jul
20
Un nuevo método, desarrollado por investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) en Alemania, permitirá que sea mucho más fácil medir la actividad cerebral humana hasta el nivel celular. El método se basa en microelectrodos junto con el apoyo de pacientes con tumores cerebrales, que participan en los estudios mientras se les practica una cirugía cerebral ‘despiertos’. Esta técnica permitió al equipo identificar cómo el cerebro procesa los números.
En el trabajo, publicado en Cell Reports, los investigadores han evidenciado que algunas neuronas del cerebro de los participantes estaban especializadas en el manejo de números concretos. Cada una de las neuronas implicadas en este proceso, estaba especialmente activa cuando se presentaba al paciente su número ‘preferido’ de elementos en un patrón de puntos. En menor medida, esto ocurría también cuando los sujetos procesaban símbolos numéricos. Para llegar a este resultado, los investigadores tuvieron que resolver primero un problema fundamental, centrado en que el cerebro funciona mediante impulsos eléctricos. Así que es detectando directamente estas señales cuando es posible aprender más sobre la cognición y la percepción.
Por ello, desarrollaron un método que adapta tecnologías establecidas y abre posibilidades totalmente nuevas en neurociencia. En el centro del procedimiento se encuentran conjuntos de microelectrodos que han sido sometidos a pruebas exhaustivas en estudios con animales. Para garantizar que los electrodos produjeran datos fiables en cirugías con el cerebro humano despierto, los investigadores tuvieron que reconfigurarlos en estrecha colaboración con el fabricante. El truco consistía en aumentar la distancia entre los sensores en forma de aguja utilizados para registrar las actividades eléctricas de una célula. El procedimiento tiene dos ventajas fundamentales, en primer lugar, la cirugía tumoral permitió acceder a una zona mucho más amplia del cerebro, y en segundo lugar, con los electrodos utilizados, que han sido estandarizados y probados en años de ensayos con animales, muchos más centros médicos tendrán la oportunidad de medir la actividad neuronal en el futuro.
jul
20
Un estudio internacional ha mapeado lesiones relacionadas con la epilepsia y ha descubierto un nuevo circuito cerebral para la enfermedad, un hallazgo que pone de relieve la posibilidad de utilizar este circuito cerebral para guiar los tratamientos de estimulación cerebral contra la epilepsia, según publican los investigadores del Brigham and Women’s Hospital (EE.UU.) en JAMA Neurology.
Los investigadores utilizaron la técnica de mapeo de redes de lesiones para identificar este circuito cerebral. Así, utilizando un diagrama de cableado del cerebro humano, el mapeo de la red de lesiones permite mirar más allá de la ubicación individual de la lesión y mapear su circuito cerebral conectado. De esta forma, los autores estudiaron 5 conjuntos de datos de más de 1.500 pacientes con lesiones cerebrales. Estudiaron diversas lesiones cerebrales, como ictus, traumatismos y tumores, lo que permitió buscar conexiones de red comunes asociadas a la epilepsia en distintas regiones y tipos de daño cerebral. En base a ello, compararon las localizaciones de las lesiones cerebrales en pacientes que desarrollaron epilepsia con las de pacientes que no la desarrollaron, y descubrieron que las lesiones asociadas con la epilepsia estaban distribuidas por todo el cerebro. Sin embargo, estas mismas localizaciones de las lesiones estaban conectadas a una red cerebral común, lo que sugiere que la clave estaba en las conexiones cerebrales interrumpidas por las lesiones, más que en las localizaciones de las lesiones en sí.
Las conexiones cerebrales clave que identificaron no se encontraban en la superficie del cerebro, sino en su interior, en ganglios basales y cerebelo. Basándose en estos hallazgos, los investigadores analizaron los datos de resultados de 30 pacientes con epilepsia resistente a fármacos que se sometieron a estimulación cerebral profunda (ECP) para tratar las crisis. Descubrieron que a los pacientes les iba mucho mejor si el lugar de la ECP estaba conectado a la misma red cerebral, que identificaron mediante lesiones cerebrales.
jul
20
El uso de terapia hormonal sustitutoria en la menopausia se asocia con una mayor tasa de demencia y enfermedad de Alzheimer, ha sugerido un amplio estudio danés publicado por The BMJ. El trabajo observó un aumento en las usuarias a largo plazo de la terapia hormonal menopáusica, pero también en las usuarias a corto plazo en torno a la edad de la menopausia (55 años o menos), como se recomienda actualmente.
Los autores evaluaron la asociación entre el uso de la terapia combinada de estrógenos y progestágenos (progestágeno sintético) y el desarrollo de demencia según el tipo de tratamiento hormonal, la duración del uso y la edad en el momento del uso. A partir de datos de registros nacionales, identificaron 5.589 casos de demencia y 55.890 controles libres de demencia emparejados por edad entre 2000 y 2018 de una población de todas las mujeres danesas de 50-60 años en 2000 sin antecedentes de demencia y sin ninguna razón subyacente que les impidiera usar terapia hormonal menopáusica. La edad media en el momento del diagnóstico fue de 70 años. Antes del diagnóstico, 1.782 (32%) casos y 16.154 (29%) controles habían recibido terapia con estrógenos-progestágenos desde una edad media de 53 años. La duración media del uso fue de 3,8 años para los casos y de 3,6 años para los controles.
