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Una nueva investigación demuestra que además de la medicación farmacológica también es necesaria la intervención familiar para prevenir las recaídas y gravedad en pacientes que hayan sufrido un primer episodio psicótico, reduciendo estas recaídas en un porcentaje superior a la mitad.
La investigación es obra de Miguel Camacho Gómez, egresado de Psicología de la Universidad de Jaén (UJA) en España, y con la tutoría del Doctor Pere Castellví Obiols, profesor e investigador del Departamento de Psicología de la UJA y miembro de la Red PROEM. El trabajo tiene un carácter pionero, porque es la primera vez que se evidencia este hecho a través de metaanálisis y ha sido publicado recientemente por la revista científica Schizophrenia Bulletin, una de las diez más importantes a nivel mundial en el ámbito de la psiquiatría y la más relevante sobre esquizofrenia.
Los resultados de esta investigación demuestran que los pacientes que han tenido un primer episodio psicótico, cuyos familiares reciben un entrenamiento en psicoeducación (sobre el curso de la enfermedad, en estrategias para afrontar el estrés y manejar las crisis psicóticas, en mejorar la atmósfera y la comunicación familiar y en el entrenamiento en detección de señales de recaída), junto con su medicación farmacológica, reducen significativamente, en un 58 %, las tasas de un segundo episodio psicótico. A su vez, disminuyen los días de hospitalización debido a las recaídas y los síntomas psicóticos, y mejora su funcionalidad al cabo de dos años respecto a los que solo reciben medicación farmacológica.
“En muchas ocasiones, un primer episodio de psicosis es la primera fase para futuros trastornos graves de tipo psicótico como la esquizofrenia”, explica Pere Castellví. “Además, el hecho de haber sufrido un primer episodio psicótico aumenta la probabilidad de nuevos episodios, ya que el 80 % de los pacientes recae tras el episodio inicial, a pesar de haber respondido favorablemente al tratamiento farmacológico y haber alcanzado la remisión clínica, por lo que la detección y el tratamiento precoz pueden mejorar el curso posterior de la enfermedad, su cronicidad y gravedad y puede mejorar su funcionalidad y calidad de vida”, insiste el investigador de la UJA.
De esa manera, mediante el metaanálisis realizado, han detectado que normalmente los primeros episodios psicóticos ocurren durante la adolescencia y la juventud, momento en el que la mayoría de afectados aún conviven con sus padres y familiares de primer grado. Por tanto, la complicidad, el apoyo y un entrenamiento psicoterapéutico de los familiares cercanos pueden ayudar a prevenir las recaídas de las psicosis y favorecer el afrontamiento de la enfermedad.
“La intervención familiar es la primera intervención psicoterapéutica que demuestra ser eficaz para este tipo de resultados en estos pacientes”, indica Miguel Camacho Gómez. Por lo tanto, “estos resultados pueden tener muchas implicaciones de práctica clínica, ya que recomienda que la intervención familiar sea una intervención de primera elección para este tipo de pacientes junto con la medicación psiquiátrica”, argumenta el egresado de la UJA.
Esta investigación forma parte del Trabajo Fin de Grado (TFG) presentado y defendido en la Universidad de Jaén (UJA) por Miguel Camacho, premiado en la XXII Convención de la Psicología Andaluza que organiza el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO) como el mejor Trabajo Fin de Grado de la provincia de Jaén de 2018.
enero/7/2023(Fundación Descubre)