may
25
En sesión plenaria, en LXXXVI Congreso Nacional de Urología, F. Guerrero ofreció una conferencia sobre las opciones actuales y futuras ante el fallo de la BCG (Quimiohipertermia vs Pembrolizumab vs Nadofaragene Firadenovec vs N-803). Dio una visión exhaustiva y actualizada del tema. Propuso ser proactivos desde los servicios de urología para participar con sus pacientes en ensayos clínicos, para un mayor acceso de la innovación. Recordó que hace falta formación para estar actualizados. Propuso unidades específicas de cáncer de vejiga en los hospitales.
El papel actual de la terapia trimodal en el CVMI corrió a cargo de J. Rubio. La preservación en nuestro país va aumentando, aunque de manera lenta. Él se basa en la evidencia que se tiene a la hora de explicar la posibilidad de recidiva, la necesidad de controles y los riesgos de progresión. La toxicidad tardía es poca y poco relevante. Es importante discernir entre un T2 y un T3. Sopesó que la resonancia, con datos objetivos que sean incluibles en protocolos de inteligencia artificial, ayudará en el futuro a predecir las tasas de respuesta. Uno de cada cuatro tumores tendrá recurrencias. Si el paciente tiene una recidiva tras la preservación está en una situación de riesgo. El tamaño no parece que sea una limitación para la preservación. Hay que seguir esas vejigas muy de cerca, como si fueran tumores de alto riesgo.
El tema de la enfermedad vesical oligometastásica y cúal es el papel de la cistectomía radical lo trató A. Carrión. El 50% de los tumores vesical musculo invasivo progresará a pesar del tratamiento. La supervivencia a cinco años es inferior al 15% en pacientes metastásicos. La cirugía de consolidación tras quimioterapia podría prevenir una progesión a distancia posterior y extirpar tumor residual. Se podría evitar la progresión local y con la anatomía patológica se tendría más información. En algunos pacientes muy seleccionados oligometastásicos se pueden tener respuestas de supervivencia consolidada. Entre el 14 y el 25% de los pacientes que se les hace la cistectomía tendrá una respuesta patológica completa en pieza quirúrgica. Hay pocos estudios que analicen el papel de la cistectomía en pacientes metastásicos. Un oligometastásico es aquel que tiene enfermedad metastásica limitadas en los que se puede conseguir supervivencia a largo plazo o incluso curación. Hay que ver cuál es el papel de la inmunoterapia de mantenimiento, quizá desplazará el papel de la cirugía de consolidación.
Adyuvancia en CVMI ¿Quimio o inmunoterapia? Visión de la Urología. Lo razonó J.L. Moyano. Cuando antes se haga la adyuvancia, habrá mayor supervivencia. Cada vez es más robusta la evidencia para el uso de quimioterapia adyuvante en los tumores pT3-T4, pN+ sin NAC previa. Hay aumento de supervivencia global y de tiempo libre de enfermedad. En inmunoterapia, hay resultados contradictorios en estudios con similares enfermos. Nivolumab autorizado en tumores pD-L1 más de un 1%. Tras neoadyuvancia: pT2-pT4, pN+. Sin neoadyuvancia: pT3-pT4, pN+. En pacienres que no sean adecuados para cisplatino o hayan rechazado tratamiento con cisplatino. Hay que esperar a resultados del estudio Ambassador (2025).
Aguilera Bazán se encargó de la estrategia diagnóstica y terapéutica de la masa adrenal. Si hay un órgano que se beneficia de la cirugía mínimamente invasiva es éste. Todos los tumores que sean funcionantes son de indicación quirúrgica al igual que los tumores de más de cuatro milímetros. Es subsidiario de cirugía mínimamente invasiva.
Mayo 25/2023 (IMmédico) – Tomado de Industria Farmacéutica, Urología Copyright 2023 Copyright: Publimas Digital
may
25
El CSIC, el Banc de Sang i Teixits (BST) de Catalunya y el Institut d´Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) han firmado un acuerdo para investigar la modificación genética de células madre obtenidas de sangre de cordón umbilical para producir células inmunitarias CAR-NK que sean capaces de reconocer y atacar a las células tumorales y otras enfermedades.
La investigación busca mejorar los resultados de las terapias CAR-T (acrónimo en inglés de «células T dotadas de receptores quiméricos de antígenos»), que ya está en uso para algunos tipos de cáncer. La diferencia principal consiste en que las células NK (Natural Killer) son más fáciles de producir a gran escala a partir de células madre, que las células T.
