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El ictus es la principal causa de discapacidad adquirida. Su planificación y gestión (sanitaria y social) varía y, aunque la prevención resulta crucial, no es menos importante disponer de mejores tratamientos y estrategias para reducir la discapacidad. Un estudio ha analizado la eficacia de un programa intensivo de talasoterapia y terapia acuática en pacientes con ictus, valorando parámetros clínicos y escalas funcionales validadas.
El programa se aplicó a 26 pacientes con discapacidad leve-moderada postictus y una edad media de 62,54 ± 10,22 años. Los pacientes fueron evaluados con las siguientes escalas: equilibrio de Berg, equilibrio dinámico/Timed Up & Go, marcha de 10 metros, seis minutos de marcha y escala visual analógica del dolor, antes y después de realizar tres semanas de tratamiento.
Según los autores, finalizado el tratamiento programado, se obtuvieron diferencias significativas para todas las variables estudiadas. En concreto, el programa intensivo consiguió una mejoría del equilibrio, la marcha y la percepción del dolor en estos pacientes. De hecho, el ejercicio acuático facilita caminar a pacientes con enfermedades neurológicas que, habitualmente, presentan dificultad para manejar su peso completo sobre los miembros inferiores. El estudio fue publicado en Rev Neurol 2017; 65: 249-56.
octubre 18/2017 (neurologia.com)