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Un equipo internacional de investigadores ubicados en el Centro RIKEN de Ciencias Médicas Integrativas (IMS) en Japón descubrió que las personas que portan ciertos factores de riesgo genéticos para el cáncer gástrico tienen un riesgo más elevado de desarrollar esta enfermedad si también han sido infectadas por la bacteria Helicobacter pylori. El hallazgo, publicado en The New England Journal of Medicine, podría contribuir al desarrollo de una medicina genómica adaptada para tratar específicamente este tumor, según los autores.
El cáncer de estómago es la cuarta causa principal de muerte por cáncer en todo el mundo y en su potencial desarrollo influyen factores de riesgo tanto ambientales como genéticos. Ambientalmente, la infección por H. pylori aumenta el riesgo de cáncer de estómago. Debido a que la presencia de H. pylori en el este de Asia es alta, la incidencia de cáncer de estómago es mayor en países como Japón, por ejemplo.
Estudio en población japonesa
Desde el punto de vista genético, se conoce que ciertas variantes están asociadas con el riesgo de enfermedad. Así, por ejemplo, las personas que portan una determinada variante patógena hereditaria del gen CDH1 tienen un mayor riesgo de cáncer gástrico.
La prueba de la presencia de variantes patogénicas es ahora otra de las distintas medidas que se están tomando para la prevención, vigilancia y selección del tratamiento del cáncer. Sin embargo, todavía faltan estudios de casos y controles a gran escala. Además, los datos de los que se han realizado no han evaluado todavía cómo cambia el riesgo de cáncer de estómago cuando las variantes patogénicas interactúan con factores ambientales como H. pylori. Por tanto, tampoco está claro qué medidas clínicas reales podrían llevarse a cabo.
Para abordar este problema, el equipo de investigación analizó el riesgo de cáncer gástrico en un estudio a gran escala de casos y controles en población japonesa, considerando si eran portadores de variantes patogénicas y si habían sido infectados por H. pylori.
Usando un método para el análisis genómico desarrollado originalmente en RIKEN, el equipo conjunto dirigido por Yukihide Momozawa, del Laboratorio de Desarrollo de Genotipado de RIKEN IMS y Keitaro Matsuo, de la División de Epidemiología y Prevención del Cáncer del Centro del Cáncer Aichi, en Japón, analizó muestras de ADN de más de 11.000 pacientes con cáncer de estómago y 44. 000 personas sin cáncer para 27 genes asociados con herencia tumores Su análisis identificó nueve genes que estaban altamente asociados con el riesgo de cáncer de estómago. Después, se estudió la interacción entre las variantes patogénicas en los nueve genes y el historial de infección por H. pylori de cada paciente.
El primer hallazgo fue que el riesgo de cáncer gástrico era significativamente mayor cuando una variante patogénica se combinaba con una infección por H. pylori que cuando cualquiera de los factores estaba presente solo. De los nueve genes en los que se centraron el estudio, cuatro fueron de particular interés porque codifican proteínas que normalmente ayudan a reparar el ADN dañado.
Yoshiaki Usui, coordinador de la investigación, considera que estas variantes patogénicas exacerban el daño causado por la infección por H. pylori. «La infección por esta bacteria conduce al desarrollo tumoral porque promueve la ruptura de la doble cadena del ADN y desestabiliza el ADN de las células del estómago. La combinación de este fenómeno con la presencia de variantes genéticas que impiden la reparación normal del daño parece aumentar sustancialmente el riesgo de cáncer gástrico».
Dado que la prevalencia de la infección por H. pylori es elevada y su erradicación ha resultado difícil, la detección de variantes patogénicas puede ayudar a determinar a quién se debe dar prioridad para las intervenciones. En general, reducir el riesgo de cáncer de estómago mediante la prueba de infección por H. pylori y erradicarla sigue siendo una alta prioridad para el colectivo médico, independientemente de si son portadores de las variantes patogénicas.
Prevención y erradicación
«Para la práctica clínica, tendremos que determinar hasta qué punto la erradicación de H. pylori tiene realmente un efecto preventivo o cuándo se debe considerar la erradicación», señala Matsuo.
Para este profesional, la información obtenida contribuirá a la renovación de las pautas de la práctica médica sobre el cáncer gástrico y las variantes patogénicas. «Se espera que contribuya a establecer un sistema de medicina genómica a la medida, que incluya una mejor precisión diagnóstica, el desarrollo de terapias dirigidas a los genes causantes y los métodos y medidas preventivas más apropiadas para reducir los casos de cáncer gástrico», dice Momozawa.
Abril 12/2023 (Diario Médico) – Tomado de la Selección de Oncología. Copyright 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.