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La hipertensión arterial, los niveles elevados de colesterol y el tabaquismo en un momento temprano de la vida aumentan las probabilidades de deterioro cognitivo en la mediana edad. Ello respalda la necesidad de realizar una monitorización y estrategias de tratamiento activas contra los factores de riesgo cardiovasculares en la niñez.
Los investigadores analizaron los datos de 3596 niños finlandeses de 3-18 años en 1980, que fueron seguidos durante 31 años a intervalos de tres a nueve años, y encontraron que la hipertensión y la hipercolesterolemia en la niñez, la adolescencia y la adultez temprana (además de fumar en la adolescencia y en la adultez temprana) se asociaban con un peor rendimiento cognitivo en la mediana edad, especialmente con respecto a la memoria y el aprendizaje.
Al examinar los factores de riesgo específicos, se encontró que los adultos con la presión arterial más alta en un momento temprano de la vida parecían tener ocho años más, en términos de ‘cognición mental’, en comparación con aquellos con una presión arterial más baja a una edad más joven. El nivel elevado de colesterol conformó una diferencia de casi siete años en el rendimiento mental, y se calculó una diferencia cognitiva de 3,4 años entre fumadores y no fumadores.
Las evidencias recientes demuestran que los factores de riesgo desarrollados en la edad adulta pueden tener un impacto en la disfunción cognitiva en la vejez, si no se han corregido, y esta investigación muestra que los factores de riesgo que se desarrollan a una edad incluso más temprana pueden tener el mismo efecto adverso.
El estudio fue publicado en J Am Coll Cardiol 2017; 69: 2279-89
junio 27/2017 (neurologia.com)