Un nuevo estudio ha identificado posibles agentes antivirales de amplio espectro que pueden dirigirse contra múltiples familias de virus de ARN que siguen representando una importante amenaza para futuras pandemias. El estudio, dirigido por Gustavo García Jr. en el Departamento de Farmacología Molecular y Médica de la UCLA, analizó una biblioteca de agonistas inmunitarios innatos que actúan sobre receptores de reconocimiento de patógenos y halló varios agentes prometedores, entre ellos uno que mostraba una potente actividad antivírica contra miembros de familias virales de ARN.

La actual pandemia de SRAS-CoV-2, que se ha cobrado casi siete millones de vidas en todo el mundo desde su inicio, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la sociedad humana ante un brote a gran escala de patógenos emergentes. Sin poder predecir con exactitud qué desencadenará la próxima pandemia, los autores afirman que las epidemias recientes, así como el cambio climático global y la naturaleza en continua evolución del genoma del ARN, indican que los arbovirus, virus propagados por artrópodos como los mosquitos, son los principales candidatos. Entre ellos se encuentran el virus Chikungunya (CHIKV), el virus del dengue, el virus del Nilo Occidental y el virus Zika. Los investigadores afirman: «Dado su potencial epidémico ya demostrado, encontrar tratamientos eficaces de amplio espectro contra estos virus es de suma importancia, ya que se convierten en agentes potenciales de pandemias».

En su nuevo estudio, publicado en Cell Reports Medicine, los investigadores descubrieron que varios antivirales inhibían estos arbovirus en distintos grados. «Los agentes antivirales más potentes y de mayor espectro identificados en el estudio fueron los agonistas STING dinucleótidos cíclicos (CDN), que también resultan prometedores para desencadenar una defensa inmunitaria contra el cáncer», afirma el autor principal Vaithi Arumugaswami, profesor asociado del Departamento de Farmacología Molecular y Médica de la UCLA.

«Una sólida respuesta antiviral del huésped inducida por una dosis única del agonista de STING cAIMP es eficaz para prevenir y mitigar la artritis viral debilitante causada por el virus Chikungunya en un modelo de ratón. Se trata de una modalidad de tratamiento muy prometedora, ya que las personas afectadas por el virus Chikungunya sufren artritis vírica años y décadas después de la infección inicial», añadió Arumugaswami.

«A nivel molecular, el CHIKV contribuye a fuertes desequilibrios transcripcionales (y químicos) en las células cutáneas infectadas (fibroblastos) en comparación con el virus del Nilo Occidental y el virus ZIKA, lo que refleja una posible diferencia en los mecanismos de lesión mediada por virus (patogénesis de la enfermedad) por parte de virus que pertenecen a familias diferentes a pesar de ser todos ellos virus transmitidos por mosquitos», afirmó el autor principal Arunachalam Ramaiah, científico principal del Departamento de Salud de la ciudad de Milwaukee.

«El estudio de los cambios transcripcionales en las células huésped revela que el tratamiento con CAIMP rescata (revierte) a las células del efecto nocivo de la desregulación de las vías de reparación celular, inmunitarias y metabólicas inducida por el CHIKV», añadió Ramaiah.

El estudio concluye que los agonistas de STING mostraron actividad antivírica de amplio espectro contra virus respiratorios y transmitidos por artrópodos, incluidos el SARS-CoV-2 y el enterovirus D68 en modelos de cultivo celular.

García señala: «El siguiente paso es desarrollar estos antivirales de amplio espectro en combinación con otros antivirales existentes y que estén disponibles en caso de futuros brotes de enfermedades respiratorias y arbovirales.»

Abril 28/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Diseases, Conditions, Syndromes – Immunology  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network

 

Lavado de manosLavarse las manos con jabón puede reducir hasta en un 17% los casos de infección respiratoria aguda (IRA) en los países de renta baja y media (PRMB), según una revisión publicada en The Lancet.

Estos resultados, procedentes de uno de los mayores metaanálisis conocidos hasta la fecha sobre este tema, ponen de relieve lo que el equipo de investigadores denomina una «oportunidad perdida» para reducir la carga de las enfermedades respiratorias.

Las IRA son infecciones de las vías respiratorias por virus o bacterias que afectan a la respiración. Pueden clasificarse en dos tipos, superiores (URI) o inferiores (LRI), según la localización de la infección por encima o por debajo de la laringe, respectivamente. Ejemplos de IRA son el resfriado común, la gripe y la neumonía.

