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El tiempo transcurrido entre los embarazos de una mujer podría ser un factor importante respecto al posible riesgo de que sus hijos contraigan un trastorno del espectro autista (TEA), sugiere una investigación reciente.
El nuevo estudio que aparece publicado en Journal of Pediatrics, incluyó la revisión de los expedientes médicos de 45 261 niños nacidos en segundo lugar, entre los años 2000 y 2009, en un hospital de California.
Los investigadores observaron los códigos diagnósticos de cualquier afección que formara parte de los TEA, desde leve hasta grave. También se observó el intervalo entre embarazos, que se definió como el tiempo transcurrido entre el primer nacimiento y la concepción del segundo hijo.
Sólo 878 hermanos mayores de los niños nacidos en segundo lugar tenían el diagnóstico de un trastorno del espectro autista, por lo que primero los investigadores analizaron el grupo sin un hermano mayor con un trastorno del espectro autista. En esos niños, el riesgo de autismo era entre 1,5 y 3 veces mayor con intervalos entre embarazos menores de 24 meses o superiores a 72 meses, en comparación con un intervalo entre embarazos de 36-47 meses.
Los intervalos inferiores a seis meses parecieron conllevar el mayor riesgo.
Los investigadores realizaron luego un análisis secundario de aquellos que tenían un hermano mayor con un TEA y encontraron el mismo patrón: un intervalo entre embarazos corto o largo aumentaba el riesgo de diagnóstico de un trastorno del espectro autista.
En resumen los investigadores constataron que cuando existía un primer hijo con diagnóstico de trastorno del espectro autista, aumentaba la frecuencia de tener otro hijo con diagnóstico similar, no encontraron diferencias significativas en referencia al intervalo de tiempo trascurrido entre los embarazos.
octubre 27/ 2015 (/ HealthDay)
Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.