El acuerdo busca crear un banco de células CAR-NK que contenga una batería de genes antitumorales, incluidos los receptores CAR19 o CAR19/20. Estos últimos son modificaciones genéticas que permiten a las células inmunitarias identificar y atacar específicamente la leucemia linfoblástica aguda y el linfoma de células B. El objetivo es almacenar estas células en bancos celulares y tenerlas disponibles para su aplicación inmediata en tratamientos de inmunoterapias contra el cáncer.
Para ello, el CSIC pondrá a disposición del proyecto las dos tecnologías patentadas y desarrolladas en el Centro de Investigación Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) en Madrid por el equipo dirigido por el investigador Daniel Bachiller, que permiten introducir la modificación genética en las células inmunitarias para hacerlas capaces de reconocer y atacar las células tumorales.
«Creemos que nuestro desarrollo permitirá producir células del sistema inmunitario diseñadas para atacar dianas terapéuticas específicas de una forma mucho más rápida, eficaz y barata que las tecnologías que se están probando actualmente. Nuestro sistema puede aplicarse también a otras enfermedades, como por ejemplo las infecciones fúngicas o las causadas por bacterias resistentes a antibióticos», explica Daniel Bachiller, del CIB.
Por su parte, el BST proveerá las células madre pluripotentes inducidas provenientes de sangre de cordón umbilical y producirá las células NK a partir de ellas, y el IDIBELL, cuyo grupo de investigación también está adscrito al Instituto Catalán de Oncología (ICO), aportará los modelos para la validación in vitro e in vivo de las nuevas terapias.
Una investigación de carácter exploratorio
Las terapias CAR-NK (acrónimo en inglés de células NK dotadas de receptores quiméricos de antígenos) son una prometedora estrategia para combatir el cáncer, aún en desarrollo. Se basan en modificar células NK (natural killer, un tipo de linfocito) para que sean capaces de reconocer y atacar específicamente células cancerosas.
La investigación del CSIC, el BST y el IDIBELL, de carácter preliminar y exploratorio, persigue obtener y modificar estas células a partir de células madre de cordón umbilical, para comprobar después su viabilidad y efectividad en laboratorio.
Las células madre que se emplean en este proyecto, y por tanto las células NK derivadas de ellas, son de donantes compatibles con un elevado porcentaje de la población europea. Gracias a ello las células pueden producirse y almacenarse a la espera de los pacientes que las necesiten.
En la actualidad se usan linfocitos del propio paciente que hay que extraer, modificar y cultivar de forma individual y con posterioridad al diagnóstico, «lo que encarece extraordinariamente el procedimiento y retrasa peligrosamente su aplicación», aclara Bachiller.
La investigación trata de confirmar si es posible mejorar la eficacia de los tratamientos de inmunoterapia celular actuales dotando a las células NK inmunocompatibles de una batería de genes antitumorales que multipliquen el efecto de los CAR.
Se prevé que el banco de células resultante, que estará en el BST, contendrá líneas celulares modificadas de los tipos genéticos más comunes. De esta forma, se dispondría de un banco de células CAR-NK de disponibilidad inmediata para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda y el linfoma de células B.
Mayo 24/2023 (IMmédico) – Tomado de I+D+I, Oncología Copyright 2023: Publimas Digital
may
25
Los sistemas automatizados de administración de insulina, también llamados páncreas artificiales, hacen mucho menos complicado para los pacientes el control de la diabetes, según un nuevo estudio publicado en la revista ´APL Bioengineering´.
Además, estos sistemas –con sensores de insulina implantados, bombas que administran insulina dentro del cuerpo, controladores de bomba de insulina asociados y algoritmos de control cada vez más sofisticados– avanzan con rapidez.
La diabetes de tipo 1 afecta a 46,3 millones de personas en todo el mundo, y el número de afectados aumenta alrededor de un 3% cada año. Requiere un cuidadoso cálculo de las necesidades de insulina y molestas inyecciones diarias para evitar enfermedades periféricas causadas por valores extremos de azúcar alto o bajo en sangre.
Investigadores de la Universidad de Padua y la Universidad de Pavía, en Italia, y la Universidad de Yale, en Estados Unidos, han diseñado un novedoso algoritmo para controlar las bombas de insulina implantadas que tiene en cuenta las características únicas de cada paciente. Su modelo, probado con una simulación informática de diabetes aprobada por la FDA, demuestra que la administración intraperitoneal (dentro de la cavidad abdominal) de insulina es rápida e imita fielmente la administración fisiológica natural.
«La infusión intraperitoneal de insulina no sólo es mucho más fisiológica porque reproduce la fisiología natural, sino que simplifica el problema del control porque no hay retrasos –explica Claudio Cobelli–. Esto significa que se puede tener un controlador muy sencillo y robusto para manejar las situaciones cotidianas».
