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El acceso a un sistema de salud universal, gratuita y de calidad es aún una tarea pendiente a nivel mundial, y en el contexto actual de la pandemia, que enfrenta hoy la mayor crisis en la atención sanitaria de los últimos tiempos, alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS).
COVID-19 se vuelve un tema cada vez más preocupante.
Con casi 30 millones de personas de 185 países contagiadas con el virus SARS-cov-2, causante de esta enfermedad, y más de 940 mil fallecidos, enfrenta la humanidad. Especialistas señalan que esta situación ejerce una presión sin precedentes en los sistemas de salud de todo el orbe y dificulta el quehacer de los trabajadores del sector.
Por ejemplo, en varios países se ha denunciado el limitado acceso a equipos de protección personal, lo cual aumenta los riesgos para la seguridad de estos profesionales frente a un virus de gran transmisibilidad y letalidad.
Alrededor del 14 por ciento de los casos de COVID-19 notificados a la OMS son trabajadores de la salud y en algunos países se registra incluso el 35 por ciento.
Sin embargo, el organismo internacional señala que estos datos son limitados, por lo que la cifra pudiera ser aún mayor, y es difícil saber si los trabajadores de la salud se infectaron en sus centros de trabajo o en las comunidades.
Violencia, estigmatización, trastornos psicológicos y emocionales son otros de los problemas que han enfrentado durante estos meses de pandemia.
La OMS destacó recientemente un aumento alarmante en los informes de acoso verbal, discriminación y violencia física hacia los trabajadores de la salud como otra consecuencia de la COVID-19.
Una revisión reciente realizada por ese organismo internacional indicó que uno de cada cuatro trabajadores de la salud padecía depresión o ansiedad, y uno de cada tres sufrió insomnio desde el comienzo de la pandemia.
Debido a todo esto, en muchas ocasiones el trabajo del personal sanitario se torna estresante, lo cual ocasiona que sean más propensos a cometer errores en sus prácticas y a poner en riesgo la seguridad y bienestar del paciente.
«Un personal de la salud bien informado, capacitado y motivado es fundamental para prestar una atención segura a los pacientes», añade la OMS.
Seguridad antes y después de la COVID
La página web de la OMS precisa que los eventos adversos debido a una atención poco segura y de mala calidad son probablemente una de las 10 causas principales de muerte y discapacidad en el mundo.
Antes de la pandemia, cada año se producían más de 13 millones de eventos adversos por una atención poco segura en hospitales de los países de ingresos bajos y medios, lo que provocaba unos dos millones 600 mil muertes.
Asimismo, en los países de ingresos altos, se estima que uno de cada 10 pacientes sufre daños mientras recibe atención hospitalaria, de los cuales casi el 50 por ciento son prevenibles.
Los errores más perjudiciales se registran en el diagnóstico, la prescripción y el uso de medicamentos, añaden los expertos.
La pandemia de la COVID-19, declarada por la OMS el 11 de marzo de este año, evidencia la necesidad de que cada país invierta en sus sistemas sanitarios, pues naciones desarrolladas y con economías poderosas se han visto abrumadas por la rápida y letal expansión de este virus.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de ese organismo, afirmó recientemente que cada gobierno debe construir sistemas de salud fortalecidos para que pandemias como la del SARS-cov-2, no incidan tan gravemente en sus poblaciones.
Este virus no será la última emergencia de salud mundial; pero con las inversiones políticas y financieras adecuadas ahora, podemos prevenir y mitigar futuras pandemias y proteger nuestro futuro y el de las generaciones venideras, afirmó.
Resaltó que la preparación en cuestiones de salud debe ser constante, pues ninguna nación o individuo pueden enfrentarse sola a un brote de esta magnitud.
El secretario general de la OMS dijo que cada segundo sin preparación en el sector de la salud aumenta el riesgo a la población ante enfermedades letales, desastres naturales y efectos nocivos del cambio climático.
Para algunos expertos, este año ha sido un llamado de atención, pues la COVID-19 impuso un costo terrible a la humanidad, con lecciones duramente ganadas.
Datos de la OMS indican que científicos de unos 190 laboratorios e instituciones en todo el mundo investigan posibles vacunas contra este nuevo coronavirus, de las cuales 35 se encuentran en fase de ensayos clínicos en humanos.
Los ensayos «requieren decenas de miles de personas y como mínimo seis meses para que se compruebe su eficacia y seguridad», por lo que habrá que esperar al menos hasta fines de 2020 o principios de 2021 para tener resultados fiables, puntualizó la científica jefe de la OMS, Soumya Swaminathan.
Por la seguridad de la vida
Desde 2019, el 17 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Seguridad del Paciente y este año la fecha se centra, además, en defender la seguridad del personal sanitario.
«Nadie debería sufrir daños en la atención sanitaria», asegura la OMS, por lo cual el origen de esta jornada se basa en el principio fundamental de la medicina de garantizar la vida y bienestar del paciente.
Los objetivos que persigue esta fecha son fomentar la comprensión de todas las personas, principalmente de los Gobiernos, en torno a este tema y aumentar la participación pública en acciones para garantizar una mayor calidad de vida.
septiembre 21/2020 (AFP). Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.