Los resultados muestran que, en comparación con las personas que nunca habían utilizado el tratamiento, las personas que habían recibido terapia con estrógenos-progestágenos tenían una tasa un 24% mayor de desarrollar demencia por todas las causas y enfermedad de Alzheimer, incluso en las mujeres que recibieron el tratamiento a la edad de 55 años o menos. Las tasas eran mayores con un uso más prolongado, oscilando entre el 21% para un año o menos y el 74% para más de 12 años de uso. El aumento de la tasa de demencia fue similar entre los regímenes de tratamiento continuo (estrógeno y progestágeno tomados diariamente) y cíclico (estrógeno diario con progestágeno tomado 10-14 días al mes). El uso de terapia sólo con progestina y sólo con estrógenos vaginales no se asoció con el desarrollo de demencia.
jul
20
Los altos niveles de masa magro podrían proteger contra la enfermedad de Alzheimer, según sugiere un amplio estudio publicado en BMJ Medicine. Sin embargo, según sus autores, del servicio de neurología en la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.), es necesario seguir investigando para desentrañar las vías biológicas subyacentes, así como las implicaciones clínicas y de salud pública.
Varios estudios anteriores han relacionado obesidad y Alzheimer, por lo que, para tratar de concretar estar relación, los investigadores utilizaron la aleatorización mendeliana, para obtener pruebas genéticas que respalden un resultado concreto, en este caso, el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Se basaron en 450.243 participantes del Biobanco del Reino Unido; una muestra independiente de 21.982 personas con Alzheimer y 41.944 sin la enfermedad; otra muestra de 7.329 personas con Alzheimer y 252.879 sin la enfermedad para validar los resultados; y 269.867 personas que participaron en un estudio sobre genes e inteligencia. Unas 584 variantes genéticas se asociaron con la masa muscular magra; ninguna se localizaba en la región del gen APOE que se asocia con la vulnerabilidad a la enfermedad de Alzheimer. Estas variantes genéticas combinadas explicaban el 10% de la diferencia de masa muscular magra en los brazos y las piernas de los participantes en el estudio.
Por término medio, una mayor masa muscular magra (genéticamente aproximada) se asoció a una reducción modesta, pero estadísticamente sólida, del riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo se repitió en una muestra adicional de 7.329 personas con enfermedad de Alzheimer y 252.879 personas sin la enfermedad, utilizando diferentes medidas de masa muscular magra: tronco y cuerpo entero. La masa magra también se asoció a un mejor rendimiento en tareas cognitivas, pero esta asociación no explicó el efecto protector de la masa magra sobre el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
jul
20
La progresión de la enfermedad de Parkinson (EP) da lugar a una pérdida de la capacidad para realizar actividades de la vida diaria y de la calidad de vida relacionada con la salud. Los objetivos de este estudio, realizado por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, fueron establecer las relaciones entre las habilidades de desempeño ocupacional y la calidad de vida relacionada con la salud, y el grado de carga del cuidador en pacientes con EP.
El estudio, publicado en Revista de Neurología, incluyó a 49 sujetos en diferentes estadios de EP según la escala de Hoehn y Yahr. Los pacientes fueron evaluados usando el cuestionario de la enfermedad de Parkinson (PDQ-39), el EuroQoL (EQ-5D), la evaluación de las habilidades motoras y de procesamiento (AMPS), y la entrevista de Zarit sobre la carga del cuidador (ZCBI). Se encontraron fuertes correlaciones entre la sección de habilidades motoras de la AMPS y el PDQ-39 y los cuestionarios EQ-5D, mientras que se encontraron correlaciones moderadas con las habilidades de procesamiento. Las habilidades de procesamiento de la AMPS se correlacionaron moderadamente con la movilidad y las actividades de la vida diaria. La ZCBI sólo se correlacionó débilmente con las habilidades motoras de la AMPS.
Los autores concluyeron que las puntuaciones decrecientes en la AMPS están estrechamente relacionadas con la pérdida de calidad de vida relacionada con la salud en pacientes con EP y, en menor medida, con el grado de carga del cuidador.
jul
20
De cara a la campaña de vacunación COVID-19 del próximo otoño, el Ministerio de Sanidad apuesta por la vacunación con Hipra, una vacuna adyuvada bivalente (incluye las variantes Alfa y Beta del virus) que fue autorizada a finales de marzo por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como dosis de recuerdo para los mayores de 16 años que han recibido la pauta de primovacunación con una vacuna de ARNm.
Así, el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, anunció tras el último Consejo de Ministros celebrado el pasado 4 de julio, que se administrará en el próximo mes de octubre una dosis de recuerdo adicional con Hipra para sanitarios y mayores de 60 años.
