Humanizar los cuidados no tiene por qué ceñirse al centro sanitario sino que puede trasladarse al domicilio para acompañar al paciente en su recuperación. Como muestra, la Unidad de Hospitalización a Domicilio Neonatal del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, que ya ha atendido a más de 300 recién nacidos desde su creación en octubre de 2014.
mar
30
Se trata de una unidad caracterizada por su multidisciplinariedad donde trabajan codo con codo psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras y neonatólogos. Según Esther Aleo Luján, directora del Instituto del Niño y del Adolescente del Clínico, esta es una de las características que la hacen algo diferente de sus hermanas mayores, las unidades de Alta Precoz de los hospitales 12 de Octubre y La Paz, ambas en Madrid.
Los profesionales de Enfermería del Servicio de Neonatología de La Paz atienden desde 2000 anualmente a 400 niños con la visita de una enfermera a domicilio y formación de los padres. El programa de alta precoz en prematuros del 12 de Octubre, creado en 1986 y pionero en la actividad, ha dado el alta desde Neonatología a 6235 niños con una tasa de reingreso del 1,1 %, ahorrándose 37 410 estancias.
La unidad del Clínico comenzó su andadura favoreciendo el alta precoz de grandes prematuros o de bajo peso de larga estancia una vez que se encontraban clínicamente estables. “Según la evidencia científica, una vez estables se benefician más de un alta precoz que de mantenerles en el hospital”, ha explicado Aleo. Los beneficios van más allá de los sustanciosos gastos que generan los pacientes complejos e incluyen evitar el riesgo de infecciones, la dificultad para mantener una adecuada lactancia materna.
“En la segunda fase vimos que había pacientes a los que se les daba el alta con un peso muy justo o una lactancia no bien establecida... y que a veces reingresaban”; de esa forma se les incluyó también y ahora son el grueso de la iniciativa.
Los niños participantes pueden proceder de la Maternidad, de la Unidad de Cuidados Medios o de la UVI neonatal. “Los motivos de ingreso pueden ser diferentes: por peso -por debajo de 2100 gramos- o porque necesitan cuidados especiales, como una ostomía, una displasia broncopulmonar que requiera oxígeno, o mucha medicación”, ha explicado María Isabel Armadá, neonatóloga.
Evaluación y capacitación para el ingreso domiciliario
No solo la situación del niño se tiene en cuenta para decidir si el ingreso domiciliario es una posibilidad, sino que también los padres y su entorno son evaluados para cuidar de su salud y ayudarles a normalizar la situación dándoles pautas de psicohigiene, ha añadido la psicóloga Isabel Cuéllar. Según Ana López, trabajadora social, también se estudia la situación sociofamiliar y la red de apoyos para asegurar que no existe una situación de vulnerabilidad. Además, desde trabajo social se apoya a las familias en trámites burocráticos.
Por su parte, Lucía Costas, enfermera encargada de las visitas al paciente en el ingreso domiciliario, en sustitución de Carmen Hernández, ha explicado que desde enfermería y neonatología se valora si el niño ingresado podría entrar en el programa. Una de las variables que se tienen en cuenta es la estación del año: “No es lo mismo dar el alta en plena estación de virus respiratorios que en agosto. Intentamos inculcarles a los padres que, aunque estén en casa, los cuidados deben ser iguales a los hospitalarios, por lo que deben limitar las visitas, no salir a la calle…”, ha añadido Armadá.
Por eso, además de preguntar a los padres si quieren involucrarse en el programa, se les capacita en la prevención de infecciones respiratorias, en la realización de RCP y en el manejo de los cuidados. “La hospitalización domiciliaria les ayuda a perder el miedo”, y el hecho de que les visiten también.
Durante el ingreso domiciliario, los padres pueden ponerse en contacto a cualquier hora del día con los profesionales del Clínico, tal como si estuvieran hospitalizados y se les entrega una agenda para llevar el registro de las tomas, el peso diario y otras variables. Además, Costas está en contacto diario con los padres y se encarga de comprobar las constantes, la alimentación, la hidratación y el vínculo entre madre e hijo y con el resto de la familia, así como favorecer la transición de cuidados. “Si es necesario nos ponemos en contacto con los pediatras y si lo creemos conveniente se realiza una analítica”. El enlace para asegurar la lactancia, realizar el seguimiento y resolver problemas es Cristina Nieto, matrona de lactancia.
Transferencia fluida a AP en ingreso domiciliario
Según Aleo, la transferencia paulatina y fluida del paciente a Atención Primaria es otra de las novedades de la unidad. “Con los pacientes más complejos les enviamos el informe y les explicamos que está en ingreso domiciliario. En estos casos difíciles la enfermera de hospitalización a domicilio acompaña a los padres a la primera visita”. Hasta tal punto llega la coordinación que desde el Servicio de Farmacia Hospitalaria también procuran ponerse en contacto con las farmacias del barrio de procedencia de cada familia para poder asesorar sobre las fórmulas magistrales que necesitan los bebés.
La satisfacción de familias -95,5 por ciento- y profesionales es alta. No obstante, a veces pueden producirse reingresos, aparte de por problemas de lactancia, en prematuros tardíos “puede deberse a hiperbilirrubilemias que necesiten tratamiento, a que el bebé no medre o a motivos sociales, que, a pesar de la valoración previa del domicilio y el entorno, se determine que no es adecuado”, ha concluido Armadá.
Píldoras para la salud neonatal
La campaña Píldoras para la Salud, del Colegio de Médicos de Navarra, se centra en su última edición en el cuidado domiciliario de prematuros. Su objetivo es ayudar a los padres en el cuidado y a interpretar las conductas habituales de los niños: “Los movimientos son más bruscos, duermen más horas al día y pueden ser más irritables que los bebés a término, y su estómago es más pequeño por lo que las tomas son de menos cantidad pero más frecuentes. No deben preocupar los estornudos, el hipo, los bostezos, el tembleque de barbilla, los sobresaltos al escuchar ruidos, la congestión nasal puntual o que las deposiciones sean de 6-8 al día o 1 cada 1 o 2 días”, ha explicado Ana Lavilla, miembro de la Sociedad Pediátrica de Especialistas Quirúrgicos e Intensivos Sopequin-Navarra.
No obstante, Lavilla ha añadido que es importante conocer los síntomas que sí deben de hacer sospechar que el bebé puede estar enfermo y que debe acudir al médico:
- El rechazo de las tomas.
- Mayor somnolencia de la habitual.
- Vómitos repetidos.
- Deposiciones más frecuentes, cuantiosas y líquidas.
- Signos de deshidratación.
- Llanto continuo que no consuela en brazos.
- Inflamación de alguna articulación.
- Tos frecuente.
- Respiración diferente, dificultosa, mayor frecuencia respiratoria o pausas en la respiración.
- Fatiga y sudoración con las tomas.
- Fiebre, convulsiones, manchas y cambio de color en la piel.