El método actual de administración automatizada de insulina, que se basa en una tecnología denominada sensores subcutáneos continuos de glucosa, requiere que los pacientes introduzcan manualmente el número de carbohidratos que consumen, anunciando sus comidas al sistema antes de comer.
También es lento para detectar y administrar la insulina. Estos retrasos, junto con la probabilidad de errores en los cálculos manuales de las comidas, hacen que el sistema sea propenso a las imprecisiones y aumentan la prevalencia de la hiperinsulinemia, un estado de insulina elevada en los pacientes que provoca enfermedades de los grandes vasos sanguíneos.
A partir de un simulador aceptado por la FDA y diseñado para la administración continua de insulina subcutánea, los investigadores introdujeron modificaciones para simular la administración de insulina intraperitoneal. Desarrollaron un modelo que puede tener en cuenta las diferencias individuales de cada paciente y validaron un algoritmo de control de la bomba que no requiere el anuncio de comidas.
«Es una gran ventaja. Ayuda a ajustar los dispositivos y permite la personalización –resalta Cobelli–. Cada persona tiene necesidades distintas, así que hay que personalizar los algoritmos».
Uniendo trabajos anteriores y experimentos actuales, los investigadores demostraron con éxito las similitudes entre la administración intraperitoneal de insulina y la fisiología de la secreción natural de insulina y validaron un algoritmo de control de la bomba que es robusto a los factores de personalización y a la variación horaria de las comidas del desayuno, el almuerzo y la cena.
Su trabajo forma parte de un proyecto europeo plurianual de colaboración denominado «FORGET DIABETES», cuyo objetivo es avanzar rápidamente en las tecnologías de administración automática de insulina hasta llegar a los ensayos clínicos.
Mayo 24/2023 (IMmédico) – Tomado de Atención primaria, Endocrinología y Nutrición Copyright 2023: Publimas Digital
may
23
Investigadores del Instituto Leibniz para la Investigación de Productos Naturales y Biología de Infecciones (Leibniz-HKI) y sus socios colaboradores de Dinamarca y Hungría han descubierto que las bacterias presentes en el intestino proporcionan información sobre las cantidades de hongos del género Candida potencialmente causantes de enfermedades.
Entre estas bacterias intestinales se encuentran las bacterias del ácido láctico que son conocidas por su efecto protector frente a las infecciones fúngicas.
El microbioma intestinal humano es una comunidad extremadamente compleja en la que diferentes microorganismos se controlan entre sí. Sin embargo, si se produce un desequilibrio debido a los antibióticos u otras influencias ambientales, las especies individuales pueden propagarse y provocar una infección. Los hongos del género Candida, por ejemplo, están presentes en los intestinos de muchas personas sanas. Por lo general, son inofensivos, pero también pueden causar infecciones sistémicas peligrosas.
Para el estudio, publicado en ´Nature Communications´, los investigadores examinaron muestras de heces de 75 pacientes con cáncer y encontraron que ciertas especies bacterianas siempre aparecen en mayor número cuando la cantidad de hongos del género Candida también es alta.
«Con estos datos, desarrollamos un modelo informático que fue capaz de predecir la cantidad de Candida en otro grupo de pacientes con una precisión de alrededor del 80 por ciento en función de las especies y cantidades bacterianas», explica el autor principal del estudio, Bastian Seelbinder. Estas bacterias incluían principalmente especies tolerantes al oxígeno.
Lo que sorprendió a los investigadores no fue solo el éxito de la predicción de la cantidad de hongos en función de las especies bacterianas presentes, sino también qué bacterias se correlacionaron con grandes cantidades de hongos. «Encontramos un mayor número de especies bacterianas que producen ácido láctico, incluidas las especies de Lactobacillus», afirma Seelbinder.
Las bacterias del ácido láctico, particularmente del género ´Lactobacillus´, favorecen la proliferación de Candida pero al mismo tiempo hacen que el hongo sea menos virulento. Esto podría deberse al hecho de que las especies de Candida pueden cambiar su metabolismo para poder utilizar el lactato producido por las bacterias del ácido láctico.
Esta característica les da una ventaja competitiva sobre otros hongos como ´Saccharomyces cerevisiae´, como descubrieron los investigadores en experimentos adicionales. Sin embargo, el cambio metabólico aparentemente también hace que Candida permanezca en su forma de levadura esférica generalmente inofensiva en lugar de formar hifas fúngicas que podrían invadir la mucosa intestinal.
