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Durante los últimos 100 años la expectativa de vida de los seres humanos aumentó en casi todo el Planeta.Aún cuando es innegable que existen diferencias notables entre los países desarrollados y subdesarrollados, la realidad es que los avances en el campo de la salud, sumado a una mejor nutrición y la implementación de medidas de higiene, han permitido prolongar la esperanza de vida global.
Expertos estiman en 66,7 años la vida media de una persona, pero en algunas naciones se superan los 80 años, algo que muchos aseguran puede incrementarse todavía más, y esperan que en poco tiempo llegar a la centuria, o incluso sobrepasarla, sea algo natural y mayoritario.
Claro, ellos cuentan también con que este avance vaya acompañado de una mejor calidad de vida.
Sin embargo, para aumentar los años de existencia se necesita de actitudes y hábitos que influyen, como no fumar, hacer ejercicios físicos, evitar el alcohol y sobre todo llevar una alimentación balanceada, con un alto consumo de verduras, legumbres, frutas, pescado, grasas monoinsaturadas y poca carne roja, pero también se precisa de un poco de ayuda por parte de los genes.
Al menos así lo afirman expertos de la Universidad y el Centro Médico de Boston, Estados Unidos, luego de analizar el genoma de 1055 individuos de todo el mundo con más de 100 años de edad y a otras 1267 de la población general.
En el análisis, los especialistas pudieron identificar un número de marcadores genéticos comunes entre los centenarios y a la vez muy diferentes, entre éstos y el resto de los individuos seleccionados al azar.
De ahí que los investigadores concluyeron que tener una vida larga no depende tanto de la predisposición hereditaria a contraer enfermedades, sino de tener las combinaciones genéticas asociadas a la longevidad, así como que los malos hábitos y estilos de vida no saludables impiden una mayor sobrevida.
Mientras que el estilo de vida y los factores familiares y ambientales son fundamentales en el envejecimiento saludable, las variantes genéticas desempeñan un papel crítico y complejo en la excepcional longevidad humana, explican los autores del trabajo, liderados por la profesora Paola Sebastián.
Dado que son muchos los genes involucrados en el envejecimiento, los científicos desarrollaron además un modelo matemático para computar quienes tienen mayor probabilidad de alcanzar una edad bien avanzada. Basándose en 150 marcadores genéticos, pudieron predecir, con un 77% de exactitud, que persona viviría más de 100 años.
Estos resultados aumentan la posibilidad de que algún día sea posible conocer por adelantado quien tiene el potencial de celebrar un siglo de edad, indicaron.
Además, estudios futuros de estos marcadores genéticos permitirían descifrar patrones específicos de envejecimiento saludable, y podrían ser utilizados para una medicina personalizada, con medidas de prevención y estrategias de tratamiento a la medida, acotaron.
Redacción Internacional, agosto 5/2010 (PL)