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Investigadoras de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), en Argentina, realizaron un estudio con el fin de corroborar que la desregulación en la disponibilidad de sustratos energéticos, tanto en la vida prenatal como postnatal, predispone al desarrollo de procesos de adaptación metabólica y hormonal que persisten a lo largo de la vida y que se relacionan con el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas (obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etcétera).
Cabe aclarar que el denominado proceso metabólico es aquel involucrado en la transformación de la materia en energía y comprende dos etapas: el anabolismo, etapa de construcción o producción y el catabolismo, etapa de degradación o destrucción.
Las investigadoras Paola Gauffin Cano, Analía Medina, Mirta Asunción Medina de Cáceres y Silvia del Valle Saad de Schoos señalaron a Argentina Investiga que el trabajo consistió en la recolección de muestras de leche materna en diferentes etapas de la lactación (calostro y leche madura), en la determinación de parámetros nutricionales y bioquímicos de las madres y los neonatos, y en establecer una relación entre los niveles de leptina de la leche y el estado nutricional de las mujeres dadoras.
Tanto la dieta previa, que define la composición de los ácidos grasos del tejido adiposo acumulado durante el embarazo, como la dieta durante el amamantamiento, son taxativas para la composición de ácidos grasos de los triglicéridos de la leche. Según los valores calóricos y vitamínicos de las mujeres dadoras se modifican ciertos factores bioactivos de la leche materna, entre ellos la leptina (hormona sintetizada principalmente por el tejido adiposo). Ésta cumple funciones pleiotrópicas en el organismo; es decir aquellas funciones en las que interviene un gen responsable de caracteres fenotípicos, o distintos y no relacionados. Regular el gasto energético es una de las principales funciones conocidas. Por lo que los diferentes niveles de leptina, relacionados a la dieta de la madre, podrían explicar las diferencias antropométricas y hábitos dietarios en los niños durante la lactancia y a largo plazo.
Los investigadores determinaron parámetros bioquímicos en las muestras de leche materna tales como glucosa, colesterol, triglicéridos, leptina y composición de ácidos grasos y los relacionaron con los datos antropométricos de la madre y el neonato. Las muestras fueron donadas por el Instituto Maternidad “Nuestra Señora de la Merced”, de la provincia de San Miguel de Tucumán. Entre los resultados, mencionan que los niveles de leptina se correlacionaron en forma positiva con el estado nutricional de la madre (Índice de Masa Corporal, IMC). Además, observaron una relación directa entre el porcentaje de ácidos grasos saturados en el calostro tanto con el IMC o los niveles de leptina. Mientras que la relación es indirecta con el porcentaje de ácidos grasos mono y poliinsaturados.
Como conclusión, se destaca la importancia de la dieta de la madre en la lactancia, ya que alteraciones en los niveles de sus componentes bioactivos podrían afectar el programa metabólico a largo y corto plazo. Las madres bien alimentadas producen cantidades moderadas de leptina, las cuales proveen al infante de protección contra la ganancia excesiva de peso, efecto que podría permanecer en la edad adulta. De lo contrario, se ha sugerido que la hipoleptinemia (desnutrición) en el período de lactancia, crucial para el desarrollo del infante, podría predisponer a la obesidad futura como resultado de anormalidades estructurales en los circuitos hipotalámicos que regulan los valores energéticos.(Fuente: Argentina Investiga)
marzo 24/ 2016 (Noticias de la ciencia)