Recientemente, el virus SARS-CoV-2 (responsable del COVID-19, una IRA) llevó a los gobiernos de todo el mundo a recomendar medidas de salud pública, entre ellas el lavado de manos con jabón, para combatir la infección.

Aunque el COVID-19 ha suscitado una atención sin precedentes, las IRA endémicas siguen siendo una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. A nivel mundial, las IRA son responsables de hasta 2,5 millones de muertes en 2019; con más del 80% de estas muertes ocurriendo en países de ingresos bajos y medios.

Los metaanálisis anteriores investigaron el impacto del lavado de manos con jabón en las IRA, pero los análisis han tenido un alcance limitado (incluyendo solo ciertos diseños de estudio), rara vez se han centrado en los PIBM, donde la carga es mayor, o solo han examinado las IRA virales.

En esta revisión, el equipo -formado por miembros de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), así como de la Organización Mundial de la Salud y otras universidades- analizó 26 estudios que investigaban el impacto de las intervenciones que promueven el lavado de manos con jabón en entornos domésticos, escolares o de atención infantil en los PIBM sobre la morbilidad de las IRA.

Estos estudios incluyeron un total de 160.000 participantes de toda Asia, África y América Latina entre principios de la década de 2000 y mayo de 2021, y las intervenciones elegibles iban desde la provisión de instalaciones y productos adecuados hasta la promoción de su uso a través de campañas en los medios de comunicación o visitas puerta a puerta.

En general, las intervenciones que promovían el lavado de manos con jabón fueron responsables de reducir la morbilidad, o carga, de las IRA en un 17% en comparación con los casos en los que no se intervino en el lavado de manos. Desglosadas por tipo de IRA, las intervenciones redujeron la carga de IRA en un 22% y de IRA en un 26%, aunque el equipo no encontró pruebas de su efecto sobre la gripe confirmada mediante pruebas.

Los autores subrayan que estos resultados demuestran la importancia de promover más ampliamente las medidas de lavado de manos para ayudar a reducir la carga de las IRA en los PIBM más allá del contexto pandémico. Aunque los autores sólo investigaron los PIBM, al tener en cuenta las estimaciones mundiales anteriores predicen que sus resultados también son aplicables a los países de ingresos altos.

El autor principal, el Dr. Ian Ross, del LSHTM, declaró: «En la actualidad, la ONU calcula que 1.800 millones de personas carecen de acceso a un grifo de agua en su casa o jardín. Nuestros resultados muestran lo que podría lograrse con una acción gubernamental sostenida para promover el lavado de manos y garantizar el acceso universal a la infraestructura subyacente de suministro de agua y jabón.»

Abril 28/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Diseases, Conditions, Syndromes – Health  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network

Comprender el significado de las interacciones sociales es una importante habilidad humana que se basa en descifrar distintos tipos de información social. Por ejemplo, percibir información corporal y facial, y comprender las intenciones de los demás. Gracias a una amplia experiencia social, los adultos pueden comprender escenarios sociales complejos con relativa facilidad. En cambio, los niños deben aprender a dominar habilidades sociales complejas, y entender cómo se consigue es un objetivo importante para la psicología del desarrollo y la neurociencia.

Una reciente colaboración entre investigadores de la Universidad de Bangor (Kami Koldewyn) y la Universidad de Coimbra (Portugal) (Jorge Almeida; Jon Walbrin -antes Universidad de Bangor-) revela una sorprendente diferencia cerebral entre adultos y niños que podría explicar las diferencias evolutivas en la comprensión de las interacciones sociales.

El estudio de imagen magnética funcional -publicado recientemente en la revista Journal of Neuroscience- consistió en escanear el cerebro de niños (de 6 a 12 años) y adultos (mayores de 18) mientras veían breves vídeos de dos figuras humanas interactuando. Se midieron las respuestas de activación en el surco temporal superior (STS), una zona del cerebro que interviene en el procesamiento visual de las interacciones sociales, y se combinaron con medidas de conectividad con otras partes del cerebro.

Los resultados muestran que, en los adultos, la activación de las interacciones sociales en el STS está relacionada con la conectividad de las áreas cerebrales implicadas en el procesamiento de la información corporal estática y dinámica; sin embargo, en los niños, la activación del STS está relacionada con la conectividad de las áreas cerebrales implicadas en la formulación de juicios sociales más profundos sobre los pensamientos y creencias ocultos de otras personas (un proceso conocido como «mentalización»).

