Imagen: Archivo.La Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), con motivo del Día mundial de cáncer de cabeza y cuello, recuerda que aproximadamente el 70 % de los cánceres de orofaringe están relacionados con el VPH en países desarrollados y representa el 18 % de todos los casos de cáncer de cabeza y cuello.

«Los tumores de orofaringe VPH positivos tienen especial predilección por las amígdalas palatinas y la base de la lengua. Pueden ser tumores de pequeño tamaño difíciles de diagnosticar que con frecuencia se presentan al diagnóstico con ganglios cervicales», señala la doctora Laura Oleaga Zufiría, radióloga especialista en cabeza y cuello de la SERAM y especialista del Hospital Clínic de Barcelona.

Además, puntualiza que «en imagen no podemos diferenciar los tumores de orofaringe VPH positivos de los negativos, salvo que en los VPH positivos se asocian con más frecuencia a adenopatías quísticas». Los estudios que se utilizan dependiendo del caso clínico pueden ser la tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) o PET-TC.

El área de cabeza y cuello es una región anatómica compleja en la que se concentran una gran cantidad de estructuras anatómicas. La RM tiene la ventaja, frente a otras técnicas de imagen como la Tomografía Computarizada, de tener una gran resolución de contraste que permite una mejor detección y delimitación de las lesiones de esta área, ya que los tumores pueden ser pequeños e indetectables por imagen o a la inspección en ocasiones el paciente acude por presentar adenopatías en el cuello como primera manifestación clínica.

La RM aporta datos sobre la extensión tumoral mediante la obtención de secuencias morfológicas, pero, además con las secuencias funcionales de difusión y perfusión actualmente se pueden obtener datos cuantitativos que pueden contribuir a la caracterización de los tumores y aportan información sobre la predicción de respuesta al tratamiento y el pronóstico.

Los tumores malignos de cabeza y cuello están relacionados con dos factores de riesgo como son el consumo de alcohol y el tabaco, especialmente en los que afectan a la zona de la laringe y faringe. También, a lo largo de los últimos años, ha aumentado el número de casos relacionados con el virus del papiloma humano, que es más frecuente en varones con una edad media entre 45-60 años, aunque se presentan en pacientes cada vez más jóvenes, no fumadores y con buen estado de salud.

Cada año se detectan en España entre 12 000 y 14 000 nuevos casos de cáncer de cabeza y cuello. El cáncer de cabeza y cuello ocupa el sexto lugar en incidencia en España, y supone alrededor de un 5 % de los cánceres que se diagnostican.

Las tasas de supervivencia de los tumores de orofaringe VPH positivos son superiores a las de los cánceres de esta zona no causados por el virus, independientemente de lo avanzados que estén al diagnóstico y del tratamiento realizado. Y la tasa de supervivencia relativa en pacientes con cáncer de cabeza y cuello es del 72 % al año y del 42 % a los 5 años en adultos.

11 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo.Consumir más pescado del recomendado en el embarazo se asocia a problemas en el desarrollo cognitivo del hijo, esencialmente del lenguaje, concluyó un estudio publicado hoy en la revista especializada Neurology.

Para llegar a tal aseveración un equipo de investigadores del grupo Nutrisam (Nutrición y Salud Mental) de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, en Cataluña, España, analizaron 460 parejas de madre e hijo.

Asociaron la exposición a tóxicos procedentes del pescado —arsénico inorgánico, metilmercurio, bifenilos policloratos con efecto dioxina (DL-PCB) y bifenilos policloratos no similares a las dioxinas (NDL-PCB)— a un peor desarrollo del lenguaje de los niños.

Los resultados confirmaron que esta afectación se produce cuando el consumo de pescado está por encima de las recomendaciones durante el embarazo (71 gramos al día), mientras que cuando la ingesta está dentro de los parámetros no se relaciona con ninguna mejora ni empeoramiento del desarrollo del lenguaje.

Según los expertos, las asociaciones negativas vistas en el estudio pueden estar vinculadas con el hecho de que el arsénico inorgánico y el metilmercurio promueven el estrés oxidativo y provocan neuroinflamación, lo cual puede afectar las funciones cerebrales cruciales para el desarrollo del lenguaje.

Por otra parte, los DL-PCB pueden alterar el volumen regional del cerebro y los NDL-PCB pueden afectar procesos celulares en el cerebro, como por ejemplo la homeostasis del calcio, que también podría conducir a déficits del lenguaje.

