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Se necesitan estudios de seguimiento para mostrar si tratar los problemas de audición podría retrasar el deterioro mental, comentan los expertos
Las personas mayores adultas con problemas de audición podrían tener un ritmo más rápido de reducción del tamaño cerebral conforme envejecen, sugiere un nuevo estudio.
Una serie de estudios han hallado que las personas mayores con pérdida de audición tienden a sufrir un deterioro mayor de sus habilidades de memoria y de pensamiento, en comparación con las que tienen una audición normal.
«Sabemos que la pérdida de audición común relacionada con el envejecimiento está asociada con el declive cognitivo (mental). La pregunta es: «¿Por qué?», señaló el Dr. Frank Lin, profesor de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, e investigador principal del nuevo estudio.
Los hallazgos, dijo, ofrecen una explicación posible: Las personas mayores con problemas de audición pierden volumen cerebral más rápidamente que sus iguales con audición normal.
La razón exacta no está clara y se desconoce el impacto en la vida real. El estudio no realizó pruebas de la habilidad mental real de los participantes.
Pero, la «mayor pregunta», dijo Lin, es si el tratamiento de los problemas de audición puede ralentizar los cambios en la estructura cerebral y, más importante todavía, retrasar la demencia.
Lin y sus colaboradores planean ahora un ensayo para poner a prueba esa idea.
Los hallazgos actuales se basan en 126 personas adultas de 56 a 86 años que se sometieron a IRM anualmente para hacer un seguimiento de los cambios del tejido cerebral durante hasta una década. En el momento del primer examen, también se les hizo un examen físico y de audición. 51 participantes mostraron algún grado de pérdida auditiva (en la mayoría de los casos se trató de una variedad leve con la que las personas tenían problemas para escuchar las voces suaves, por ejemplo).
El equipo de Lin descubrió que los adultos mayores con problemas de audición mostraron un declive más rápido en el volumen cerebral a lo largo de los años, sobre todo en las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento del sonido y el habla.
El estudio, publicado en la revista NeuroImage (doi: 10.1016/j.neuroimage.2013.12.059), no puede demostrar que la pérdida de audición provoque directamente las pérdidas del tejido cerebral.
Pero el principio básico de «lo que no se usa se pierde» podría aplicar, según Lin.
«El oído ya no envía mensajes claros al cerebro», señaló. Sin esa entrada de información, la estructura de las regiones cerebrales que procesan los sonidos podría cambiar.
Y, además, dijo Lin, esas áreas cerebrales también hacen otras tareas. Entre otras cosas, juegan un papel en la memoria y en el procesamiento de la información que no es auditiva.
Un experto en audición que no participó en el estudio afirmó que es «interesante», y que plantea la cuestión de si el tratamiento de los problemas de audición puede evitar la pérdida de tejido cerebral o ralentizar el declive mental.
«Pero necesitamos un estudio para probarlo, y ese estudio todavía se tiene que realizar», comentó el Dr. Ian Storper, otólogo en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
Aunque los investigadores han descubierto un vínculo entre la pérdida de audición y el declive mental, indicó Storper, «eso no demuestra que haya causalidad». Tanto la pérdida de audición como la pérdida de volumen cerebral son algo común del envejecimiento, y hay muchas otras variables que podrían estar relacionadas con ambas, añadió Storper.
El equipo de Lin sí tuvo en cuenta algunos otros factores de la salud, como, por ejemplo, si las personas fumaban, o si tenían hipertensión o diabetes. Y aun así seguía habiendo una conexión entre los problemas de audición y una mayor pérdida de volumen del cerebro.
Pero Lin se mostró de acuerdo en que lo se necesita en última instancia es un ensayo que evalúe si el tratamiento para la pérdida de audición ralentiza el declive mental.
Según Lin, «al final, lo que le importa a todos es: ¿Qué podemos hacer al respecto?».
Por supuesto, ya hay razones para tratar la pérdida de audición, señaló Storper. En algunos casos, el tratamiento puede ser tan fácil como extraer el cerumen, comentó.
Pero, con frecuencia, las personas mayores necesitan un audífono o un dispositivo de ayuda que facilite la escucha en determinadas situaciones, como hablar por teléfono o ver la televisión, por ejemplo.
Según el Instituto Nacional del Envejecimiento de los EE. UU., casi un tercio de los estadounidenses de 65 a 74 años de edad tienen al menos una pérdida leve de audición, al igual que casi la mitad de los que tienen 75 o más.
Si los problemas de audición son un factor contribuyente del declive mental y la demencia, comentó Lin, entonces tratarlos podría tener un gran impacto en la salud pública.
enero 29/2014 (Medlineplus)
Lin FR, Ferrucci L, An Y, Goh JO, Doshi J, Metter EJ. Association of hearing impairment with brain volume changes in older adults.NeuroImage. Ene 9, 2014,