Jon Walbrin, autor principal, explica: «La mayoría de los estudios anteriores sobre neurociencia social se han centrado en medir las respuestas a otras personas como individuos. Pero en los últimos tiempos ha aumentado el interés por comprender las respuestas cerebrales ante los demás en el contexto de las interacciones sociales. Sin embargo, actualmente se sabe muy poco sobre cómo se desarrollan dichas respuestas durante la infancia.»

«Estos resultados sugieren que los niños y los adultos podrían emplear estrategias diferentes para la comprensión de las interacciones: Los adultos se basan más en información observable y corporal, mientras que los niños -con menos experiencia social- se dedican más a razonar con esfuerzo sobre lo que piensan y sienten los demás durante una interacción. Es probable que esto refleje el proceso de aprender a entender el comportamiento interactivo».

Kami Koldewyn añadió: «Los resultados actuales nos ayudan a comprender mejor cómo cambian a lo largo del desarrollo las redes cerebrales implicadas en la cognición social. La mayoría de los adultos no necesitan pensar para comprender las interacciones sociales; captan lo esencial incluso de los encuentros sociales complejos simplemente a través de la información que puede observarse directamente.»

Abril 28/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Neuroscience – Pediatrics  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network

Según el estudio más de 200.000 personas en todo el mundo padecen Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta a las células nerviosas del cerebro y la médula espinal.

Actualmente no existe cura para la ELA. La mayoría de las personas que padecen la enfermedad mueren en un plazo de tres a cinco años de diagnóstico de insuficiencia respiratoria. Alrededor del 10% de los enfermos de ELA viven más de 10 años. Alrededor del 20% de los casos de ELA familiar están causados por una mutación en el gen SOD1.

¿Qué es la ELA?

La ELA ataca específicamente a un tipo de células nerviosas denominadas motoneuronas. A medida que las neuronas motoras disminuyen, el sistema nervioso deja de ser capaz de enviar mensajes a los músculos, lo que provoca que éstos se debiliten y dejen de funcionar. A medida que la enfermedad avanza, los enfermos de ELA acaban siendo incapaces de mantenerse en pie o caminar sin ayuda, así como tampoco pueden utilizar las manos ni los brazos. Las personas con ELA también pueden experimentar dificultades para hablar, comer y respirar.

La mayoría de los casos de ELA se consideran esporádicos, lo que significa que se dan en personas sin antecedentes familiares de la enfermedad. Sin embargo, alrededor del 10% de los casos de ELA se consideran familiares, lo que significa que la enfermedad es hereditaria.

Según el Dr. Toby Ferguson, vicepresidente y director de la Unidad de Desarrollo Neuromuscular de Biogen, la SOD1-ALS es una forma genética rara de ELA diagnosticada en aproximadamente 330 personas en Estados Unidos.

«Puede avanzar rápidamente, siempre es mortal y puede tener un impacto devastador en las familias durante generaciones», declaró a Medical News Today. «De aprobarse, el tofersén representaría un nuevo avance científico para la comunidad de la ELA al ser el primer y único tratamiento dirigido a una causa genética de la ELA. Esperamos que esto allane el camino para nuevos avances en esta implacable enfermedad.»

¿Cómo funciona el tofersén?

Ferguson explicó que tofersen es un oligonucleótido antisentido (ASO) que se está evaluando para el tratamiento de la SOD1-ALS.

«Los ASO son cadenas cortas y sintéticas de nucleótidos diseñadas para unirse selectivamente al ARN diana y regular la expresión génica», explicó. «En las personas con SOD1-ALS, las mutaciones en el gen SOD1 hacen que su organismo genere una forma tóxica de la proteína SOD1. Esta forma tóxica de la proteína SOD1 provoca la degeneración de las motoneuronas, lo que da lugar a una debilidad muscular progresiva.»

«Tofersen está diseñado para unirse y degradar el ARNm de SOD1 en un esfuerzo por reducir la producción de la proteína SOD1″, añadió Ferguson.

Resultados de la fase 3

Ferguson dijo que los datos integrados de 12 meses del ensayo clínico de fase 3 VALOR y su extensión abierta (OLE) han mostrado reducciones en neurofilamento – un marcador de daño a las neuronas y neurodegeneración.

