dic
22
En el congreso ASH17 se han presentado dos estudios españoles sobre mieloma múltiple quiescente (MMQ), una enfermedad asintomática que puede evolucionar al mieloma activo y que suele diagnosticarse de forma «accidental» a partir de la alteración de proteínas totales en un hemograma rutinario. Read more
nov
23
Una nueva terapia celular, similar a la que emplea los linfocitos T-CAR, ha logrado la remisión en una proporción significativa de niños y adultos jóvenes con leucemia linfoblástica aguda de células B resistente al tratamiento que participaron en un pequeño ensayo. Así lo acaba de publicar en Nature Medicine un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y del Instituto Nacional del Cáncer. Read more
oct
20
La administración de agonistas de PPAR-gamma en un modelo experimental fomenta la regeneración hematopoyética y elimina las células leucémicas. Read more
sep
12
En una primera fase del proyecto, los científicos de Fisabio, encabezados por Ana Djukovic, en colaboración con Joao Xavier, del Memorial Sloan Kettering de Nueva York (Estados Unidos), han identificado las bacterias comensales que se asocian con la protección frente a enterobacterias patógenas resistentes a antibióticos. Según ha explicado Úbeda, «cuando están presentes, observamos una disminución de los niveles de enterobacterias multirresistentes, mientras que cuando están ausentes se observa un incremento en los niveles de las enterobacterias multirresistentes. Por ello son consideradas como posibles bacterias protectoras frente a la colonización del patógeno». Los resultados todavía no se han publicado.
«Empleamos métodos de secuenciación masiva del gen 16s rRNA, que está presente en todas las bacterias. Obtenemos miles de secuencias de una muestra fecal y mediante análisis bioinformáticos podemos definir las especies bacterianas que componen la microbiota intestinal de una muestra en concreto».
Las enterobacterias multirresistentes se identifican mediante métodos de cultivo en medios específicos. Posteriormente, se utilizan modelos matemáticos «que nos permiten relacionar la dinámica de las poblaciones bacterianas intestinales con los cambios en enterobacterias multirresistentes en un paciente en el tiempo. De esta manera, podemos identificar cambios en la microbiota que permiten al patógeno colonizar el intestino y también estudiar como otros factores alteran la microbiota y permiten al patógeno colonizar el intestino».
Por otro lado, en colaboración con Jean Marc Rolain, de la Facultad de Medicina y Farmacia de Marsella (Francia) han aislado algunas de las especies bacterianas identificadas, «utilizando medios de cultivo en condiciones anaeróbicas (ausencia de oxígeno, similar al ambiente intestinal). Posteriormente, se combinan métodos de secuenciación y espectrometría de masas para definir la taxonomía de la bacteria aislada».
Segunda fase
En la segunda fase se demostrará el papel protector de estas especies y los mecanismos de protección. El grupo de Karina Xavier, en la Fundaçao Calouse Gulbenkian (Portugal), colonizará a ratones libres de gérmenes con las especies bacterianas identificadas para probar su capacidad de inhibición. A continuación se utilizarán técnicas de transcriptómica, proteómica y metabolómica en las muestras de ratones y pacientes hospitalizados, permitiendo conocer a nivel global qué sustancias producen estas bacterias (proteínas, metabolitos), qué genes expresan y conocer qué funciones son las que nos ayudan a defendernos del patógeno.
Según Úbeda, esta fase «nos ayudará a averiguar si lo que producen es una sustancia inhibidora o si tanto patógenos como bacterias comensales compiten por los mismos nutrientes», señalando que «esperamos encontrar bacterias intestinales que inhiben la colonización intestinal del patógeno».
Los análisis de muestras humanas «nos han indicado algunos posibles candidatos que se asocian con la resistencia frente a la infección. Utilizando el modelo murino esperamos que algunas de esas bacterias, tras colonizar el intestino, inhiban In vivo la posterior colonización intestinal».
Por otro lado, el estudio de todas las bacterias (genes expresados, proteínas y metabolitos producidos), así como nutrientes que puedan ser utilizados por las mismas, dará una idea sobre posibles mecanismos por los cuales protegen. «Por ejemplo, es posible que encontremos que las protectoras, en contraposición a las no protectoras, sintetizan una bacteriocina. Este hallazgo nos indicaría un posible mecanismos por el cual dichas bacterias protectoras inhiben al patógeno».
Otras líneas de investigación
Además de las enterobacterias multirresistentes, los investigadores de Fisabio también estudian la relación de la microbiota con la colonización frente a otros tipos de patógenos que también colonizan el intestino y que tienen gran relevancia clínica: los enterococos multirresistentes.
