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La enfermedad de Huntington (EH) es un trastorno neurodegenerativo de origen genético que, aparte de provocar graves síntomas cognitivos y psiquiátricos, cursa con unos síntomas motores muy característicos causados por la degeneración de las neuronas estriatales de proyección, un proceso cuyos mecanismos moleculares no están del todo dilucidados. Ahora, un estudio realizado por investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona (UBNeuro), el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) y la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), han descrito un nuevo mecanismo patogénico centrado en la alteración de la síntesis proteica.
En un modelo animal de la enfermedad, los investigadores han observado que en estas neuronas en particular, las más afectadas por la degeneración, hay un aumento de la síntesis de proteínas, un proceso indispensable para el funcionamiento de cualquier célula, pero cuyo exceso también puede llevar a su muerte. En concreto, este incremento anormal de la síntesis proteica se da a partir del aumento de proteínas de ribosomas y de la fosforilación oxidativa en las mitocondrias, es decir, de proteínas implicadas precisamente en la síntesis de proteínas y en la aportación de energía para este proceso, explica Esther Pérez Navarro, profesora de la UB y coordinadora del estudio. Además, esta alteración de la síntesis proteica en los ratones afectados (en comparación con los controles), también la hemos visto en los análisis de muestras post mortem de pacientes.
Diana terapéutica y biomarcador
En este trabajo, publicado recientemente en Brain, los investigadores han visto asimismo que el bloqueo farmacológico de esta disfunción mediante el inhibidor 4EGI-1 mejora la coordinación motora y el aprendizaje motor de los ratones, lo que supone una diana terapéutica potencial para nuevos fármacos no invasivos que normalicen la síntesis proteica. La experta remarca esa no invasividad, dado que el inhibidor empleado en el estudio no atraviesa la barrera hematoencefálica, por lo que se administró intraventricularmente en el cerebro de los ratones. En todo caso, el equipo de Pérez Navarro ya trabaja en otros fármacos que, por vía sistémica, pudieran ser aplicados a pacientes con EH.
Aunque se trata del primer estudio que ha relacionado este mecanismo con la EH, trabajos previos han identificado un aumento de la síntesis proteica en otras patologías neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson, el autismo y el síndrome de X frágil. De hecho, en estas dos últimas también se han obtenido resultados positivos a nivel experimental con la normalización farmacológica de esta alteración.
Otra línea de investigación de este grupo es estudiar la eventual utilidad de la síntesis de proteínas como biomarcador para la detección precoz de la EH, antes de que aparezcan los primeros síntomas. Para ello han establecido una colaboración con la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital de San Pablo de Barcelona, de referencia en este campo, para ver si es posible detectar esta alteración en células periféricas; en concreto, en fibroblastos de la piel. Esta unidad asiste a más de un centenar de familias con EH, una enfermedad que, al ser genética, nos permite analizar si el marcador está presente en individuos portadores pero asintomáticos, así como su posible evolución en las distintas fases de la enfermedad, señala
diciembre 13/2019 (Diario Médico)