Este estudio se ha realizado en muestras de heces de pacientes con cáncer porque «tienen un riesgo particular de contraer infecciones fúngicas», según explican los autores. Asimismo, señalan que para estudios adicionales se podrían incluir muestras de sujetos sanos para desarrollar estrategias a largo plazo para pacientes en riesgo en función de su microbioma.
Mayo 23/2023 (IMmédico) – Tomado de Gastroenterología – Digestivo, Neumología, Oncología Copyright 2023: Publimas Digital
may
23
El estudio de las modificaciones químicas de los ARNs, presentes en todos los organismos, es esencial para avanzar en el conocimiento de las enfermedades asociadas al envejecimiento (síndrome metabólico, problemas cardiovasculares, deterioro neuro-cognitivo, etc.). Ahora, un equipo del CiMUS de la USC liderado por Diana Guallar, acaba de conseguir financiación para examinar los ARNs cuyas modificaciones son alteradas con el envejecimiento; y explorar la modulación farmacológica de estas marcas reversibles como una nueva terapia para mejorar la calidad de vida durante esta etapa. La investigación está asegurada durante tres años gracias a una de las más competitivas becas que se conceden en el panorama científico nacional, las de la Fundación Ramón Areces.
El trabajo del CiMUS ha sido uno de los 19 reconocidos en toda España en la última convocatoria del concurso de Ayudas a la Investigación en Ciencias de la Vida y de la Materia. En total, la entidad destina cerca de 130.000€ a esta investigación gallega sobre las modificaciones químicas de los ARNs asociadas a la longevidad. «Aunque en estudios recientes la regulación de estas marcas químicas reversibles ha venido relacionándose con la edad en otros organismos, debido a su complejidad, en mamíferos no se conoce con exactitud el papel que juegan. Y es aquí donde se nos abre un horizonte prometedor hacia nuevas terapias», asegura Diana Guallar.
Reescribir el ARN para lograr un envejecimiento saludable
Los ARNs se modifican químicamente (epitranscriptómicamente) en todos los organismos, desde las levaduras hasta los humanos, y estas modificaciones pueden afectar a todas las etapas del metabolismo del ARN, desde su estabilidad hasta su localización o potencial de codificación de proteínas. Se ha demostrado que estas marcas desempeñan funciones clave en el desarrollo embrionario, la adaptación al estrés y las respuestas inmunitarias innatas, entre otras. De hecho, las modificaciones de ARN están más cerca de nuestras vidas de lo que podemos imaginar, ya que un aspecto clave de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 ha sido la modificación química N1-metilpseudouridina (m1Ψ) en estos ARNs para aumentar su eficacia.
Debido al continuo aumento de la esperanza de vida en las sociedades occidentales, el envejecimiento se ha convertido en el mayor factor de riesgo para la mayoría de las enfermedades humanas, como los trastornos cardiovasculares y metabólicos, el cáncer y los procesos neurodegenerativos.
A pesar de que la regulación epitranscriptómica está empezando a ser asociada con la longevidad y el envejecimiento en gusanos y levaduras, en mamíferos no se conoce con exactitud el papel que juegan estas modificaciones químicas del ARN. Por ello, «el proyecto que llevamos a cabo desde el CiMUS se propone examinar los ARNs cuyas modificaciones son alteradas con el envejecimiento, y explorar la modulación farmacológica de estas marcas reversibles como una nueva terapia para mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento», sostiene la investigadora.
Nueva era de investigación en modificaciones del ARN
Guallar admite que, a pesar de la gran cantidad de estudios realizados hasta la fecha sobre el envejecimiento, «su complejidad intrínseca ha dificultado el desarrollo de estrategias clínicas exitosas para contrarrestarlo». Dado que la metilación del ARN es reversible, propone «diseccionar la combinación mínima de moduladores epitranscriptómicos que podrían usarse para revertir las características del envejecimiento. Inmersos en una nueva era de investigación sobre modificaciones del ARN, este proyecto pretende dilucidar nuevos mecanismos subyacentes al envejecimiento, proporcionando nuevos biomarcadores y estrategias para abordar esta inevitable consecuencia de la vida», explica.
Mayo 23/2023 (Diario Médico) – Tomado de I+D+I Copyright 2023: Publimas Digital
may
23
Un análisis retrospectivo de los datos de pacientes del estudio COPDGene sugiere que actuar sobre los tapones mucosos podría ayudar a prevenir las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la cuarta causa de muerte en Estados Unidos.