«Existe una amplia bibliografía que indica que los niveles de neurofilamento son pronósticos de la progresión de la enfermedad y la supervivencia, con niveles más altos asociados con (una) disminución más rápida de la función clínica y una supervivencia más corta», añadió Ferguson. «La combinación de estos resultados de biomarcadores y los datos de resultados clínicos proporcionan pruebas adicionales del potencial de tofersen para ralentizar eficazmente la progresión de la SOD1-ALS».

Biogen afirma en su comunicado de prensa que tofersén no alcanzó el criterio de valoración primario de cambio desde el valor basal hasta la semana 28 en la Escala Revisada de Valoración Funcional de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ALSFRS-R). Sin embargo, los investigadores descubrieron que tofersén provocaba un menor deterioro de la función motora, la función respiratoria, la fuerza muscular y la calidad de vida en personas con SOD1-ALS.

El proceso de aprobación

El 22 de marzo, el Comité Asesor sobre Fármacos para el Sistema Nervioso Central y Periférico de la FDA presentó su propia evaluación de la eficacia del tofersén.

Según un comunicado de prensa de Biogen, el comité asesor declaró que la eficacia del fármaco experimental no era suficiente. Sin embargo, el comité consultivo declaró que la capacidad de tofersen para reducir la concentración plasmática de la cadena ligera de neurofilamentos (NfL) es «razonablemente probable» que proporcione un beneficio clínico a las personas con SOD1-ALS.

«Se trata de un avance monumental en el campo de la ELA, en el que las medidas objetivas sensibles a los cambios inducidos por el tratamiento, especialmente en las fases iniciales de la enfermedad, son muy demandadas», afirmó Ferguson. «Nos encontramos aquí en gran parte debido al trabajo que la comunidad de la ELA ha realizado para caracterizar el comportamiento del neurofilamento durante la última década».

«Aunque la idoneidad del neurofilamento como posible sustituto se evaluará caso por caso, esperamos que los datos del programa tofersen sean un catalizador adicional para el uso del neurofilamento y otros biomarcadores novedosos en el futuro», añadió.

Abril 26/2023 (Medical News Today) – Tomado de Latest News  Copyright 2023 Healthline Media UK Ltd, Brighton, UK.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

El desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV-2 ha sido rápido, pero el aumento de variantes obliga a los científicos a modificar con frecuencia los tratamientos. Lo ideal sería que las terapias se dirigieran a las proteínas víricas resistentes a las mutaciones, pero esto ha resultado difícil. Sin embargo, unos investigadores han desarrollado un sistema que ataca y degrada directamente el genoma del ARN vírico, reduciendo la infección en ratones. El método podría adaptarse para combatir muchos virus y tratar diversas enfermedades.

Las vacunas y los fármacos antivirales suelen dirigirse a proteínas críticas para la infección y replicación virales. Sin embargo, esta orientación induce una presión evolutiva para que el virus mute, lo que reduce la eficacia de los tratamientos existentes y exige el desarrollo de nuevas vacunas y fármacos. Para evitar este problema, los investigadores han recurrido a estructuras muy conservadas dentro del genoma del ARN vírico. Otros grupos han vinculado pequeñas moléculas ligadoras de ARN a ligandos de ribonucleasas L (RIBOTAC), creando degradadores que dependen de la expresión de ribonucleasas en las células, que varía según los tejidos. Para evitar esta dependencia, Gonçalo J. L. Bernardes, Konstantinos Tzelepis, Sigitas Mikutis y sus colegas demostraron que la unión de imidazol a ARN podía degradar el ácido nucleico, por lo que se preguntaron si la unión de imidazol a una molécula de unión a ARN produciría una degradación selectiva.

Para ello, el equipo utilizó piridostatina (PDS), que se une a estructuras de ARN G-cuadruplex (G4), y MTDB, que se une a pseudoknots betacoronavirales, como moléculas de unión al ARN. A continuación, los investigadores añadieron a cada compuesto un enlazador flexible e imidazol y denominaron a estas moléculas degradadores de ácido nucleico inducidos por proximidad (PINAD). Al acercar el imidazol al ARN, ambos PINAD degradaron el ARN del SARS-CoV-2. Además, los compuestos resultaron eficaces para la degradación del ARN del SARS-CoV-2. Además, los compuestos fueron eficaces cuando se probaron en células infectadas con el SARS-CoV-2 y sus variantes alfa y delta. Y lo que es más importante, cuando los investigadores administraron el degradador MTDB a ratones infectados con SARS-CoV-2, la carga viral se redujo, al igual que los niveles de un biomarcador de infección y replicación viral. Los investigadores afirman que su sistema debería permitir convertir cualquier molécula pequeña de unión a ARN en un PINAD, de modo que algún día podría utilizarse para atacar y destruir otros ARN relacionados con enfermedades. Esta lista podría incluir trastornos como la enfermedad de Alzheimer o la de Huntington, apuntando a los ARNm de proteínas mal plegadas que de otro modo han resultado difíciles de atacar.

