Médicos en México han demostrado los beneficios de una dieta sana y ejercicio en pacientes con insuficiencia cardíaca, en una investigación presentada en el Congreso Mexicano de Cardiología de 2015. El congreso anual de la Sociedad Mexicana de Cardiología se llevó  a cabo del 21 al 25 de noviembre de 2015.

La insuficiencia cardíaca es una afección de riesgo vital en la cual el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del organismo. Los síntomas típicos son falta de aliento, hinchazón en las extremidades y fatiga.

En México hay 750 000 pacientes que viven con insuficiencia cardíaca y el problema va en aumento. Se calcula que 75 000 pacientes adicionales tendrán insuficiencia cardíaca cada año.

«Solo el 25 % de los hombres y el 38 % de las mujeres con insuficiencia cardíaca seguirán con vida después de cinco años», dijo el Dr. Arturo Orea, autor del estudio y coordinador del servicio de cardiología en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias «Ismael Costo Villegas», en la Ciudad de México. «La medicación puede mejorar el resultado de la insuficiencia cardíaca, pero para la mayoría de los pacientes el futuro todavía no es muy brillante».

La investigación anterior del Dr. Orea muestra que el 40 % de los pacientes con insuficiencia cardíaca en México tiene diabetes, el 41 % tiene colesterol elevado, el 57 % tiene triglicéridos elevados, un cuarto es obeso, el 55 % tiene hipertensión, el 31 % fuma y menos del 1 % es físicamente activo.

Se recomienda ejercicio aeróbico habitual para los pacientes con insuficiencia cardíaca para mejorar los síntomas y la capacidad para realizar las actividades diarias. Pero hace falta más evidencia de los beneficios de una dieta sana. «No hay directrices específicas acerca de la cantidad de carbohidratos, grasas y proteínas que deberían comer los pacientes con insuficiencia cardíaca», agregó el Dr. Orea. «Se recomienda limitar el sodio y los fluidos pero no hay directrices sobre otros minerales».

El grupo del Dr. Orea ha investigado el efecto de la dieta y el ejercicio en pacientes con insuficiencia cardíaca.

Un estudio presentado por primera vez en el Congreso Mexicano de Cardiología halló que, tras solo cuatro meses, 84 pacientes que siguieron una dieta baja en carbohidratos (40-50 % de carbohidratos, 30-40 % de proteína y 20 % de grasa) y que realizaron ejercicio aeróbico y de resistencia habían reducido la tensión arterial y el agua corporal total en comparación con un grupo de control de 38 pacientes.

«Estos resultados indican que una dieta baja en carbohidratos y ejercicio benefician a pacientes con insuficiencia cardíaca», expresó el Dr. Orea.

«Esto podría deberse al hecho de que el coeficiente respiratorio de los carbohidratos es más alto que el de las grasas y las proteínas, lo cual significa que requieren más oxígeno y esfuerzo respiratorio para su metabolización. Además, un mayor consumo de grasa insaturada podría mejorar la integridad y la función de las células. El ejercicio mejora la función endotelial (aumentando el diámetro de los vasos y el flujo de la sangre), de modo que hay un mejor aporte de nutrientes y oxígeno además de una mejor eliminación de deshechos».

En otro estudio, los investigadores evaluaron el impacto de la ingesta de sodio, potasio y magnesio en hospitalización y muerte en 129 pacientes con insuficiencia cardíaca a lo largo de dos años6. El consumo de sodio fue menor en los pacientes que murieron (837 mg/día contra 1,749 mg/día). Los pacientes que consumieron menos de 200 mg/día de magnesio tuvieron un riesgo de hospitalización o muerte tres veces mayor.

El Dr. Orea dijo: «Los pacientes con insuficiencia cardíaca deben asegurarse de tener suficiente magnesio en su dieta comiendo vegetales de hoja verde, nueces, pescado, granos enteros y plátanos. Nuestro hallazgo de un menor consumo de sodio en los pacientes que murieron podría explicarse por el hecho de que cuando la reducción del consumo de sodio es excesiva, el sistema renina-angiotensina-aldosterona es más activo, lo cual puede aumentar la tensión arterial».

El Dr. Marco A. Peña Duque, presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología, afirmó: «Hace aproximadamente 20 a 25 años la causa principal de insuficiencia cardíaca en México era la cardiopatía reumática y en la actualidad la causa principal es cardiopatía isquémica. Necesitamos investigación adicional sobre diferentes tratamientos para tratar de reducir la mortalidad por insuficiencia cardíaca».

El Profesor Stephan Achenbach, vicepresidente de Asuntos y Comunicaciones Globales de ESC, apoyó con entusiasmo la investigación realizada por el Dr. Orea y su grupo: «La insuficiencia cardíaca es una epidemia cada vez mayor en el mundo y es evidente que la medicación sola no es suficiente. La modificación del estilo de vida debe ser parte esencial de la gestión de los pacientes con insuficiencia cardíaca, no solo para el tratamiento sino también para la prevención. Esta investigación nos ayuda a entender mejor los efectos».

noviembre 28/ 2015 (eurekalet)

noviembre 30, 2015 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Cardiología, Enfermedades Cardiovasculares | Etiquetas: , |

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