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Tener un trabajo con mucho estrés, sobre todo un trabajo exigente pero que permita poco control personal, podría aumentar el riesgo de ictus, según un estudio realizado por investigadores chinos y que aparece publicado en el official journal of the American Academy of Neurology
El metaanálisis incluyó seis estudios ya publicados (uno de Estados Unidos, tres de Suecia, uno de Japón y uno de Finlandia) con una muestra total de 138 172 personas, a quienes se siguió durante hasta 17 años. Los científicos agruparon los trabajos en cuatro categorías, según el nivel de control que los empleados tenían sobre él y las exigencias psicológicas del puesto. Las categorías incluían los trabajos pasivos (con pocas exigencias y poco control), los trabajos con poco estrés (con poca demanda y un alto control), los trabajos con mucho estrés (con alta demanda y poco control) y los trabajos activos (con una exigencia elevada y un alto control). Los factores laborales incluyeron la presión del tiempo, las exigencias mentales y los problemas de coordinación.
Se encontró que quienes tenían un trabajo con mucho estrés presentaban un riesgo de ictus un 22 % más elevado que los que tenían trabajos con poco estrés. En las mujeres, el aumento del riesgo fue incluso mayor (33 %). Los resultados eran más pronunciados en cuanto a los ictus isquémicos, con un riesgo un 58 % más elevado. Quienes tenían trabajos pasivos o activos no presentaban un aumento significativo en el riesgo de ictus.
La investigación tiene algunas limitaciones. En primer lugar, los estudios originales midieron el estrés una sola vez, y en segundo lugar, otros factores de riesgo como la hipertensión o la colesterolemia no fueron tomados en consideración en los estudios originales
noviembre 13/ 2015 (HealthDay)