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La correlación entre accidente vascular y depresión aumenta con el paso del tiempo: si a los tres meses de un ictus, el 25% de los pacientes desarrolla una depresión, este porcentaje asciende al 33% a los tres años.
Alrededor del 15% de las depresiones en personas mayores están relacionadas con dolencias vasculares, sobre todo en personas mayores de 60 años que nunca han padecido un trastorno mental ni cuentan con antecedentes familiares pero, en cambio, sí tienen factores de riesgo vascular como diabetes, hipertensión arterial, colesterol o una lesión cerebrovasuclar, entre otras.
Ésta es uno de los principales conclusiones del VIII curso de actualización en psicogeriatría, organizado por el Hospital Sagrat Cor de Martorell (Barcelona), que reúne hasta mañana a expertos en depresión en edad avanzada.
La sintomatología de la depresión de origen vascular no tiene por qué estar ligada al sentimiento de tristeza, sino que puede darse en personas que no tienen conciencia de estar tristes pero, en cambio, sí experimentan una «disfunción ejecutiva o inhibición motora».
Asimismo, la correlación entre accidente vascular y depresión se incrementa con el paso de los años: si a los tres meses de un ictus, el 25% de las personas desarrolla una depresión, este porcentaje asciende al 33% a los tres años.
En general, este tipo de pacientes presenta una «mayor resistencia al tratamiento antidepresivo» y un peor desarrollo de la enfermedad, debido a que la lesión vascular es irreparable, ha recordado en un comunicado el centro, gestionado por las Hermanas Hospitalarias.
febrero 22/2013 (JANO)