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El tratamiento intervencionista de las arritmias, en sus distintas modalidades (ablación con radiofrecuencia, crioablación e incluso ablación quirúrgica), es una de las principales vías de resolución de esta alteración cardiaca.
En pacientes adultos, esta estrategia está perfectamente consolidada y validada y ahora, a pesar de que la experiencia con estos procedimientos en España no es muy elevada, empieza a entrar de lleno en un creciente número de casos de niños con alteraciones arrítmicas por los beneficios que muestran estos tratamientos.
Los datos de un trabajo llevado a cabo por los equipos de Cardiología y Pediatría del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y del Instituto de Investigación Sanitaria del mismo centro (IiSGM) sobre 291 procedimientos en 224 niños, con una edad media de 12 años, y que se ha publicado en la Revista Española de Cardiología, ponen de manifiesto que la ablación con catéter en arritmias de pacientes pediátricos es una opción de tratamiento efectiva y segura, con un elevado porcentaje de éxito y mínimas complicaciones, para diversas indicaciones, incluso en niños con alteraciones arrítmicas complejas, explica a DM Felipe Atienza, del Laboratorio de Electrofisiología y Arritmia del Servicio de Cardiología del Gregorio Marañón, quien hace hincapié en que “los resultados se relacionan directamente con el hecho de que los procedimientos se realicen en centros especializados de referencia, con equipos multidisciplinares entre los que debe haber cardiológos, pediatras y cirujanos cardíacos, entre otros”.
Cuando se cumplen estos requisitos, la ablación con catéter de arritmias en la población infantil afectada suele ser resolutiva en un 98 % de casos, con una mínima tasa de complicaciones mayores: en torno a un 0,35 %.
Especial complejidad
Según Atienza, muchas de las arritmias que se tratan en los niños son similares a las de los adultos: taquicardias paroxísticas supraventriculares, vías accesorias, aunque también se ha ido incrementando el número de pacientes tratados con arritmias más complejas. Además, como el Gregorio Marañón es centro de referencia (CSUR) de cardiopatías familiares, el equipo también recibe, derivados de otras comunidades autónomas, a niños con enfermedades congénitas que necesitan tratamientos antiarrítmicos. “Estos casos son de especial complejidad porque se trata de niños con alguna enfermedad congénita que necesita de la aplicación de abordajes mucho más dificultosos”.
El cardiólogo explica que, aunque el intervencionismo se contempla desde hace años en pacientes pediátricos, año tras año se observa un aumento en los procedimientos realizados. Este hecho obedece a que cada vez hay más casos con mayor supervivencia porque se intervienen. “Son niños que o no sobrevivían o no accedían al tratamiento intervencionista de la arritmia más adecuado que, hoy por hoy, podría considerarse curativo y consigue mejorías significativas en un elevado número de casos”.
Anteriormente, muchos de los niños con arritmias no eran susceptibles de tratamiento o en ellos se acometían abordajes más conservadores. Sin embargo, la experiencia y la evidencia científica actual muestran el beneficio de adoptar una actitud más intervencionista, curativa en un elevado número de casos, porque “las supervivencias son muy elevadas y porque cada vez existen niños con cardiopatías más complejas y con arritmias que deben ser tratadas”.
Centros de excelencia
En el trabajo publicado, que también ha contado con la colaboración de profesionales del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CiberCV) del Instituto de Salud Carlos III y de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, ambos en Madrid, se subraya la necesidad de que este tipo de procedimientos de cardiología intervencionista se lleven a cabo en centros especializados de referencia como forma de asegurar una asistencia multidisciplinar y compleja para patologías muy específicas a todos los pacientes.
En el caso del Gregorio Marañón, el 46 por ciento de los niños con arritmias tratados procedían de otras comunidades autónomas. Los motivos de la referencia: que el hospital al que pertenece el paciente carezca de la suficiente experiencia para llevar a cabo el procedimiento o que la complejidad del mismo sea tan elevada que sea preferible remitir a un centro especializado, en el que existen grupos multidisciplinares capaces de cubrir muchas de las áreas implicadas en el abordaje de arritmias infantiles de estas características.
El peso de la experiencia
En estos abordajes intervienen los especialistas que llevan a cabo la ablación, lógicamente, pero también electrofisiólogos con amplia experiencia en la ablación en adultos, ya que la ablación en niños es mucho más compleja; se requiere un equipo de cardiología infantil muy completo que sea capaz de atender todas las necesidades: cirujanos cardiacos, unidades de cuidados críticos y anestesia experta, entre otros. Todos esos elementos son absolutamente necesarios para que el procedimiento se practique adecuadamente. El Gregorio Marañón, CSUR en cardiopatías congénitas, cumple estos requisitos, por lo que estaría perfectamente capacitado para ser además CSUR de arritmias pediátricas.
El avance en la complejidad en las lesiones cardiacas que se tratan es una realidad. De hecho, Atienza señala que se han abordado algunos casos de niños en los que se han practicado ablaciones con asistencias ventriculares y un caso publicado de una crioablación en un lactante en que se requirió el soporte con ECMO, “con lo que el número de especialistas que participa es muy alto”.
febrero 20/2019 (diariomedico.com)