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Sólo cuando las personas son capaces de utilizar la expresión facial de las emociones como un canal para la comprensión de una expresión, van a ser capaces de interactuar adecuadamente con su entorno.
La expresión facial de las emociones tiene una función social importante que facilita la interacción entre las personas. Este proceso tiene una base neurológica, que no se aísla del contexto ni de la experiencia acumulada por la interacción entre las personas en dicho contexto. Sin embargo, hasta la fecha, no se conocen con claridad los efectos de la experiencia sobre la percepción de las emociones.
Un estudio publicado en la Revista de Neurología, ha analizado la función que desempeña la experiencia en el reconocimiento de la expresión facial de las emociones y los sesgos que las experiencias negativas y positivas podrían tener sobre la percepción emocional.
La maduración de las estructuras que soportan la capacidad para reconocer la emoción pasa por un período sensible durante la adolescencia, donde la experiencia adquirida puede tener mayor impacto sobre el reconocimiento emocional.
Experiencias de abuso, maltrato, abandono, guerras o estrés generan un sesgo hacia las expresiones de ira y tristeza. De igual manera, las experiencias positivas dan lugar a un sesgo hacia la expresión de alegría.
Según los autores, sólo cuando las personas son capaces de utilizar la expresión facial de las emociones como un canal de comprensión y expresión interaccionarán de manera adecuada con su entorno. Este entorno, a su vez, dará lugar a experiencias que modulan dicha capacidad.
Por lo tanto, es un proceso autorregulatorio que puede ser dirigido a través de la implementación de programas de intervención sobre los aspectos emocionales
mayo 12/ 2015 (Rev. Neurología)
Fuente: Gordillo F, Pérez MA, Arana JM, Mestas L, López RM. The role of experience in the neurology of facial expression of emotions. Rev Neurol. 2015 Apr 1;60(7):316-20. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25806481