El resumen del trabajo estará disponible a través de este enlace: http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/acscentsci.3c00015. 

Abril 26/2023 (EurekaAlert!) – Tomado de News Releases  Copyright 2023 by the American Association for the Advancement of Science (AAAS) 

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Un proyecto de investigación internacional, en el que participa la Universidad de Oviedo, ha permitido identificar el papel concreto de los interferones como marcador clínico en el abordaje del lupus eritematoso sistémico (LES) para predecir la respuesta al tratamiento, así como otras posibles aplicaciones en diferentes enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas.

Si bien existen numerosos trabajos que estudian desde hace décadas el papel de los interferones en diversas patologías de este tipo, como lupus eritematoso sistémico (LES), artritis reumatoide, esclerosis sistémica o síndrome de Sjögren, entre otras, su utilidad en la clínica ha quedado muy limitada por la falta de evidencia científica robusta en una dirección concreta, según Javier Rodríguez-Carrio, profesor del área de Inmunología de la Universidad de Oviedo y autor principal de este estudio, que acaba de ser publicado en Annals of the Rheumatic Diseases.

Para tratar de dar respuesta a este interrogante, un grupo internacional de investigadores desarrolló un proyecto al amparo de la Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología (Eular), organismo de referencia en reumatología a nivel europeo, y que ha sido coordinado desde la Universidad de Leeds (Reino Unido), el centro médico Erasmus (Países Bajos) y con participación de la Universidad de Oviedo.

El proyecto se desarrolló en dos fases. Inicialmente se realizó una revisión sistemática de toda la literatura científica al respecto, con identificación de más de 10.000 trabajos científicos que abarcaban diferentes aplicaciones de los interferones en 11 enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, de los cuales 400 fueron los que cumplieron con los criterios de calidad necesarios para ser incluidos en esta revisión. En una segunda fase, el grupo de investigadores desarrolló un trabajo de consenso y elaboración de recomendaciones siguiendo una metodología definida basada en la evidencia.

¿Por qué tantos estudios sobre interferones?

«El primer resultado que nos sorprendió fue la enorme cantidad de ensayos propuestos para analizar los interferones», señala Javier Rodríguez-Carrio, quien explica que esto es debido en parte a que estos mediadores pueden no solo ser analizados por sus niveles, es decir, la cantidad de moléculas, sino también por sus efectos a nivel molecular y celular, o lo que es lo mismo por el tipo de respuesta que inducen sobre diversos biológicos.

Este hecho limita «enormemente la comparación entre diferentes tipos de ensayos y dificulta su estandarización» explica Javier Rodríguez-Carrio.

Esta fase sirvió además para señalar los posibles usos clínicos para los que existe un mayor respaldo científico, así como apuntar aquellas aplicaciones para las que se requiere más investigación.

«Uno de los objetivos de este trabajo era señalar específicamente qué huecos encontrábamos en la literatura científica y qué necesidades clínicas no cubiertas requerían más investigación y para qué patologías en concreto», señala el investigador. En esta fase, los investigadores concluyeron que los ensayos para medir interferones pueden tener un uso válido, sobre todo, en pacientes de lupus eritematoso sistémico (LES) para ciertas decisiones clínicas, así como en pacientes con miositis para algunos usos más concretos. La evidencia en otras patologías, como la artritis reumatoide, era menor pero enormemente prometedora».

En la segunda fase, el grupo de trabajo elaboró una lista de recomendaciones que permiten guiar desde el uso y elección racional de estos ensayos, hasta la publicación y análisis de los resultados, pasando por la recomendación de qué aplicaciones pueden ser aconsejables y cuáles no están avaladas por la literatura científica

Abril 25/2023 (Diario Médico) – Tomado de Inmunología – Estudio español en ‘Annals of the Rheumatic Disease  Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.

 

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