Estas enfermedades producidas por helmintos (gusanos) parásitos, son transmitidas por el suelo y afectan a casi la cuarta parte de la población mundial, principalmente a niños en edad escolar.

helmintosUn equipo internacional de investigadores europeos y africanos ha publicado un trabajo en la prestigiosa revista PLOS Neglected Tropical Diseases,  en el que ponen en valor las técnicas moleculares basadas en la detección de ADN para evaluar de forma precisa la eficacia de los antihelmínticos y detectar resistencias.

Las helmintiasis son aquellas enfermedades producidas por helmintos (gusanos) parásitos. Dentro de los helmintos intestinales hay un grupo llamado geohelmintos. Estas helmintosis son transmitidas por el suelo y tienen una gran incidencia: se estima que hay 1’5 billones de personas infectadas en el mundo, cerca del 24 por ciento de la población mundial, principalmente niños en edad escolar.
Con estos datos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene entre sus objetivos principales reducir la incidencia de esta infección mediante campañas de administración masiva de medicamentos antihelmínticos una o dos veces al año, a población en edad escolar y grupos en riesgo. Según explica Javier Gandasegui, investigador del IGM (centro mixto CSIC-Universidad de León) y primer autor del trabajo publicado en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, “los medicamentos más utilizados para estas campañas de desparasitación son benzimidazoles, principalmente albendazol o mebendazol”.
Pero estas administraciones masivas pueden estar trayendo consigo un problema: el desarrollo de resistencias. “Llevamos un tiempo observando que la eficacia de los benzimidazoles ha ido disminuyendo tras años de campañas de administración masiva, lo que sugiere el desarrollo de resistencias a estos medicamentos”, precisa el investigador.

Los benzimidazoles son el tratamiento de primera línea de las geohelmintosis, de modo que de producirse resistencias las campañas de desparasitación perderían efectividad y no se podrían llegar a controlar y eliminar estas enfermedades. Además, se dificultaría su manejo en el contexto clínico.

Nuevas técnicas moleculares

Para conocer la eficacia de los antihelmínticos tradicionalmente se ha empleado la microscopía. Tal y como detalla Gandasegui, se recoge una muestra de heces justo antes del tratamiento y se evalúa la presencia de la infección. Tras unos días, 21 idealmente, se recoge una segunda muestra de heces y se vuelve a evaluar la infección a través del microscopio, valorando la curación o no del paciente.

Pero esta técnica no es del todo precisa. Recientemente, se han introducido nuevas herramientas moleculares, como la q-PCR, que permiten medir cuantitativamente la tasa de curación y la tasa de reducción de huevos. “Esto es particularmente importante tras el tratamiento, ya que si algunas cepas resistentes sobreviven, se pueden encontrar en baja cantidad y puede ser difícil su detección mediante microscopía”, agrega.

Por otro lado, la caracterización de resistencias se basa en encontrar factores genéticos en los helmintos que expliquen la causa de la baja eficacia de los medicamentos. De este modo, las técnicas moleculares basadas en la detección de ADN constituirían un importante aliado para poder detectar resistencias genotípicas.

“Creemos que las herramientas basadas en la detección de ADN representan una alternativa precisa a los métodos tradicionales, y deben ser evaluadas y validadas no solo para monitorear la carga de gusanos antes y después del tratamiento, sino también para detectar marcadores genéticos relacionados con la resistencia antihelmíntica”, subraya el estudio.

Un nuevo abordaje

El equipo de investigadores colabora en el proyecto STOP,  un ensayo clínico multicéntrico coordinado por José Muñoz, investigador de ISGlobal, que pretende evaluar la eficacia de una co-formulación de ivermectina y albendazol, frente al albendazol, como tratamiento antihelmíntico. En el proyecto participan grupos de investigación de cinco países europeos y cinco africanos. “Esta combinación es clave para el éxito del proyecto y ayudará a mejorar la cooperación y la creación de redes de sur a sur, norte a norte y norte a sur del continente”, indica Gandasegui. Concretamente, el ensayo clínico se llevará a cabo en Mozambique, Etiopía y Kenia.

“Si los resultados del ensayo clínico fueran favorables, podría cambiar el paradigma del control y eliminación de las geohelmintosis. Además, el uso de dos principios activos en el mismo medicamento ayudaría a evitar la aparición de resistencias”, subraya. Un importante paso junto a la generalización de las técnicas moleculares para evaluar de forma precisa la eficacia de los antihelmínticos y detectar resistencias.

Forman parte del proyecto, además de ISGlobal y el IGM de León, el Centro Médico Universitario de Leiden (Países Bajos), la Universidad Bahir Dar (Etiopía), la Escuela de Medicina Tropical e Higiene de Londres, los laboratorios Liconsa (España), el Instituto de Investigación Médica de Kenia y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique).

diciembre 31/2020 (Dicyt)

Referencia

Gandasegui J, Martínez-Valladares M, Grau-Pujol B, Krolewiecki AJ, Balaña-Fouce R, Gelaye W, et al. (2020) Role of DNA-detection–based tools for monitoring the soil-transmitted helminth treatment response in drug-efficacy trials. PLoS Negl Trop Dis 14(2): e0007931. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0007931

 

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