«Como el intestino del recién nacido está inicialmente poblado por el microbioma vaginal materno, los cambios producidos por el estrés materno pueden alterar esta población inicial de microbios».

Los cambios en el microbioma vaginal están asociados con efectos sobre la microbiota intestinal de los bebés y en el cerebro en desarrollo, según un estudio en «Endocrinology». El neonato se expone a la microbiota vaginal maternal durante el parto, siendo la principal fuente para una colonización intestinal normal, la maduración inmune del huésped y el metabolismo.

Estas primeras interacciones entre el huésped y la microbiota se producen durante una ventana crítica del desarrollo neurológico, lo que señala la vida temprana como un periodo importante de diafonía entre el intestino y el cerebro en desarrollo. Según Tracy Bale, de la Universidad de Pensilvania, coordinadora del estudio, «como el intestino del recién nacido está inicialmente poblado por el microbioma vaginal materno, los cambios producidos por el estrés materno pueden alterar esta población inicial de microbios, así como determinar muchos aspectos del sistema inmune del huésped que también se establecen durante el primer periodo». Usaron un modelo de ratón de estrés materno, que incluía exposición al olor de un depredador y ruidos nuevos como factores de estrés.

junio 19/2015 (Diario Médico)

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