Sin embargo, dos meses antes del anuncio por parte del Gobierno de España, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó la recomendación de utilizar vacunas COVID-19 que incluyan y protejan de la cepa Ómicron en las próximas estrategias de vacunación a nivel mundial. Una comunicación amparada también por la EMA y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), que también apuntan a la necesidad de actualizar la composición de las vacunas.
Y es que el Grupo Asesor Técnico de la OMS sobre la Composición de la Vacuna contra la COVID-19, después de evaluar las implicaciones de la evolución del SARS-CoV-2 y debatir sobre la composición de las futuras formulaciones de las vacunas contra la COVID-19, concluyó que, a partir de ahora, la vacunación debería llevarse a cabo con vacunas monovalentes que contengan la proteína S de la espícula del linaje XBB.1 (sublinajes XBB.1.5 y XBB. 1.16), pues es probable que puedan dar lugar a las futuras variantes que circularán a corto y medio plazo en todo el mundo.
¿Es acertado vacunar con Hipra?
En los últimos tiempos, la vacunación frente a la COVID-19 se ha basado en las vacunas bivalentes, que contienen la proteína S de la cepa ancestral y de alguna de las variantes Ómicron. Sin embargo, tal y como ha indicado el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la cepa ancestral ha desaparecido y en la actualidad las variantes que predominan en todos los países son las subvariantes derivadas de la variante Ómicron XBB: la XBB.1.5 y la XBB 1.16.
Ante ello, Raúl Ortiz de Lejarazu, profesor de Microbiología en la Universidad de Valladolid y director emérito en el Centro Nacional de Gripe de Valladolid, se ha pronunciado sobre la conveniencia o no de administrar Hipra en el contexto actual. “Me gustaría ver artículos publicados en revistas científicas de peso sobre la antigenicidad e inmunogenicidad de esta vacuna adyuvada que tiene una cepa Beta de la época pre-Ómicron”, ha expuesto.
Actualmente, hay tres compañías que permanecen en la carrera de vacunas COVID-19 al cumplir los requisitos indicados por la OMS: las vacunas de ARNm de Pfizer (Comirnaty) y Moderna (Spikevax) y la vacuna de proteínas de Novavax (Nuvaxovid).
La vacunación COVID-19 en el plano internacional
A nivel internacional, algunos países del entorno se han alineado con la OMS para recomendar el uso de vacunas COVID-19 que incluyan la protección frente a la variante Ómicron. Es el caso de Alemana Francia o Italia, así como de Estados Unidos.
Alemania
En Alemania, desde principios de 2023, la variante Ómicron XBB.1, considerada variante de interés (VOI) ha determinado la situación epidemiológica del país y se espera que en los próximos meses aumente la incidencia. Ante esta situación, el Comité Permanente de Vacunación de Alemania (STIKO) recomienda administrar dosis de refuerzo a niños con condiciones de riesgo e inmunodeficiencia y, preferiblemente, utilizando vacunas de ARNm adaptadas a esta variante (Pfizer y Moderna).
Francia
La Alta Autoridad de Salud (HAS) de Francia también ha recomendado que, para la campaña de vacunación frente a la COVID-19 de este año, se realice la vacunación de refuerzo preferentemente con una vacuna bivalente de ARNm (Pfizer o Moderna), “independientemente de las vacunas utilizadas previamente”.
Por otro lado, la HAS aconseja el uso de las vacunas VidPrevtyn (Sanofi) y Nuvaxovid en mayores de 18 años vacunados con una vacuna de ARNm o de vector adenoviral, como alternativa a las vacunas bivalentes de ARNm para personas reticentes a dichas vacunas y para aquellas que no puedan beneficiarse de ellas (contraindicaciones).
Italia
En Italia, dos sociedades científicas han publicado un posicionamiento conjunto sobre la protección de las vacunas actuales frente a la variante Ómicro XBB. Así, la Sociedad Italiana de Higiene (SItI) y la Sociedad Italiana de Infecciosas y Tropicales Enfermedades (SIMIT) han expuesto que publicaciones recientes han demostrado que el refuerzo de ARNm bivalente “muestra protección contra la infección sintomática XBB/XBB.1.5 y hospitalización durante al menos los primeros 3 meses después de la vacunación en personas que han recibido previamente 2-4 dosis de una vacuna monovalente”.
De este modo, las sociedades científicas italianas consideran que estos datos “justifican” la necesidad de actualizar la composición de las vacunas COVID-19 para el período 2023-2024, para que la campaña de vacunación “coincida más con las variantes y sublinajes de Ómicron que circulan actualmente”.
Estados Unidos
Finalmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha recomendado a las compañías farmacéuticas fabricantes de vacunas COVID-19 la inclusión de la subvariante de Ómicron XBB.1.5 como integrante exclusiva de la vacuna a utilizar para la próxima temporada 2023/2024, siguiendo las recomendaciones de su comité asesor VRBPAC. Las secuencias proteicas de esta subvariante son bastante similares a las de otras que actualmente circulan como la XBB.1.16 y XBB.2.3.
Gaceta Médica 11 de julio 2023