oct
2
Un estudio de investigadores brasileños con ratones demostró que las hembras sometidas durante el embarazo a dietas pobres en proteínas, en calorías o sometidas a situaciones estresantes, pueden tener hijos con órganos menos desarrollados.
Además de un peso menor al normal, los hijos de estas hembras nacen con riñones pequeños o con un número reducido de nefrones (estructuras del riñón responsables de la filtración de la sangre), informó la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (Fapesp), quien financió el proyecto.
Según el estudio de la bióloga Patrica Boer, investigadora de la Universidad Estatal Paulista (Unesp), los riñones de crías de hembras sometidas a dietas pobres en proteínas o en calorías tenían una capacidad de procesamiento equivalente a un 70% de un órgano normal.
Estos ratones también nacieron con un número menor de los receptores de angiotensina, péptido responsable por el control de la presión arterial.
\»Las situaciones de estrés emocional o de nutrición sufridos por las ratas durante el embarazo provocan alteraciones en sus crías, que nacen con una fisiología alterada\», según Boer.
La investigadora dijo que, además de afectar los riñones, las restricciones proteicas y calóricas durante el embarazo también pueden provocar efectos semejantes en otros órganos, como el hígado, el corazón y hasta el cerebro.
\»El hígado de estas crías también serán de un tamaño menor que el normal y, en consecuencia con ello, tendrán una menor capacidad funcional. Habrá un número menor de células beta, que están presentes en el páncreas y son responsables por la producción de insulina, por lo que aumentará el riesgo de que desarrollen diabetes mellitus\», afirmó la especialista.
De acuerdo con la investigadora, las alteraciones fisiológicas en el feto serían una forma en que la madre intentaría transmitirle características adaptativas para aumentar la posibilidad de supervivencia de los hijos.
La madre intentaría crear hijos preparados para convivir con situaciones de estrés o con escenarios de escasez de alimentos.
La investigadora citó en su proyecto estudios con resultados semejantes para seres humanos. De esa forma, una persona que nace con un riñón de menor capacidad tendría que adaptar su alimentación y su estilo de vida para no sobrecargar el órgano, lo que podría provocar insuficiencia renal precoz.
Estos resultados confirman la hipótesis del \»fenotipo económico\» desarrollada por el epidemiólogo inglés David Barker y según la cual la madre es capaz de modificar el desarrollo del feto y prepararlo para vivir en medio de la escasez.
Para ello induce modificaciones en la formación de sus fetos para que tengan órganos o cuerpos de menor tamaño.
Los investigadores de la Unesp ahora intentan establecer el período mínimo de restricción proteica necesario para causar una alteración en el feto como la reducción de los nefrones o del tamaño
Río de Janeiro, octubre 2/2010 (Xinhua)