La afectación placentaria, causada por la infección del SARS-CoV-2, produce un comportamiento anómalo del flujo sanguíneo entre la madre y el bebé en desarrollo, debido a la necrosis del trofoblasto. Investigadores españoles han observado que, a pesar de que resulta muy infrecuente, puede ser mortal para el feto.

embarazo covidUn estudio llevado a cabo por expertos del Hospital CLÍNIC-IDIBAPS, el Hospital Universitario Vall de Hebrón y el Hospital Universitario Parc Taulí, de Sabadell confirma la afectación mortal de la COVID-19 en los fetos de un grupo de mujeres embarazadas de entre 24 y 39 años.

El trabajo, publicado en la revista Modern Pathology, analiza cerca de 200 casos de mujeres que se infectaron por la COVID-19 durante el embarazo. Los autores observaron que la placenta había sido infectada por SARS-CoV-2 en un total de nueve casos. En cinco de ellos, se produjo la muerte intrauterina del bebé.

Las muertes fetales atribuibles a la infección por COVID-19 solo afectan al 2,5 % de los casos estudiados.

Todos los casos analizados presentaban un desarrollo del embarazo dentro de la normalidad y no se identificaron otras causas que propiciaran el fallecimiento del feto.

Afortunadamente, la afectación de la placenta es muy infrecuente (4,5 % de las mujeres embarazadas que han padecido COVID-19, según esta investigación). Las muertes fetales atribuibles a esta causa son solo de alrededor el 2,5 %.

Nueva complicación del coronavirus

La infección del tejido placentario se acompaña de una lesión característica que consiste en la necrosis del trofoblasto –una capa de células que provee nutrientes desde la madre al bebé dentro del útero– y colapso del espacio inter velloso –cada uno de los espacios cavernosos de la placenta situados entre las vellosidades coriónicas y ocupadas por sangre materna–.

La infección del tejido placentario se acompaña de una lesión característica que consiste en la necrosis del trofoblasto y el colapso del espacio intervelloso

Este daño al trofoblasto implica una nueva complicación de la COVID-19: la placenta deja de ser esponjosa, se vuelve más dura e interrumpe su proceso de desarrollo, lo que puede dar lugar a la muerte del feto. “No habíamos visto nunca estas lesiones, ya que se trata de una enfermedad nueva”, explican los autores.

La placenta es el primer órgano que se forma en el desarrollo fetal. Esta estructura proporciona el oxígeno y los nutrientes, que circulan en la sangre de la madre al bebé en crecimiento y actúa como los pulmones, intestinos, riñones e hígado de este. Además, es la responsable de muchos de los cambios hormonales que experimenta la madre.

octubre 08/2021 (SINC)

Referencia:

Garrido-Pontnou et al. “Diffuse trophoblast damage is the hallmark of SARS-CoV-2 associated fetal demise”. Modern Pathology 2021

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