nov
17
La migraña es un trastorno muy común, con incidencia en aumento. La teoría evolutiva permite explicar su aparición, dadas las ventajas que aportaba a grupos originarios de Homo sapiens una mayor reactividad a estímulos, y la presencia creciente de interacción con factores ambientales. Un estudio ha analizado estos aspectos a través de los mecanismos potenciales que los explican.
Según el autor, el diseño de los organismos y sus respuestas ambientales surgen para mejorar la supervivencia. Así, el dolor y la cefalea pueden entenderse como respuestas homeostáticas y adaptativas. Menos del 10 % de la población no tiene experiencia de cefalea, y el fenotipo migrañoso es una repuesta dolorosa común en formas secundarias y sindrómicas de cefalea.
Estas características se entienden según rasgos neurofisiológicos específicos (falta de habituación, sensibilización y baja preactivación), características genéticas (trastorno poligénico con múltiples genes de baja penetrancia, que interaccionan con el ambiente y que son comunes a los de los trastornos comórbidos, como depresión-ansiedad) e interacción ambiental en las sociedades modernas (aumento del número de ciclos estrogénicos, y especialmente sobreexposición al estrés).
Lo que fue una ventaja evolutiva se ha transformado en la sociedad moderna en un trastorno muy prevalente y frecuentemente incapacitante. Es el resultado de una interacción con sobrecarga de estímulos externos (estrés) e internos (hormonales), lo que, de acuerdo con la teoría evolutiva, convertiría a la migraña en una enfermedad por desajuste.
noviembre 11/2016 (neurologia.com)
Leer más sobre el tema en:
Migraña y teoría evolutiva: vías para un acercamiento clínico