Para los investigadores estas concluciones ponen de manifiesto la importancia de adherirse a las recomendaciones de consumo de pescado durante el embarazo para garantizar un correcto desarrollo cognitivo de la descendencia.

A ello agregan la necesidad de implementar estrategias de salud pública dirigidas a controlar y reducir la presencia de tóxicos en el pescado.

11 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

julio 13, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Archivado en: Embarazo,Embriología,Ginecología y Obstetricia,Nutrición,Toxicología | Etiquetas: , , , , |

Imagen: Archivo.El Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) de Valencia ha identificado una bacteria desconocida hasta el momento, que se aisló en 2014 en las muestras de un paciente inmunodeprimido y se ha identificado como una nueva especie dentro del género Starkeya.

Denominada Starkeya nomas sp. nov., se trata de un patógeno oportunista que no se había descrito en humanos y que abre una nueva puerta a la investigación en el campo de la microbiología, subrayan desde la institución académica en un comunicado.

Este tipo de bacterias son microorganismos que normalmente no causan enfermedad en un huésped sano con un sistema inmunológico funcional, pero pueden causar infecciones y enfermedades cuando el sistema inmunológico del huésped está comprometido o debilitado.

La investigación, publicada en la revista International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology, ha sido liderada por el doctor José Miguel Sahuquillo, quien ha explicado que inicialmente identificaron este patógeno aislado con el género Starkeya, pero con las características observables y el análisis genético, «concluimos que estábamos ante una nueva especie».

La nueva bacteria es de tipo ambiental, tiene bacilos pequeños aerobios, no formadores de esporas y no móviles, que se tiñen de Gram negativo y forman colonias mucosas y blanquecinas translúcidas cuando se incuban a 20-36 °C, según las fuentes.

Investigación sobre patógenos desconocidos

El equipo investigador observó que la nueva bacteria tenía un rango de temperatura de crecimiento estrecho, es decir, que crecía en un intervalo de temperaturas limitado, como si se hubiera adaptado a vivir en el cuerpo humano.

Sospecharon que el puerto de entrada pudo ser un catéter Hickman, un tipo de sonda utilizada para proporcionar acceso venoso central a largo plazo, ya que la cepa se aisló de cultivos de sangre extraídos del catéter.

«Nuestros datos apuntan a una bacteria de vida libre que, de manera oportunista, infectó a un ser humano, y nos alerta sobre la aparición de nuevos patógenos que aún no conocemos», ha explicado el doctor Sahuquillo.

Las bacterias de este género no se han descrito previamente como patógenos humanos, por lo tanto, se desconoce su significado clínico, virulencia o susceptibilidad antimicrobiana. Por ello, el equipo defiende que la investigación debe continuar para averiguar su grado de virulencia y conocer su relevancia clínica.

Este nuevo hallazgo plantea y cuestiona el posible descubrimiento de nuevos patógenos oportunistas desconocidos y resalta la importancia de seguir explorando la microbiología.

Además, muestra la importancia de estas colaboraciones interdisciplinares y el constante interés por explorar en el campo de la microbiología.

El trabajo es fruto de una investigación de varios años en la que junto, al Servicio de Microbiología del Hospital La Fe y la Plataforma de Biología Celular del IIS La Fe, han colaborado investigadores del este centro y el servicio de Genómica de Fisabio.

11 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

julio 12, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Archivado en: Inmunología,Medicina Interna,Microbiología | Etiquetas: , , |

Imagen: Karl Goran Sjogren/Europa PressLa peste ya causó un colapso demográfico en Europa en la Edad de Piedra, mucho antes de los principales brotes de la Edad Media, según muestra una nueva investigación publicada en la revista Nature.

En la Europa del siglo XIV, la peste asoló la población durante la llamada «Peste Negra», cobrándose la vida de casi un tercio de la población.

Pero la peste llegó a Escandinavia varios miles de años antes y, a pesar de varias teorías que sugieren lo contrario, la peste podría haber causado una epidemia, según una nueva investigación de la Universidad de Copenhague.

En colaboración con investigadores de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, investigadores del Instituto Globe han analizado el ADN de dientes y huesos antiguos de 108 personas que murieron hace 5 000 años.

«Los análisis muestran que 18 de estos individuos, el 17 %, estaban infectados con la peste cuando murieron. Además, nuestros resultados sugieren que la cepa de peste más joven que identificamos podría haber tenido potencial epidémico», dice el investigador postdoctoral Frederik Seersholm, quien dirigió el análisis de ADN.

