Investigadores de la Universidad de Tilburg, Países Bajos, aseguran que la realización de mamografías para conseguir un diagnóstico precoz del cáncer de mama puede acarrear consecuencias muy negativas si finalmente no se detecta ningún tumor, ya que los falsos positivos provocan ansiedad y un empeoramiento de la calidad de vida de las pacientes.
Según los resultados de una investigación publicada en la edición on line de la British Journal of Surgery, este deterioro viene provocado por la cantidad de pruebas a las que estas mujeres deben someterse hasta corroborar que no tienen la enfermedad y, según recuerdan los autores, los efectos \»negativos\» del falso positivo se pueden alargar \»por lo menos un año\».
En el estudio participaron 385 mujeres que, tras someterse a una mamografía, obtuvieron un resultado “anormal”. Tras sucesivas pruebas, en 152 pacientes se confirmó posteriormente la presencia de un cáncer de mama mientras que en las otras 233 las pruebas descartaron esta posibilidad.
\»Aunque el sentido común nos hace pensar que la detección temprana del cáncer de mama es buena y la mayoría de los programas de cribado han tenido éxito en la reducción de la mortalidad por la enfermedad\», explicó el doctor Lideke Van der Steeg, autor de la investigación. Además, se ha observado que, en algunos casos, \»hay mujeres que sufren una ansiedad innecesaria\», agregó.
Los resultados muestran que \»a aquellas mujeres con tendencia a ser ansiosas les fue mucho peor cuando recibieron un falso positivo que si, en realidad, se les diagnosticó un cáncer\».
Las mujeres con mamografías “anormales” fueron atendidas en diferentes hospitales durante los cinco años posteriores a la primera prueba, y su calidad de vida (QoL) se determinó a través de un test avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que evalúa este parámetro en seis términos: salud física, salud psicológica, nivel de independencia, relaciones sociales, medio ambiente y nivel de espiritualidad.
En una de cada tres mujeres (32%) que presentó un falso positivo fueron necesarias más de tres nuevas pruebas para determinar que no tenían cáncer, mientras que más de la mitad (55%) debía volver a la consulta un año después del primer diagnóstico, algunas hasta en ocho ocasiones.
Esto provocó que los niveles de ansiedad en estas pacientes variaran hasta un 55% con respecto a quienes finalmente fueron diagnosticadas con cáncer, de ahí que los autores proponen \»valorar los posibles beneficios y riesgos de participar en estas campañas de cribado\».
\»A menudo las mujeres sobrestiman su riesgo de cáncer de mama y el material proporcionado por profesionales de la salud y agencias gubernamentales frecuentemente se centran en los aspectos positivos de la detección temprana\», señaló Van der Steeg, aunque \»no siempre son objetivos\», añadió.
No obstante, hay que tener en cuenta como efecto adverso de estas pruebas \»la ansiedad y la reducción de la calidad de vida que muestra este estudio en los falsos positivos\», recordó el experto.
Madrid, enero 13/2011 (Europa Press)

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