La diabetes y la enfermedad de Alzheimer también están relacionadas. En concreto, los pacientes con diabetes presentan el doble de riesgo de presentar demencia que la población no diabética en los países occidentales.
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“En nuestro medio hemos comprobado que el paso de deterioro cognitivo a demencia en dos años es casi el doble en la población con diabetes tipo 2 que en la población general. Por tanto, la diabetes tipo 2 aceleraría la progresión del deterioro cognitivo con el consiguiente impacto socio-sanitario que ello comporta”, ha explicado Cristina Hernández, médico especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vall de Hebrón, en Barcelona, e investigadora senior del Instituto de Investigación del mismo hospital, durante la reunión Controversias en Endocrinología y Nutrición, organizada Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), celebrada en Madrid.
En la mesa Complicaciones no clásicas de la diabetes tipo 2, moderada por Carlos Morillas, vocal de formación y docencia de la junta directiva de la SEEN y del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Doctor Pesset de Valencia, se ha centrado en “las grandes olvidadas de la diabetes”. Entre ellas, las enfermedades osteomusculares y cognitivas como la enfermedad de Alzheimer.
Diagnóstico precoz
El experto apunta a que la comunidad científica no las estudia tanto porque no aumentan de forma clara la morbimortalidad cardiovascular. “Sin olvidar las complicaciones clásicas, tenemos que prestar más atención a la parte osteomuscular, por ejemplo. Lo importante de estas enfermedades es buscarlas porque probablemente se pueden prevenir y algunas de ellas tienen mejor evolución que las complicaciones más estudiadas”.
La doctora Hernández, que se ha encargado de abordar en concreto el deterioro cognitivo como complicación no clásica de la diabetes, ha apuntado a la necesidad de implementar estrategias que pueden ser útiles para el diagnóstico precoz del deterioro cognitivo a través del examen de la retina. “Nuestro grupo está investigando la utilidad del examen de la retina para identificar a los pacientes con deterioro cognitivo en fases muy incipientes, la retina como ventana del cerebro”. Y es que, en la actualidad, no existe ningún tratamiento farmacológico específico para el deterioro cognitivo y la demencia. “Sin embargo”, apunta, “en los pacientes con diabetes, evitar las hipoglucemias, factor de riesgo de demencia, y emplear fármacos que reduzcan la resistencia a la insulina (un mecanismo clave implicado en el desarrollo del alzhéimer), parecen dos medidas claves para su prevención”.
En la misma línea se ha pronunciado Morillas, que ha puntualizado que se deberán priorizar, en la medida de lo posible, aquellas terapias que minimicen el riesgo de episodios hipoglucémicos en estos pacientes. La enfermedad de Alzheimer es, además, más precoz en los pacientes con diabetes tipo 2. Como explica, el alzhéimer se relaciona con la resistencia a la insulina, y esta resistencia es muy precoz en la diabetes tipo 2. “Existe una gran prevalencia de enfermedad de Alzheimer en la diabetes tipo 2, incluso se ha llegado a decir que la enfermedad de Alzheimer es la llamada diabetes tipo 3, pues se relaciona con la resistencia a la insulina, característica de la diabetes. Esta enfermedad neurodegenerativa suele ser más precoz en población diabética. Habría, por tanto, que buscar ese hiperinsulinismo de una forma precoz antes de que apareciese el deterioro cognitivo”, sentencia.
noviembre 4/2018 (diariomedico.com)