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Un estudio más profundo de la sepsis y, por tanto, el diseño de medicamentos efectivos contra ella, hubiera reducido las muertes por COVID-19.
Eduardo López-Collazo, director científico del Instituto de Investigación del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ), de Madrid, ha completado un camino de preguntas y respuestas sobre Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), cáncer y coronavirus, fenómenos cuyos mecanismos más íntimos parecen no ser ajenos entre sí.
Se suma ahora la sepsis –una de las primeras causas de muerte en el mundo actual- que también interacciona con estos procesos, y de manera muy especial con la infección por SARS-CoV-2, ya que “la mayoría de los pacientes que mueren al contraer la COVID-19 lo hacen porque se les declara una sepsis”, señala el científico.
PREGUNTA. Después de varias obras, ¿qué le impulsa a adentrarse en el mundo de la sepsis al que ha dedicado años de su vida profesional?
RESPUESTA. La sepsis es una de las mayores causas de muerte. Eso me molesta, me intriga. En el libro narro cómo fue que supe de su existencia y porque me lancé a estudiarla. En realidad ‘¿Qué es la sepsis?’, era el libro que quería escribir. Sin embargo, la editorial me pidió primero que hablará del cáncer.
En ese momento, decidí hacer una trilogía con los temas en los que he trabajado, terminando con el más desconocido: la sepsis. Así salieron: ¿Qué es el cáncer? ¿Qué es el VIH? , y ahora ¿Qué es la sepsis? El libro sobre el coronavirus se “coló” como un intruso necesario, pero no pertenece a la trilogía.
P. En el título ya avanza que la sepsis es algo más que el estado final del paciente con COVID-19. ¿Qué es la sepsis y qué interrelaciones establece con esta infección?
R. Por lo general, asociamos la palabra sepsis a una infección y no vamos mal encaminados. Pero no es solo eso; también está la respuesta del sistema de defensa a la infección. A veces, nuestras defensas causan una especie de caos que empeora los daños provocados por la infección inicial. Por otra parte, en algún momento de la enfermedad, se puede ‘evolucionar’ a un estado de cansancio que deja al paciente sin ‘armas’ para luchar contra otras infecciones que pueden aparecer.
Un dato para reflexionar: la sepsis es una de las primeras causas de muerte en el mundo que vivimos. Incluso por encima de varios tipos de cánceres y el infarto de miocardio. La relación con la COVID-19 es directa. La mayoría de los pacientes que mueren al contraer COVID-19 lo hacen porque se les declara una sepsis.
P. ¿Qué papel juega en otras enfermedades: VIH, cáncer, entre otras?
R. La sepsis puede presentarse como una enfermedad secundaria en varias situaciones clínicas. La aparición de una infección puede ocurrir en esas circunstancias y la afectación previa que tiene el sistema de defensa propiciaría una peor evolución.
P. ¿Se ha prestado especial atención a este fenómeno en la historia clínica, desarrollo y evolución de los pacientes afectados de coronavirus? ¿Señala que se trata de una enfermedad alejada de los medios hasta que llegó la COVID-19?
R. Si hubiésemos estudiado a fondo la sepsis y, en consecuencia, generados medicamentos efectivos contra ella, las muertes por COVID-19 hubiesen sido significativamente menos. De cualquier manera, la relación con la sepsis se ha quedado en los foros científicos. Esta palabra no se menciona en los medios de comunicación. No hemos conseguido que devenga mediática a pesar de los números de fallecidos por esta causa.
P. En uno de los capítulos alude al sistema inmune, a las ‘natural killers’, células que actualmente parecen ser un marcador de evolución de la COVID-19. ¿Qué peso específico tienen en la enfermedad por SARS-CoV-2? ¿Cuánto hay que seguir investigando en estas ‘asesinas naturales’ en otras enfermedades?
P. La ‘natural killers’ o células NK como las llamamos en el laboratorio, pertenecen a lo que denominamos sistema inmune innato, los ‘antidisturbios del cuerpo’. Ellas forman parte de la primera línea de defensa frente a un amplio rango de patógenos. En algunos pacientes con COVID-19 se ha observado una fuerte activación de células NK en el lavado. Por otra parte, su presencia y activación en la circulación sanguínea correlaciona con la gravedad de la enfermedad. Es un tema apasionante, no solo en COVID-19, también en tumores, por ejemplo.
P. ¿Existen tratamientos adecuados y eficaces actualmente para combatirla? ¿Qué estrategias se están ensayando?
R. Ahí radica la cuestión. El tratamiento se reduce al uso de antibióticos y mantener al paciente en equilibrio de líquidos. Es increíble. Tampoco se invierte mucho en solucionar el problema. Nuestro equipo está buscando extrapolar algunos tratamientos que se usan en tumores. Quizá en un futuro hablemos de nuevo sobre esto con buenas noticias.
Actualmente, erradicar la sepsis no es posible… empecemos primero por curarla
P. La sepsis es el resultado natural del paso del tiempo, de la vejez? Si es así, es posible erradicarla o tratarla adecuadamente?
R. No es preciso del todo. La sepsis se puede dar a cualquier edad. Es cierto que su evolución es peor en ancianos y esto tiene que ver con el envejecimiento inmunológico, con las defensas. En cuanto a erradicarla…. empecemos primero por curarla.
P. Últimamente se insiste mucho en supermicroorganismos resistentes a antibióticos. ¿Es un problema añadido para el adecuado abordaje de la sepsis o los mecanismos son diferentes?
R. Todo está relacionado. Si aparece una superbacteria resistente a todos los antibióticos, se complica, el ya difícil abordaje de la sepsis. Hay que recordar que una persona puede morir debido a una sepsis en la que el patógeno causante haya sido eliminado con antibióticos. ¡Imagina si, además, no podemos eliminarlo por ser resistente!
P. ¿Cómo definiría el tratamiento integral para la eliminación de la sepsis o, por el contrario, siempre existirá?
R. Hoy no tenemos grandes armas en contra de la sepsis, una vez aparece. Por supuesto que, gracias a siglos de investigaciones, contamos con antibióticos para eliminar la infección en la mayoría de los casos. Pero esto no es lo único que hay que evitar en la sepsis; también está la respuesta exagerada de las defensas e incluso su cansancio. Aquí aún estamos en pañales.
En cuanto a la prevención, esta pasa por evitar el contacto con agentes infecciosos. Sin embargo, en el mundo aséptico que vivimos seguimos corriendo el riesgo de padecer una sepsis. Todo esto lo cuento en ‘¿Qué es la sepsis?’ que, como sus antecesores en la trilogía, es una especie de conversación relajada con el lector, una pequeña novela donde además aprendes. Invito a leerla.
agosto 22/2021 (Diario Médico)