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Científicos registran en vivo la formación de coágulos en vasos sanguíneos de pacientes con COVID-19
Científicos de la Universidad de São Paulo (USP), en su campus de la localidad de Ribeirão Preto, en Brasil, lograron registrar en pacientes internados debido a que padecían la forma grave de COVID-19 la formación de coágulos en pequeños vasos existentes debajo de la lengua.
Este hallazgo, dado a conocer en la plataforma medRxiv, refuerza la teoría que postula que los trastornos de la coagulación sanguínea resultantes de una respuesta inflamatoria exacerbada al SARS-CoV-2 estarían en la base de los síntomas más severos de la enfermedad, entre ellos la insuficiencia respiratoria y la fibrosis pulmonar.
Esta hipótesis empezó a cobrar fuerza en el mes de abril, cuando investigadores de la Facultad de Medicina de la USP con sede en la ciudad de São Paulo encontraron microtrombos en los vasos más delgados que irrigan los pulmones durante las autopsias de personas que fallecieron como consecuencia del COVID-19.
“Persistían aún algunas dudas acerca de si esos trastornos de la coagulación serían una consecuencia del largo período de internación en UTIs [unidades de terapia intensiva] o si su causa efectiva residía en la respuesta inflamatoria inducida por el virus. Pero logramos observar la formación de microtrombos desde el primer día de internación”, le comenta Carlos Henrique Miranda, docente del Departamento de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto (FMRP-USP).
En el artículo, aún en su versión de preimpresión (no revisado por pares), se describe el análisis efectuado en la microcirculación sublingual de 13 pacientes que debieron ser intubados y sometidos a ventilación mecánica. Las imágenes se obtuvieron con un microscopio equipado con una cámara y una luz polarizada con capacidad para mostrar por separado los hematíes o glóbulos rojos y los vasos sanguíneos. Este estudio contó con el apoyo de la FAPESP (Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo).
“Nuestra propuesta originaria consistía en utilizar el microscopio para estudiar problemas de coagulación sanguínea en pacientes con sepsis [una inflamación sistémica desencadenada generalmente por una infección bacteriana localizada]. Pero la investigación quedó paralizada debido a la pandemia y afrontamos dificultades incluso para importar los aparatos. Merced a la ayuda de la Gerencia de Importaciones de la FAPESP lo logramos y decidimos entonces volcar nuestra atención hacia los pacientes con COVID-19”, dice Miranda.
Se escogió el área sublingual debido a que puede tenerse acceso a su mucosa en forma no invasiva. “Observamos en esos pequeños vasos múltiples fallas de rellenado, es decir, fragmentos sin ningún glóbulo rojo. Inferimos que en esas áreas existen trombos que obstruyen el flujo sanguíneo. En algunos de los pacientes logramos ver bien los vasos con trombos frente a nuestros ojos”, relata el investigador.
De acuerdo con Miranda, el trastorno de coagulación causado por el SARS-CoV-2 parece tener un “carácter predominantemente trombótico y sumamente intenso”, distinto al que se observa en la sepsis bacteriana.
En el caso del COVID-19, el problema está asociado a lo que se denomina tormenta de interleuquinas (proteínas que actúan como señalizadores inmunológicos), que activa un proceso conocido como cascada de coagulación. Las plaquetas presentes en la circulación comienzan a agruparse, y los trombos que se forman obstruyen los pequeños vasos del pulmón y causan microinfartos. Las áreas del tejido que mueren por falta de irrigación dan lugar a un tejido cicatricial, en un proceso al que se conoce con el nombre de fibrosis. Asimismo, los microtrombos que se forman en las interfaces de los alvéolos pulmonares con los vasos sanguíneos impiden el paso del oxígeno hacia las pequeñas arterias, lo cual perjudica la oxigenación de la sangre (lea más en: agencia.fapesp.br/33261/).
“Estos factores inflamatorios que llevan a la formación de los microtrombos son sistémicos; por ende, no afectan únicamente a los pulmones. Puede haber perjuicios detectables en diversos órganos. Hemos logrado registrar los efectos en la zona de la lengua”, explica Miranda.
Actualmente, el investigador coordina un estudio clínico con heparina, uno de los medicamentos anticoagulantes más utilizados en el mundo. El objetivo de este trabajo consiste en ver si el tratamiento ayuda a mejorar la oxigenación de la sangre de pacientes con insuficiencia respiratoria causada por el nuevo coronavirus.
“Pretendíamos registrar con el microscopio el efecto del tratamiento en la microcirculación sublingual, pero la epidemia explotó acá en la zona de Ribeirão Preto y ahora la prioridad consiste en atender a los enfermos”, dice el investigador.