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Un grupo de científicos ha demostrado, mediante evaluación objetiva con medidas electrofisiológicas, que la luz azul, respecto a la luz blanca convencional, acelera el proceso de relajación después de un proceso de estrés psicosocial agudo. Se trata de un tipo de estrés a corto plazo que se produce en las relaciones interpersonales o sociales, por ejemplo, cuando se mantiene una discusión o se recibe presión para finalizar cuanto antes una tarea. Según los investigadores, este tipo de estrés produce ciertas respuestas fisiológicas que pueden medirse mediante bioseñales.
En el estudio se sometió a 12 voluntarios a un proceso de relajación, posterior a un proceso de estrés, haciendo uso de una sala de estimulación multisensorial. En esta sala, los voluntarios permanecieron tumbados sin ningún tipo de estimulación más que una luz ambiente de color azul o una luz blanca convencional.
Durante toda la sesión, se midieron distintas bioseñales mediante electrocardiografía (para medir la actividad cardíaca) y electroencefalografía (para medir la actividad cerebral).
Los resultados concluyen que la luz ambiente azul, frente a la luz blanca convencional, acelera el proceso de relajación (1,1 frente a 3,5 minutos). También se observó un tiempo de convergencia (3,5-5 minutos), pasado el cual desaparece la ventaja de la luz azul. El estudio fue publicado en PLoS One 2017.
diciembre 17/2017 (neurologia.com)