Muchos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) sufren tapones mucosos que obstruyen las vías respiratorias, una acumulación de mucosidad en los pulmones que puede afectar a la calidad de vida y al funcionamiento pulmonar. Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Brigham and Women’s Hospital, miembro fundador del sistema sanitario Mass General Brigham, ha descubierto que los tapones mucosos también se asocian a una mayor mortalidad. Los hallazgos, publicados en JAMA y presentados simultáneamente en la Conferencia Internacional 2023 de la Sociedad Torácica Americana, podrían ayudar a los médicos a reducir el número de muertes por EPOC, que es una de las enfermedades respiratorias más comunes y mortales.
«Como una enfermedad crónica, la EPOC no se puede curar, pero nuestros hallazgos sugieren que el uso de terapias para romper estos tapones de moco podría ayudar a mejorar los resultados para los pacientes con EPOC, que es la mejor cosa siguiente», dijo el autor correspondiente Alejandro A. Díaz, MD MPH, un científico asociado en la División de Medicina Pulmonar y de Cuidados Críticos en el Brigham. «El moco es algo sobre lo que ya sabemos mucho desde el punto de vista de la ciencia básica, y también hay un montón de terapias dirigidas al moco que ya existen o están en desarrollo para otras enfermedades, por lo que es un objetivo muy prometedor.»
La EPOC afecta a 15,9 millones de personas en Estados Unidos y es la cuarta causa de muerte. En la mayoría de los casos es consecuencia del consumo de tabaco o de la exposición prolongada a contaminantes atmosféricos. La progresión de la EPOC puede ralentizarse eliminando la exposición a estos contaminantes, pero no hay forma de curar la enfermedad. Y el enfoque terapéutico estándar de la EPOC no ha cambiado prácticamente en muchos años.
«Durante las últimas cuatro décadas, sólo hemos tenido dos objetivos para las terapias de la EPOC: promover la dilatación bronquial, lo que significa ensanchar las vías respiratorias, o reducir la inflamación bronquial», explica Díaz. «Esto nos dice que podemos hacer más de lo que pensábamos».
El estudio actual fue un análisis observacional retrospectivo de los datos del estudio Genetic Epidemiology of COPD (COPDGene), un estudio clínico a gran escala cuyo objetivo era investigar los factores de riesgo genéticos subyacentes de la EPOC. El estudio contó con más de 10.000 participantes, reclutados entre 2007 y 2011, e incluyó a personas con EPOC en diferentes estadios, desde el más leve al más grave.
Para este nuevo estudio observacional, los investigadores analizaron los datos de más de 4.000 de estos pacientes. Para determinar qué pacientes tenían tapones mucosos, los investigadores analizaron las tomografías computarizadas de tórax de los pacientes, tomadas en su primera visita a la clínica. La realización de TC a todos los pacientes, independientemente de los síntomas que declararan, permitió a los investigadores detectar tapones mucosos incluso en pacientes que no se sentían enfermos.
«La creación de mucosidad es una parte normal de la respuesta inmunitaria del organismo, pero normalmente la expulsamos al toser a medida que mejoramos», explica Díaz. «La EPOC hace que el cuerpo produzca demasiada mucosidad y dificulta su eliminación, por lo que acabas teniendo estos tapones de mucosidad que no están fuertemente correlacionados con ningún síntoma específico y pueden pasar desapercibidos».
Los investigadores descubrieron que, a lo largo del estudio, la tasa de mortalidad de los pacientes con EPOC sin tapones mucosos detectables era del 34 por ciento. En el caso de los pacientes con tapones mucosos en hasta dos segmentos pulmonares, la tasa de mortalidad aumentó hasta el 46,7%. En los pacientes con tapones en tres o más segmentos pulmonares, la tasa de mortalidad fue del 54,1%.
«Los datos muestran una asociación convincente entre la acumulación de estos tapones de moco y la mortalidad global, pero aún no sabemos nada sobre lo que la impulsa», añade Díaz.
Dado que la mucosidad es una diana terapéutica conocida para otras enfermedades, los investigadores tienen previsto ensayar las terapias existentes dirigidas a la mucosidad en personas con EPOC para determinar si el tratamiento de los tapones de mucosidad podría tener un impacto positivo en los resultados de los pacientes.
Mientras tanto, la investigación demuestra que hay factores que afectan a la mortalidad de la EPOC de los que aún sabemos poco, y que no todos estos factores se manifestarán necesariamente como síntomas para el paciente.
«El hecho de que estos tapones mucosos se asociaran a la mortalidad en las distintas fases de la enfermedad nos indica que hay aspectos de la progresión de la EPOC que pueden detectarse en un TAC aunque el paciente no los perciba», afirma Díaz. «No es tan sencillo como para decir que todas las personas con EPOC tienen que salir corriendo a hacerse un TAC mañana mismo, pero es algo que los clínicos deben tener en cuenta cuando trabajan con sus pacientes».
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