Los niños de baja estatura tratados con la hormona de crecimiento tendrían un aumento leve de la presión ocular, según revela un estudio de Israel.

La presión ocular alta está asociada con la aparición del glaucoma, una enfermedad que puede causar ceguera. Pero los autores aclaran que los nuevos resultados no deberían causar alarma porque la presión ocular en el estudio se mantenía dentro del rango normal.

Las inyecciones hormonales se utilizan para tratar trastornos que alteran el crecimiento, desde las deficiencias hormonales hasta las enfermedades genéticas, como los síndromes de Turner y Prader-Willi.

«Es una forma muy preliminar que, desde mi punto de vista, sólo nos dice que es algo que deberíamos estudiar», dijo el doctor Ilan Youngster, de la Universidad de Tel Aviv, Israel, y cuyos resultados aparecen publicados en The Journal of Pediatrics (doi:10.1016/j.jpeds.2012.05.024).

El equipo de Youngster estudió a 55 niños que habían recibido hormona del crecimiento durante 31 meses; comparó los resultados con los obtenidos en 24 niños con enfermedades similares, pero sin tratamiento (grupo control).

Los niños con enfermedades oculares o antecedentes familiares de esos trastornos quedaron excluidos del estudio.

El grupo tratado, de unos 11 años de edad, había recibido inyecciones diarias de hormona del crecimiento. Las dosis estaban dentro del rango estándar, pero eran un 50 % más altas que las utilizadas para compensar la deficiencia hormonal en los niños.

La presión ocular era de unos 16 mm Hg en el grupo bajo tratamiento, comparado con 13 mm Hg en el grupo control. Las dosis más altas y los tratamientos más prolongados estuvieron asociados con un mayor aumento de la presión ocular.

El equipo también comparó los resultados con los de un grupo de niños de la misma edad en la población general. Nuevamente, la presión ocular era más alta en el grupo tratado con las inyecciones hormonales.

Según la Fundación para la Investigación del Glaucoma, se considera normal la presión ocular de entre 12 y 22 mm Hg.

Youngster adelantó que se está realizando un seguimiento, con evaluaciones a los tres, cuatro y cinco años de tratamiento. «Es el mejor estudio para comprobar el cambio de la presión en el tiempo», dijo.

El doctor Steven Chernausek, de la Universidad de Oklahoma, consideró posible que la presión ocular disminuya cuando los niños dejan de utilizar la hormona de crecimiento.

«Es la pieza de información clave, pero que falta», dijo Chernausek, quien no participó del estudio. «Tampoco conocemos los efectos del tratamiento en el largo plazo. La mayoría de los estudios son sobre los efectos adversos durante el tratamiento. Muy pocos estudios indagan lo mismo 20 años después.»

A partir de estos resultados, Chernausek opinó que no hay motivo de preocupación. Por ahora, agregó, no se justifica la pesquisa de la hipertensión ocular en todos los niños tratados con hormona de crecimiento. Y Youngster coincidió. Por ahora, recomendó controlar de manera regular sólo a los niños con antecedentes familiares de glaucoma.
julio 9/2012 (MedlinePlus)

Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo a través de Hinari.

lan Youngster, Rony Rachmiel, Orit Pinhas-Hamiel, Tzvi Bistritzer, et al.Treatment with Recombinant Human Growth Hormone during Childhood is Associated with Increased Intraocular Pressure. The Journal of Pediatrics, 25 de junio del 2012.

julio 12, 2012 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Endocrinología, Oftalmología, Pediatría | Etiquetas: , , |

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