Por otro lado, las bacterias intestinales, aunque algunas pueden ser beneficiosas, también pueden servir de reservorio de genes de resistencia a antibióticos que pueden ser transmitidos a patógenos mediante elementos genéticos móviles. De esta manera, se podrían generar nuevos patógenos multirresistentes. Actualmente están realizando investigaciones para identificar bacterias comensales que pudieran transmitir dichos genes de resistencia, así como entender los factores que favorecerían la diseminación de dichos genes de resistencia en el ambiente intestinal.
También tratan de identificar factores que puedan alterar la microbiota y promover la colonización intestinal por patógenos multirresistentes. Dentro de ellos, han estudiado y siguen analizando los antibióticos. Asimismo, están interesados en entender cómo otras factores como la dieta, que también afectan a la composición de la microbiota, podrían influir sobre la capacidad de colonización de patógenos multirresistentes.
septiembre 11/2017 (diariomedico.com)
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1
Finalmente obtienen la muy esperada aprobación de Estados Unidos para un nuevo tipo de inmunoterapia modificadora de genes para la leucemia, un tratamiento de 475 000 dólares que marca el inicio de un paradigma terapéutico potencial para algunos cánceres.
La aprobación era ampliamente esperada después de que el mes pasado un panel asesor de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) recomendó la acción por unanimidad.
ago
4
El desconocimiento y la creencia de que la donación de médula ósea resulta un proceso doloroso impiden que haya un mayor número de donadores altruistas que ayuden a salvar miles de vidas, asegura el doctor Sergio Ulloa.
«Lamentablemente se tiene la creencia de que donar médula ósea es un proceso muy peligroso y doloroso, cuando en realidad es algo tan sencillo como donar sangre», explica en entrevista con Efe el doctor y presidente del consejo consultivo de la Fundación Comparte Vida, Sergio Ulloa.
Un trasplante de médula ósea es un procedimiento que reemplaza las células madre defectuosas de la médula ósea de una persona y se utiliza para tratar enfermedades como leucemia, talasemias, anemias, mieloma múltiple y otras como el cáncer de los ganglios linfáticos.
«Es un procedimiento rápido, inocuo, aunque requiere de mucha tecnología de cuidado una vez que se trasplante, pero le damos posibilidades al paciente de vivir cuando otros tratamientos han fracasado», indica Ulloa.
El doctor explica que la falta de conocimiento no se limita solamente a los potenciales donadores, sino a la sociedad en conjunto e incluso, a los responsables de las instituciones de .
«El propio sistema médico no tiene conocimiento adecuado para explicar a los probables donadores que esto es un procedimiento rápido, que no pone en riesgo nada, que es prácticamente indoloro y que del otro lado está un sujeto que, al recibir la ayuda, va a vivir», agregó.
El especialista asegura que pese a no representar un peligro para los donadores, en México y Latinoamérica las donaciones altruistas no se dan en gran número.
«La gente cuando oye la palabra trasplante, de inmediato piensa que le hablamos de un órgano y eso implica que se queden sin ese órgano y no acaban de comprender que es solo un tejido que está en la médula ósea», asegura.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), en México se realizan anualmente 50 trasplantes de médula ósea y éstos pueden alcanzar un costo de hasta 2 millones de pesos (unos 113 000 dólares).
Aunque en México algunas familias son numerosas con varios hijos, muchas veces los cosanguíneos no son compatibles, no quieren o no pueden donar, por lo que la búsqueda de donantes es complicada.
«Eso obligó a que se creara la Fundación Comparte Vida con la tarea de empezar a reclutar pacientes que de manera altruista quisieran registrarse para ser donadores si el caso lo ameritaba», según el doctor Ulloa.
Agregó que en países europeos la cultura de la donación es diferente: «ellos están educados a ayudarse unos a otros, es una sociedad mucho mejor integrada, la gente está mejor informada».
Lamenta que en México, pese a la diversidad genética que se puede encontrar por el tipo de población y el número de habitantes del país, se tenga tan poca cultura de la donación de médula ósea.
«Pensamos que con 100 000 donantes registrados podríamos satisfacer las necesidades de acuerdo con la prevalencia que tiene este tipo de enfermedades», explicó.
Aunque lo ideal sería contar con, al menos, un millón de donantes voluntarios para salvar más vidas.
Ulloa asegura que la donación de médula ósea la puede hacer cualquier individuo menor de 50 años.
«Los individuos jóvenes tienen más células para cotejar, pero deben tener no más de 50 años, deben ser sanos y para asegurarnos de ello se le hacen pruebas», explicó.
Por último, dijo que la fundación que preside está trabajando para que, en el futuro, exista una base de donantes amplia con la que se pueda cubrir la demanda de los que esperan un trasplante.
agosto 3/2017 (EFE)