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En el Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial, SECA, celebrado en Tarragona, Lars Appel, ha presentado el informe Asistencia Sanitaria 2050, de DNV GL. Según ha comentado, la asistencia sanitaria en 2050 estará caracterizada por las cuatro pes: predicción, prevención, personalización y participación.
«Será posible que cada uno de nosotros tengamos un plan de salud para toda la vida, que combine la promoción de la salud y la intervención temprana basada en los factores de riesgo individuales de cada uno. El plan estará guiado por entrenadores de salud, que nos apoyen en el proceso de aprender a tomar decisiones saludables a lo largo de nuestra vida y a hacer el mejor uso posible de los servicios sanitarios«.
Aunque la tecnología por sí sola no va a resolver los retos a los que hace frente la asistencia sanitaria, el aumento de la tecnología y la reducción de sus costes, particularmente la secuenciación del genoma, posibilitarán la intervención temprana basada en nuestros riesgos personales.
El uso de sensores personales será solo un ejemplo de la asistencia sanitaria formando nuevas alianzas con los sectores de la tecnología de la información y la comunicación (TIC). Nuestros hogares, lugares de trabajo y de ocio pasarán a formar parte de una red interconectada de monitorización, reemplazando modelos tradicionales de control y vigilancia que dependen de que el individuo acuda a su centro médico.
Habrá menos hospitales, que tendrán que hacer frente a costes más bajos debido a la reducción de residuos y a tratamientos más específicos. Los hospitales serán centros de excelencia, proporcionando cuidados a aquellos con niveles de necesidad más agudos. La salud pasará de ser competencia únicamente de organizaciones especialistas para convertirse en asunto de todos. Esta propagación se verá reflejada en una mayor integración con otros sectores para proporcionar salud en su sentido más amplio: bienestar físico, psicológico y social y no únicamente como ausencia de enfermedad.
RETOS
También ha explicado los principales retos para una asistencia sanitaria más segura y sostenible:
1) La carga creciente de enfermedades crónicas físicas
2) La creciente carga de la demencia
3) Necesidades cambiantes de una población que envejece
4) Costes insostenibles. Se prevé que, en los próximos 50 años, el gasto en salud y enfermedades de larga duración siga aumentando en los países de la OCDE. Pasando de un promedio de 6 por ciento del PIB en 2006-10, el gasto en salud y cuidados de enfermedades de larga duración alcanzará previsiblemente el 9,5 por ciento en 2060, en una coyuntura de contención de costes, que asume que las políticas, en mayor medida que antes, frenarán parte del crecimiento de dichos costes. En un contexto de presión económica, que no asuma esto, el gasto llegaría al 14 por ciento del PIB. La asistencia sanitaria deberá ajustarse a las medidas para controlar el gasto, al mismo tiempo que satisface las necesidades de crecimiento (aumento de los niveles de enfermedades crónicas y envejecimiento de la población). Una mayor individualización basada en tratamientos específicos ofrece el potencial para mejorar la rentabilidad.
5) Acceso desigual. Por ejemplo, los países de altos ingresos tienen 56 camas de hospital por cada 10 000 habitantes, mientras que los países de ingresos bajos y medios tienen de 21 a 49 respectivamente. La atención sanitaria todavía tiene que resolver el problema del acceso limitado y desigual. Esto continúa siendo un reto importante para la mejora de los resultados de salud en todo el mundo.
6) Atención no segura. La asistencia sanitaria continúa siendo inaceptablemente peligrosa ya sea en los países con ingresos bajos, medios o altos.
7) Cambio climático, que pondrá el bienestar de billones de personas en riesgo y supondrá un reto para la preparación y capacidad de recuperación de la asistencia sanitaria.
8) La gente quiere estar comprometida con su proveedor de asistencia sanitaria y quiere ser consultada.
Los nuevos modelos deberán extender su alcance fuera de las cuatro paredes de la consulta de un médico o del hospital, para poder apoyar un cambio de conducta más allá de las interacciones tradicionales médico-paciente.
El informe también se refiere a los obstáculos que impiden la transición a una asistencia sanitaria más segura e inteligente, entre ellos, que la organización de la asistencia sanitaria se encuentra fragmentada en `silos´, la «financiación perversa», la infrautilización de las TIC o la escasez de trabajadores sanitarios, entre otros. «La falta de profesionales sanitarios contribuye a aumentar las disparidades socioeconómicas y geográficas en el acceso a la atención sanitaria efectiva, y tendrá un impacto negativo en el logro de nuestra visión de una asistencia sanitaria más segura y más inteligente«.
octubre 26/2017 (immedicohospitalario.es)