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El genotipo [HLA-DQ2, principalmente] determina la composición de la microbiota: incluye algunos microorganismos y excluye otros.
El equipo que dirige Yolanda Sanz investiga, entre otras cuestiones, los factores que influyen en la composición de la microbiota intestinal y cómo contribuyen al riesgo de padecer enfermedad celiaca.
«Estudiamos la microbiota en los primeros estadios de la vida y si contribuye al desarrollo de la enfermedad». Por los resultados encontrados, sí que juega un papel, de tal manera que «el genotipo [HLA-DQ2, principalmente] determina la composición de la microbiota: incluye algunos microorganismos y excluye otros». Así lo revela un estudio publicado en Gut.
En concreto, los niños con genotipo de riesgo presentan una disminución de bifidobacterias y un aumento de firmicutes y proteobacterias (que incluyen las enterobacterias).
Lactancia materna
Uno de los factores que se sospecha que podrían influir en el desarrollo de celiaquía es el tipo de alimentación de los neonatos. La investigadora recuerda que «los últimos estudios muestran que la lactancia materna no ayuda a prevenir la aparición de enfermedad celiaca». Sin embargo, su grupo sostiene la opinión de que «todavía hay variables no controladas y por eso no se aprecia ningún efecto. Creemos que sí ejerce un papel protector, pero la composición de la leche materna es tan variable que en unos casos lo hace y en otros no».
Un estudio que publicaron en 2014 en European Journal of Nutrition , revela que la composición de la leche de las madres celiacas es diferente a la de aquellas que no padecen la patología. «Contiene menos bifidobacterias, así como una menor cantidad de factores inmunoprotectores», sostiene Sanz.
Distintos estudios constatan que el proceso de colonización intestinal es clave para el desarrollo del sistema inmune.
Según Sanz, «supone un estímulo fundamental». En este contexto, la leche materna «aporta componentes que permiten la inmunización pasiva, pero el niño también tiene que desarrollar sus propias defensas. Por eso, la exposición a la microbiota supone un estímulo esencial para que el sistema inmune se desarrolle de forma correcta y no reaccione de manera aberrante».