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Un estudio muestra que el uso de hipolipemiantes (estatinas o fibratos) se relaciona con una menor probabilidad de accidente cerebrovascular.
El uso de medicamentos para reducir el colesterol se asocia con un tercio menos de riesgo de accidente cerebrovascular en los adultos mayores sin enfermedad previa, según un estudio publicado en «British Medical Journal«.
En los países de altos ingresos, se da una proporción cada vez mayor de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares en las personas de más edad. En Francia, por ejemplo, las personas de 85 años y más años representaron el 43 % de los casos de muerte por enfermedad coronaria y el 49 % de los fallecimientos por accidente cerebrovascular en 2010.
Sin embargo, muy pocas personas mayores de 70 años participan en los ensayos de fármacos cardiovasculares, por lo que su beneficio en las personas de más edad sigue siendo incierto. Pese a ello, los fármacos hipolipemiantes son ampliamente utilizados para prevenir enfermedades del corazón y derrame cerebral en grupos de mayor edad, lo que se conoce como prevención primaria.
Un equipo de investigación con sede en Francia se propuso determinar la asociación entre el uso de fármacos hipolipemiantes (estatinas o fibratos) en personas mayores sanas y el riesgo a largo plazo de la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular. Siguieron a 7484 hombres y mujeres (con una edad promedio de 74 años) sin antecedentes conocidos de eventos vasculares, como ataques al corazón y derrames cerebrales, residentes en Burdeos, Dijon y Montpellier.
Tras un promedio de seguimiento de 9 años, los investigadores encontraron que los usuarios de fármacos hipolipemiantes (estatinas o fibratos) presentaban un riesgo de accidente cerebrovascular un tercio menor respecto a los no usuarios. Entre el uso de fármacos hipolipemiantes y la enfermedad cardiaca coronaria no hallaron relación.
Un número limitado de casos
Otros análisis, teniendo en cuenta la edad, el sexo, el índice de masa corporal, la presión arterial y los niveles de colesterol en sangre, no mostraron ninguna modificación del efecto, bien en accidente cerebrovascular o de enfermedad cardiaca coronaria.
En la población de estudio, la incidencia de ictus fue baja (en general, 0,47 por cada 100 persona/año) por lo que una reducción del 30 % en el riesgo del accidente cerebrovascular supone un número limitado de casos evitados.
Sin embargo, «en otras poblaciones más expuestas al riesgo de accidente cerebrovascular, una reducción de un tercio en el riesgo de ictus podría tener un efecto importante en la salud pública», afirma Christophe Tzourio, profesor de Epidemiología en la Universidad de Burdeos y el Instituto Nacional de la Salud e Investigación Médica (Inserm).
junio /2015 (Jano.es)