DECLIVE NEOLÍTICO

Esto significa que la peste en ese momento puede haber sido un factor que contribuyó al colapso demográfico al final del Neolítico, conocido como el declive neolítico. Esta caída demográfica provocó que gran parte de la población agrícola en Escandinavia y el noroeste de Europa desapareciera en solo unos pocos siglos, hace 5 000 años.

«Todavía no podemos demostrar que esto fue exactamente lo que sucedió. Pero el hecho de que ahora podamos demostrar que podría haber sucedido de esta manera es significativo. La causa de este declive demográfico, que conocemos desde hace mucho tiempo, siempre ha sido tema de debate», dice Seersholm.

El material arqueológico analizado proviene principalmente de tumbas de corredor en Suecia, pero uno de los individuos es de una cista de piedra en Stevns, Dinamarca.

Los análisis se realizaron utilizando un método llamado «secuenciación profunda de escopeta», que permite a los investigadores extraer información muy detallada del material arqueológico, aunque el ADN antiguo suele estar muy dañado o degradado. Los investigadores examinaron el ADN de material dentario y óseo del período neolítico, estudiando tanto las relaciones familiares como las enfermedades en los individuos.

«Hemos podido realizar un mapeo completo de los linajes de la peste y una descripción detallada de otros microbios en los datos de ADN. Al mismo tiempo, a través de estos análisis, hemos podido observar el ADN humano desde una perspectiva amplia hasta una local, y hasta el nivel individual, obteniendo una imagen de la organización social que existía en ese entonces», dice el profesor asociado Martin Sikora en el Globe Institute, quien también está detrás del estudio.

El hallazgo de que el 17% de los individuos cuyo ADN se analizó tenían peste, indica que la peste era común en Escandinavia durante la Edad de Piedra tardía.

En una de las familias analizadas, se observaron al menos tres brotes de peste a lo largo de las seis generaciones de la familia que los investigadores han podido mapear.

«La cuestión de las posibles relaciones de parentesco entre individuos cuyos huesos y dientes se han encontrado en tumbas megalíticas ha sido debatida durante al menos 200 años. Ha habido muchas teorías y especulaciones, pero ahora, gracias al ADN, tenemos datos», dice Karl-Göran Sjögren, profesor asociado de Arqueología en la Universidad de Gotemburgo, que también participó en el nuevo estudio.

Seersholm cree que los nuevos resultados descartan las teorías anteriores que sugerían que la disminución de la población no pudo haber sido causada por la peste.

«En relación con la disminución de la población a finales del Neolítico, se han sugerido tanto guerras como brotes de enfermedades infecciosas, incluida la peste. Ha habido varias teorías relacionadas con la peste, y una de ellas sugería que la peste no pudo haber causado una epidemia, pero esa suposición ya no se sostiene», dice Seersholm.

11 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo.Investigadores del Sistema Sanitario Público de Andalucía han constatado que un fármaco antipsicótico, el aripiprazol, podría reducir la mortalidad asociada a la covid.

Científicos de distintas instituciones vinculadas a la sanidad pública como la Plataforma de Medicina Computacional de la Fundación Progreso y Salud o el Instituto de Biomedicina de Sevilla han estudiado la incidencia de fármacos antipsicóticos en casi 16 000 pacientes con covid-19, ha informado este miércoles la Consejería de Salud.

El objetivo era saber si los antipsicóticos podrían tener alguna incidencia, tanto positiva como negativa, en los cuadros clínicos mortales que provoca esta enfermedad, ha explicado Joaquín Dopazo, director de la Plataforma de Medicina Computacional.

Repositorio clínico

Para este estudio, los investigadores han recurrido a la Base de Población Sanitaria (BPS) del Sistema Sanitario Público de Andalucía, un extenso recurso de historia clínica electrónica puesto en marcha en 2001.

Con más de 15 millones de usuarios, esta base representa uno de los repositorios de datos clínicos más extensos del mundo y constituye un recurso «excepcional» para estudios de generación de evidencia del mundo real.

Este tipo de estudios se basan en explotar los denominados datos del mundo real, todos aquellos referidos a la salud de los pacientes y la prestación de servicios sanitarios que se recopilan de forma rutinaria y desde distintas fuentes de información, como las historias clínicas electrónicas, los registros de medicamentos o la información de salud procedente de dispositivos móviles, entre otras.

La Plataforma de Medicina Computacional de la Fundación Progreso y Salud cuenta con una infraestructura específica para estudios de investigación clínica con datos médicos de forma segura y ética, que recientemente ha recibido el premio Novartis-IESE a la excelencia operativa en gestión sanitaria.

