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Mientras lidia con el último brote de ébola en África, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue trabajando en un cambio de estructura y forma de trabajo. Este año comienza su nuevo plan estratégico hasta 2022 y, como primer paso, la organización ha definido diez retos a los que dedicará especial atención este año: contaminación y cambio climático, gripe, resistencias antimicrobianas, atención primaria, dengue, enfermedades no transmisibles, entornos frágiles, ébola, vacunas y virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Con la llegada en 2017 de Tedros Ghebreyesus como director, la OMS emprendió un cambio de rumbo que aún está despegando. Tras analizar su organización interna, Ghebreyesus y su equipo concluyeron que la organización debía ser más eficaz, rentable y eficiente. La reforma organizativa, esquiva durante los últimos años y ahora impulsada, se basa en evaluar sus decisiones en busca de coste-efectividad, ahorro, utilidad y equidad.
Por ejemplo, la OMS ha desarrollado el primer plan financiero de la historia de la OMS, y ha admitido que necesita 12 000 millones más (aumentar un 14 % su presupuesto) y abordar con fiabilidad los objetivos de los próximos cinco años. Estas 10 prioridades esperan beneficiarse de la nueva OMS.
Diez amenazas a la salud global en 2019
Contaminación
La OMS estima que entre 2030 y 2050 el cambio climático será responsable de 250 000 muertes adicionales cada año, por enfermedades y procesos como la desnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés por calor. La contaminación atmosférica se relaciona con daños pulmonares, cardiacos y neurológicos, y se estima que ocasiona la muerte prematura a 7 millones de personas. El 90 % de estas muertes se producen en países de ingresos bajos. El año pasado se celebró la primera Conferencia Mundial sobre Salud y Contaminación Medioambiental, y este año está prevista la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima.
¿Gripe pandémica?
La gripe siempre es una preocupación. Cada año, la OMS recomienda qué cepas deben incluirse en la vacuna para proteger contra la gripe estacional y, de fondo, siempre existe la preocupación por una nueva pandemia. Si ésta llegara, cosa que se da por segura aunque no se sepa cuándo, hay preparado un plan de acción con todos los agentes sanitarios, sociales y políticos implicados “para garantizar un acceso efectivo y equitativo a los diagnósticos, vacunas y antivirales , especialmente en los países en desarrollo”. 153 instituciones de 114 países están implicados en la vigilancia anual del virus y de su influencia.
Resistencias antibióticas
El desarrollo de antibióticos, antivirales y antipalúdiscos es un éxito médico, pero amenazado. Las crecientes resistencias antiomicrobianas augura más dificultades para tratar enfermedades como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea y la salmonelosis, advierte la OMS. Además, si falla la prevención de estas infecciones, otros procesos como las cirugías y tratamientos como la quimioterapia quedarían comprometidos. La OMS trabaja en un plan global de acción en el que se integren la salud humana y la animal para combatir un problema que ya deja 1,6 millones de fallecimientos cada año.
Atención primaria
El primer nivel asistencial está siempre en la picota. Como casi siempre, el principal problema de su debilidad lo sufren especialmente los países poco desarrollados, aunque otros desarrollados, como España, consideran que la primaria está infravalorada. El año pasado se firmó la Declaración de Astana, el nuevo Alma-Ata 40 años después del original, cuyo desarrollo debería comenzar a notarse en 2019. La OMS considera que muchos países de bajos y medios ingresos carecen de instalaciones y recursos en el primer nivel, lo que afecta directamente al resto del sistema sanitario y a los indicadores de salud.
Dengue
Esta enfermedad, que puede ser mortal en el 20 % de casos graves, lleva décadas suponiendo una creciente amenaza. Su influencia en países afectados por estaciones especialmente lluviosas (India, Bangladesh…) está aumentando, debido a que estos ciclos meteorológicos se están alargando y provocando la extensión de la enfermedad a países vecinos que, tradicionalmente, no estaban apenas afectados. La OMS estima que el 40 % de la población mundial está en riesgo de contraer dengue y cifra la incidencia en 390 millones de casos al año. El objetivo es reducir las muertes en un 50 % para 2020.
Enfermedades no transmisibles
Las enfermedades no transmisibles -diabetes, cáncer y cardíaca- son responsables de más del 70 por ciento de las muertes en el mundo. Esto se traduce en el fallecimiento prematuro de 15 millones de personas entre los 30 y los 69 años, de las que más del 85 por ciento se producen en países de ingresos medios o bajos. El aumento de las dolencias no transmisibles se debe a cinco factores de riesgo: el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo, una dieta poco saludable y la contaminación. La OMS se unirá a los gobiernos para aplicar políticas que reduzcan la inactividad física un 15 por ciento para 2030.
Entornos frágiles
El 22 % de la población mundial habita en lugares donde las crisis prolongadas -que combinan sequías, hambrunas, conflictos y desplazamientos de población- y la debilidad de los sistemas de salud les dejan sin acceso a los cuidados básicos. Estos entornos frágiles existen en casi todas las regiones del mundo y es en esas zonas donde la mitad de los aspectos clave de los objetivos de desarrollo sostenible, incluyendo la salud materno-infantil, no se cumplen. La OMS quiere seguir trabajando para fortalecer esos sistemas de salud, para que estén mejor preparados para detectar y tratar brotes, así como proveer servicios sanitarios de calidad.
Ébola y otros patógenos
La República Democrática del Congo ha sufrido en 2018 dos brotes de ébola, uno aún activo, que se ha producido en zonas con gran densidad de población. Durante la conferencia Prevención de Emergencias de Salud Pública se pidió a la OMS que designe a 2019 como el año de acción para la prevención de las emergencias de salud, especialmente en zonas muy pobladas. La OMS ha identificado los patógenos -ébola, otras fiebres hemorrágicas, síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio, el SARS y la enfermedad X…-, con potencial para causar emergencias y sin terapias eficaces ni vacunas para priorizar su desarrollo e investigación.
Movimientos antivacunas
Los movimientos antivacunas amenazan los progresos conseguidos en salud pública. La vacunación previene entre 2 y 3 millones de muertes al año y se podrían evitar 1,5 millones más si la cobertura global mejorara. Las razones por las cuales ciertos sectores deciden no vacunarse son complejas, un grupo de asesores de la OMS ha identificado la autocomplacecncia, la falta de acceso a las vacunas y la falta de confianza como algunas de las razones para el descenso en la vacunación. En 2019 la OMS reforzará las acciones para eliminar el cáncer de cérvix y quizá sea el año en que se eliminen las transmisiones de polio salvaje en Afganistán y Pakistán.
Auto-test en VIH
22 millones de personas están en tratamiento con antirretrovirales. Sin embargo, pese a los grandes avances en el abordaje del VIH, la epidemia no se ha detenido y cada año casi un millón de personas mueren a causa del VIH o del sida. Desde el comienzo de la epidemia, 70 millones de personas se han infectado, 35 millones han fallecido y actualmente 37 millones viven con el virus.
La OMS se centrará en 2019 en apoyar la introducción del autotest de VIH o medidas preventivas si el resultado es negativo. Además, junto a la Organización Internacional del Trabajo apoyarán a las empresas que ofrezcan el autotest en el ámbito laboral.
enero 21/2019 (diariomedico.com)
enero 22, 2019 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under:
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