Facilitar a los médicos de atención primaria el reconocimiento y abordaje de los síntomas físicos que acompañan a los cuadros de depresión y ansiedad es el objetivo de la Guía de la buena práctica clínica en depresión y ansiedad con presentación de síntomas somáticos, que se acaba de presentar.

Se trata de una iniciativa impulsada por la Organización Médica Colegial (OMC), el Ministerio de Sanidad y Lilly que, como comentó el doctor José María Rodríguez Vicente, tesorero de la OMC, “pretende mejorar la práctica clínica, actualizando los conocimientos y, en definitiva, aportando nuevas herramientas para una mayor eficiencia”. Se estima que el 69% de los pacientes con un trastorno depresivo sólo comunican al médico síntomas físicos que pueden enmascarar y retrasar el diagnóstico.

Tal y como explicó el doctor Luis Caballero, psiquiatra del Hospital Universitario Puerta de Hierro, de Madrid, “los síntomas más frecuentes son los dolores en distintas zonas del cuerpo (un 85,5%), seguidos de problemas cardiopulmonares (80,6%), gastrointestinales (69,4%) y ginecológico-sexuales (67,5%), entre otros”. “En este sentido”, añadió Caballero, “se puede decir que los síntomas somáticos son la norma más que la excepción en los pacientes con depresión y ansiedad, de ahí la necesidad de que los médicos de atención primaria, que son los que tienen el primer contacto con estos pacientes, sepan cómo identificarlos y tratarlos”.

También se refirió a la importancia que para estos pacientes tiene la primera entrevista con su médico. “El tratamiento de estas patologías empieza en el diagnóstico, por lo que la primera consulta es determinante para que el facultativo pueda separar la depresión de la somatización y también conocer algunos aspectos de la experiencia vital del paciente que puedan explicar los síntomas y propiciar un tratamiento más ajustado”.

Señaló, la estigmatización que en cierta medida, siguen teniendo estas enfermedades. “La depresión no es más que un déficit en los mecanismos que regulan la emotividad y sostienen el tono vital. No hay que perder de vista que el cerebro puede disfuncionar de la misma forma que, por ejemplo, el estómago, sin que ello implique que este tipo de trastornos deban llevar una etiqueta moral o de otro tipo”.

Por su parte, la doctora Inmaculada Gilaberte, gerente de investigación clínica de Lilly, señaló que “una de cada cuatro o cinco mujeres va a tener depresión a lo largo de su vida, y muchos de estos cuadros dan la cara con síntomas somáticos. De hecho, lo habitual es que los pacientes con depresión no acudan a su médico de cabecera para comentarles síntomas depresivos sino somatizaciones como cervicalgias o dolores de cabeza”.

La guía está dividida en cuatro capítulos y aborda la patología desde el punto de vista de cuatro médicos de familia. Contiene además una revisión de los últimos datos sobre epidemiología y prevalencia, no solo de España sino también de otros países de nuestro entorno, e incide en la forma de realizar la entrevista clínica en pacientes con depresión y ansiedad, cómo llevar a cabo el diagnóstico y el diagnóstico diferencial, todo ello con un estilo práctico y ameno. Además, actualiza a los profesionales sobre los tratamientos indicados para este tipo de trastorno.
mayo 27/2011 (JANO)

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