La confianza en uno mismo se basa en cálculos estadísticos realizados por el cerebro de manera similar a como lo hace un ordenador, afirma un estudio llevado a cabo en Cold Spring Harbor Laboratory , Nueva York, Estados Unidos y publicado en la revista Neuron.

Adam Kepecs, profesor de investigación de neurociencia en este centro y autor principal del trabajo, ha desarrollado un modelo sobre la confianza, pero su objetivo futuro es averiguar dónde se sitúa este sistema estadístico interno en el cerebro y cómo hace el procesamiento de datos.

 El sentimiento de seguridad en uno mismo a menudo se relaciona con decisiones importantes, tales como la elección de una carrera o las inversiones financieras. Y también guía las opciones sobre las acciones del día a día, por ejemplo, dar un giro mientras se conduce.

 “Cada vez que tomamos una decisión, necesitamos confianza. Sin un mecanismo preciso que nos permitiera fiarnos de nuestros actos, sería muy difícil elegir o valorar las diferentes elecciones. La confianza humana es un sentimiento, pero también hay una noción científica que se basa en métodos estadísticos que calculan la certeza de una hipótesis”, agrega.

 Para un estadístico calcular la confianza implica estudiar un conjunto de datos y llegar a una conclusión. ¿Cómo lo hace nuestro cerebro?

 Estudios previos sobre este tema habían llegado a la conclusión de que en gran medida la sensación de confianza procede de la aproximación y del ensayo-error, y que es poco objetiva y propensa a errores. Pero si la confianza tendiera al error, tareas simples como la decisión de hacer un giro al conducir serían difíciles.

Con el fin de determinar si el sentimiento humano de confianza se construye mediante cálculos, Kepecs, en colaboración con su colega Joshua Sanders, creó una serie de videojuegos para comparar el rendimiento humano y del ordenador.

 Hicieron escuchar a voluntarios sonidos de clics y les pidieron que determinaran cuáles eran más rápidos. Luego los participantes calificaron la fiabilidad de cada opción en una escala de uno a cinco. El equipo encontró que las respuestas humanas eran similares a los cálculos estadísticos computacionales, capaces de extraer patrones de los datos.

 El modelo de Kepecs sobre la confianza humana mantuvo su consistencia en otro experimento de seguimiento en el que los participantes respondieron a preguntas que comparaban las poblaciones de diferentes países. A diferencia de la prueba de percepción, este tenía la complejidad añadida de la base de conocimiento individual de cada voluntario.

 Incluso las debilidades humanas, como ser demasiado confiado en decisiones difíciles con datos escasos, o ser indeciso en cuestiones fáciles, fueron compatibles con el modelo. «Esta sensación subjetiva de la confianza se basa en cálculos estadísticos, no es algo heurístico ni un atajo», subraya el autor.

 Kepecs planea utilizar su modelo como punto de partida para buscar la sede de la confianza en el cerebro y comprender su sistema de circuitos neuronales. «Tener una teoría acerca de esta sensación es un primer paso necesario para averiguar cómo se gestiona en el cerebro y la forma en la que las células nerviosas realizan este proceso».

 El trabajo podía tener también implicaciones en campos como la estadística y, en particular, en el aprendizaje automático.

 «Los seres humanos son aún mejores que los ordenadores para resolver problemas complejos», dice el neurocientífico.

 mayo 09/ 2016 (SINC)

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