La práctica de actividad física regular desde las primeras décadas de la vida puede atenuar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares así como garantizar un buen estado de salud en el futuro.

Este ha sido el hilo conductor del curso de verano ‘Hábitos de vida saludable’, organizado por la Fundación Iberoamericana de Nutrición, la Universidad de Granada y el Parque de las Ciencias de Andalucía-Granada, con la colaboración de Coca-Cola España y el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud.

Por ello, la escuela desempeña un papel fundamental para informar sobre la importancia de la actividad física y ofrecer la posibilidad de alcanzar las recomendaciones mundiales en el contexto escolar. Según dijo Jonatan Ruiz, de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada, en su ponencia ‘Actividad Física y esperanza de vida’, «educar en hábitos saludables durante la infancia es crucial para su mantenimiento en la edad adulta. Llevar una vida activa a estas edades está asociado con menos tejido adiposo y mejor condición física. Además, desarrollan unos huesos más fuertes y menos síntomas de ansiedad y depresión. Un aspecto de primordial importancia es que las personas que practican actividad física a estas edades tienen mayor probabilidad de estar más sanos en la vida adulta».

Ruiz ha recomendado que niños y adolescentes hagan 60 minutos o más de actividad al día, algo que no se favorece en la escuela, donde en los primeros cursos se realizan dos horas a la semana y en cursos superiores, una o ninguna. «Estamos muy lejos de algunos países del norte de Europa, que conscientes de la importancia de la Educación Física desde las primeras décadas de la vida, han introducido dentro del currículo escolar una hora de esta disciplina todos los días de la semana», explica Ruiz. Asimismo, ha destacado la importancia de que desde los poderes políticos se conciencie a la población de llevar un estilo de vida físicamente activo.

Sedentarismo y mortalidad
Respecto a los resultados del estudio EPIC (Estudio Prospectivo Europeo sobre Dieta y Cáncer), Ruiz ha explicado que los resultados del trabajo, publicados en «American Journal of Clinical Nutrition«, mostraron que la obesidad se relaciona con alrededor de 337 000 fallecimientos -el 3,6 %- de los 9,2 millones de muertes que se producen en Europa, y que el sedentarismo era responsable del 7,3 % de las muertes, esto es de unas 676 000. «Sabiendo que uno de los principales determinantes de la pandemia de la obesidad es la falta de actividad física, se podría decir que de forma directa o indirecta el sedentarismo es responsable de más del 10 % de muertes (alrededor de 1 millón de personas) en Europa. El mensaje para la salud pública es sencillo: un poco de actividad física al día puede producir evidentes beneficios en la salud de las personas que ahora son inactivas».

El EPIC, liderado por Ulf Ekelund, aconsejó que pudiera ser suficiente con realizar 20 minutos al día de paseo a un ritmo ligero. Según Ruiz, «este paseo podría suponer un gasto energético de entre 90 y 100 calorías, y reducir el riesgo de muerte prematura entre un 16 y un 30 % entre los inactivos. Un incremento de 100 Kcal al día puede no ser mucho, pero hay estimaciones que indican que incrementar el gasto energético en 100 Kcal al día durante 365 días puede suponer una pérdida de masa grasa de hasta 5 kg en un año».

julio 17/2015 (Diario Médico)

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