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Una investigación realizada por el psicólogo Eduardo Zubiri Vidaurreta revela que \»los pacientes laringectomizados que recuperan la voz \»reducen significativamente los niveles de depresión\».
Para llevar a cabo este trabajo, que es, de hecho, la tesis doctoral de Zubiri Vidaurreta, el autor ha estudiado cómo viven estas personas el proceso desde que inician el aprendizaje de la voz esofágica hasta que adquieren una mínima capacidad de comunicación oral.
La laringectomía total (procedimiento quirúrgico para extraer la laringe) supone un gran impacto en quienes la padecen debido a las consecuencias de la intervención y de la enfermedad, no sólo en la imagen corporal y en la comunicación, sino también en aspectos emocionales como el incremento de la ansiedad y la depresión.
Zubiri ha destacado que \»la pérdida de la voz es la consecuencia más evidente de la laringectomía total y por ello se dedica especial atención a su recuperación y a la posibilidad de volver a hablar\».
El objetivo principal de su tesis doctoral ha sido determinar cómo influye el aprendizaje de la voz erigmofónica (o esofágica) en las respuestas de ansiedad y depresión en los pacientes laringectomizados totales. En el estudio se han comparado dos momentos: antes de aprender la voz erigmofónica y después de haber adquirido un nivel mínimo de conversación.
En el estudio han participado 40 pacientes laringectomomizados procedentes de la Asociación Navarra de Laringectomizados (34 pacientes) y del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona (6 pacientes), con una edad media de 61,35 años. El paciente más joven tenía 44 años y el mayor 89, aunque el 87,5% de los casos se situaba en la franja de 50 a 69 años. El 95% eran hombres y fumadores.
La primera conclusión fue que el 82,5% de los pacientes laringectomizados no mostraron un nivel de ansiedad significativo en el momento en el que iban a iniciar el aprendizaje de la voz erigmofónica; sólo el 7,5% superó el corte que indicaba la existencia de alto índice de ansiedad.
En el caso de la depresión, los niveles en el inicio del aprendizaje fueron ligeramente superiores, ya que el 12,5% sí superó el corte indicador de depresión. \»Hemos encontrado diferencias significativas en los niveles de depresión antes y después del aprendizaje de la voz erigmofónica, por lo que podemos afirmar que el dominio de la voz erigmofónica reduce los niveles de depresión en los pacientes laringectomizados\», ha indicado Zubiri.
En estudios anteriores la pérdida de la voz se consideraba un factor que aumentaba tanto los niveles de ansiedad como de depresión. En el trabajo desarrollado por el doctor Zubiri se ha comprobado que la pérdida de la voz genera un sentimiento de incapacidad en un 50% de los pacientes, pero sólo para el 25% es lo que más les molesta después de la laringectomía.
Julio 4/2011 (JANO)