jul
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Decenas de personas fallecieron repentinamente en los últimos días en la región de Vancouver, al oeste de Canadá, muertes atribuidas a la ola de calor sin precedentes que azota esta región, donde se registraron temperaturas récord de 49,5 grados Celsius. Read more
oct
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Científicos de la Universidad de Princeton han logrado descifrar cómo el organismo es capaz de generar sensaciones de sed o saciedad cuando consumimos o dejamos de ingerir bebidas o alimentos. Hasta ahora, estos procesos solo contaban con hipótesis no contrastadas. Read more
ago
9
La doctora Natalia Galán, nutricionista de Blua de Sanitas, ha advertido de que las altas temperaturas que se registran en España durante la época estival favorecen la deshidratación, que si no se controla puede acarrear consecuencias graves para la salud como la alteración del sistema cognitivo, especialmente en la población más vulnerable, como niños, mayores y embarazadas. Read more
sep
13
Un nuevo estudio rompe con la visión actual de la regulación de la sed que sostiene que las señales del cerebro incitan a beber cuando detectan cambios inducidos por los líquidos en la concentración de la sangre o en su volumen; por el contrario, apunta que en ratones existen células cerebrales especializadas que predicen los efectos hidratantes del consumo de bebidas mucho antes de que la falta de líquidos pueda cambiar la composición de la corriente sanguínea. Read more
sep
17
Una reciente investigación en el Reino Unido sobre la eficiencia cognitiva indica que beber agua puede mejorar el rendimiento en tareas en las cuales se requiere de una respuesta rápida. Read more
ago
5
La Fundación European Hydration Institute (EHI) ha divulgado una nota en que destaca la importancia de hidratarse durante los meses de verano para evitar que se produzcan calambres, golpes de calor o una posible hospitalización.
La EHI recuerda en el comunicado que un adulto que vive en un clima de temperaturas moderadas pierde unos 2 y 2,5 litros de agua al día a través de la respiración, el sudor, la orina y otras secreciones del cuerpo. En verano esta cantidad se puede llegar a duplicar, lo que puede suponer un problema importante si no se previene la pérdida.
“Es importante estar correctamente hidratado a lo largo del día e ingerir los suficientes líquidos y alimentos. No debemos olvidar que un 70-80% del agua que consumimos viene de las bebidas, mientras que el resto proviene de los alimentos”, señala el miembro del Comité Científico Asesor del EHI y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra-Majem.
A medida que aumentan las temperaturas, aumenta el riesgo de deshidratación. Por ello, los síntomas deben ser vigilados, especialmente en niños, personas mayores, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, enfermos crónicos o aquellos que toman ciertos medicamentos que aumentan el riesgo de deshidratación.
Asimismo, la Fundación aconseja evitar salir a la calle durante las horas más calurosas del día, protegerse la cabeza del sol, llevar ropa ligera, reducir la intensidad y duración del ejercicio, cerrar las persianas durante el día y pedir consejo acerca de cualquier medicamento que se esté tomando, especialmente si aumentan el riesgo de deshidratación.
Por otra parte, recuerda la necesidad de controlar el peso, de reconocer los signos de deshidratación y los golpes de calor -dolores de cabeza o fatiga-, de ingerir líquidos aunque no se tenga sed, comer alimentos que sean ricos en agua y evitar el alcohol.
“No debemos olvidar que entre el 20 y el 30% del agua que necesitamos diariamente podemos obtenerla de las frutas y las ensaladas, que tienen hasta un 80-90% de agua”, señala Serra-Majem.
Síntomas de la deshidratación
El signo más evidente de la deshidratación es la sed, pero existen otros síntomas, como el cansancio, palpitaciones debido al aumento del ritmo cardiaco, aumento de la temperatura corporal como consecuencia de la disminución del flujo sanguíneo a la piel y del sudor.
Estos síntomas pueden ser leves (sed, dolor de cabeza, debilidad, mareos y sensación de cansancio); moderados (sequedad en boca, lentitud en los movimientos, ritmo cardiaco acelerado, falta de la elasticidad de la piel) y graves (sed extrema, falta de orina, respiración agitada, alteración del estado mental, piel fría y húmeda. La deshidratación severa es una enfermedad potencialmente mortal que supone una emergencia médica.
Del mismo modo, otro de los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de valorar un posible caso de deshidratación es el color de la orina: un color claro indica una buena ingesta de líquidos; un color oscuro muestra la necesidad de ingerir más.
agosto 1/2012 (JANO)