus- en comparación con los controles sanos. Los investigadores también encontraron aumentos en el número de linfocitos B y otros tipos de células inmunitarias, lo que sugiere que la desregulación inmunitaria puede desempeñar un papel en la mediación de la COVID prolongada.

En consonancia con estudios recientes, las personas con COVID largo también tenían problemas con su sistema nervioso autónomo, que controla las funciones inconscientes del cuerpo como la respiración, el ritmo cardíaco y la presión arterial. Las pruebas autonómicas mostraron anomalías en el control del tono vascular, la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea con un cambio de postura. Se necesitan más investigaciones para determinar si estos cambios están relacionados con la fatiga, las dificultades cognitivas y otros síntomas persistentes.

En conjunto, los hallazgos se suman a la creciente evidencia de que los cambios inmunológicos y del sistema nervioso autónomo generalizados pueden contribuir a la COVID prolongada. Los resultados pueden ayudar a los investigadores a caracterizar mejor la enfermedad y explorar posibles estrategias terapéuticas, como la inmunoterapia.

 

Mayo 7/2023 (EurekaAlert!) – Tomado de News Releases  Copyright 2023 by the American Association for the Advancement of Science (AAAS) 

 

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Tras un estudio dirigido por la Universidad de Queensland sobre la respuesta de las células inmunitarias al virus, se está más cerca de encontrar un tratamiento que evite la inflamación galopante en pacientes con COVID-19 grave.

La doctora Larisa Labzin y la profesora Kate Schroder, del Instituto de Biociencia Molecular de la UQ, junto con la doctora Sarah Londrigan, del Instituto Peter Doherty de Infección e Inmunidad, han descubierto que la mayoría de las células inmunitarias que contribuyen a la inflamación crónica no están infectadas por el virus SARS-CoV-2 que causa la COVID-19.

Según el Dr. Labzin, en lugar de desencadenar una respuesta protectora para eliminar el virus, estas células no infectadas llamadas macrófagos detectan daños y muerte en las células vecinas y desencadenan una fuerte respuesta inflamatoria.

«Se produce un desequilibrio en la respuesta inmunitaria porque la mayoría de los macrófagos no están infectados por el virus», explica el Dr. Labzin.

«Acabamos con demasiadas células inmunitarias que acuden al lugar de la infección y causan muchos daños colaterales: demasiada inflamación y poca lucha contra el virus».

«Es un arma de doble filo para el organismo: el sistema inmunitario que ataca una enfermedad infecciosa en una fase temprana es protector, pero cuando es prolongado o excesivo, puede provocar una inflamación crónica».

El equipo de investigación del IMB está estudiando cómo actuar selectivamente sobre los macrófagos sin comprometer la capacidad del organismo para luchar contra el virus, con el fin de reducir la incidencia de la COVID grave.

En la actualidad se administran antiinflamatorios a los pacientes hospitalizados por COVID-19 después de que el virus haya alcanzado su pico máximo, para calmar la respuesta inmunitaria hiperactiva, pero los fármacos hacen que los pacientes sean susceptibles a infecciones secundarias.

Con los nuevos conocimientos sobre el funcionamiento de los macrófagos, los investigadores pretenden diseñar antiinflamatorios que puedan administrarse antes para evitar que la inflamación se descontrole.

Según la profesora Kate Schroder, conocer mejor la biología fundamental del sistema inmunitario nos ayudará a combatir mejor las infecciones.

«Tenemos vacunas y antivirales para luchar contra el COVID-19, pero el virus sigue mutando, así que ésta es una forma de prepararnos para el futuro contra nuevas variantes y también contra futuras pandemias e infecciones».

Más información: Larisa I. Labzin et al. (2023). Macrophage ACE2 is necessary for SARS-CoV-2 replication and subsequent cytokine responses that restrict continued virion release. Science Signaling. https://www.science.org/doi/10.1126/scisignal.abq1366

 

Mayo 3/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Immunology – Inflammatory disorders  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

 

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