Esta infraestructura dota a la sanidad pública andaluza de los medios adecuados para gestionar, interpretar y generar evidencia del mundo real a partir de sus datos del mundo real y se ha adelantado al Espacio Europeo de Datos Sanitarios dos años, ha destacado la Junta.

Esto supone un impulso transformador para que el sistema sanitario pase de ser un mero almacén de datos clínicos pasivo a un generador de conocimiento biomédico de rápida aplicación.

10 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

julio 12, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Archivado en: COVID-19,Farmacología,Medicina Tropical,Psiquiatría | Etiquetas: , , , |

Imagen: Archivo.El virus del Nilo Occidental ha reaparecido este verano en Andalucía con dos casos registrados en la localidad sevillana de Dos Hermanas, uno de ellos mortal, una mujer de 72 años con patologías previas graves.

Estas son algunas claves de la enfermedad.

El virus del Nilo es una enfermedad transmitida fundamentalmente por la picadura de mosquitos que transcurre en el 80 % de los casos sin síntomas, mientras que el otro 20 % de los afectados desarrolla una enfermedad viral grave, según la Organización Mundial de la Salud.

Leve en humanos, la fiebre del Nilo Occidental se caracteriza por síntomas parecidos a la gripe: fiebre, dolor de cabeza y en las articulaciones, vómitos, erupción cutánea e inflamación de los ganglios linfáticos; síntomas que duran entre 3 y 6 días, y luego desaparecen sin mayores consecuencias.

Sin embargo, aproximadamente una de cada 150 personas infectadas desarrolla la enfermedad en su expresión más grave, lo que da lugar a encefalitis o meningitis (inflamación del cerebro o los tejidos circundantes), que pueden llevar a daño cerebral y a la muerte.

Dolor de cabeza, fiebre elevada, rigidez de nuca, desorientación, coma, convulsiones, debilidad muscular y parálisis, son algunos de los síntomas de la afección grave.

Las personas con mayor riesgo de sufrir la versión agresiva de la enfermedad son los mayores de 50 años y quienes hayan padecido enfermedades severas.

El periodo de incubación del virus dura entre 3 y 14 días; y su máxima incidencia se registra a finales de agosto y principios de septiembre. Posteriormente, el riesgo disminuye a medida que el clima se vuelve más frío y los mosquitos comienzan a desaparecer.

Perteneciente al género de los flavivirus, el virus del Nilo Occidental tiene su principal reservorio en las aves, por lo que se disemina cuando un mosquito -generalmente del género culex- pica a un ave infectada y luego lo inocula a una persona.

Tanto el ser humano como el caballo son hospederos finales, es decir que se infectan pero no propagan la infección.

En casos excepcionales la enfermedad puede transmitirse por transfusiones y trasplantes, pero no por contacto directo.

No existe una vacuna para las personas (sí la hay para la afección equina), por lo que la mejor forma de prevención es evitar las picaduras de los mosquitos, para lo que se recomienda protegerse, utilizar repelentes y eliminar recipientes con agua estancada para evitar que los mosquitos se reproduzcan.

El virus del Nilo Occidental se encuentra presente en África, partes de Europa, Oriente Medio, Asia occidental, América y Australia.

Se aisló por primera vez en 1937 en Uganda, concretamente en una mujer del distrito del Nilo Occidental (del que toma el nombre) y en 1953 se identificó en aves del delta del Nilo.

En la década de los 90 resurgió a consecuencia de la sequía en África, de donde pasó a Estados Unidos en 1999, año en que se detectaron los primeros casos en Nueva York.

Desde entonces el virus es endémico en EE.UU., donde cada año se registran casos.

Los peores brotes, hasta el momento, se produjeron en 2002, con 4 156 casos y 284 muertos, y 2003, año en que se registraron 9 862 casos y 264 muertes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos.

En Europa, Grecia registró 306 casos de infección en 2018, de los que fallecieron 41 personas, todos mayores de 63 años.

Ese mismo año, Rumanía contabilizó sus primeros tres casos, y en España fue entonces cuando ya se identificó, por primera vez, la presencia del mosquito de origen asiático Aedes japonicus, capaz de transmitir, entre otras enfermedades, el virus del Nilo Occidental.

Precisamente en España, la fiebre del Nilo se cobró en 2020 siete víctimas mortales (cuatro en Sevilla y tres en Cádiz), en el mayor brote registrado en Andalucía hasta esa fecha, en el que se notificaron 76 casos (40 confirmados y 36 probables).

10 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

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