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Los trastornos de la alimentación son enfermedades mentales graves que se manifiestan de diferentes formas diagnósticas, como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.
En los últimos años, diversos estudios han enfatizado la participación de procesos neuropsicológicos en la anorexia y la bulimia nerviosas. Una reciente investigación ha revisado las evidencias sobre los déficits en funciones ejecutivas, sesgos atencionales y coherencia central en la anorexia y la bulimia nerviosas en relación con un perfil neuropsicológico de riesgo, un perfil neuropsicológico diferente asociado a las mencionadas enfermedades alimentarias y el papel de variables (índice de masa corporal, edad, ansiedad, impulsividad, alexitimia, estado de ánimo, imagen corporal) en la presencia de déficits neuropsicológicos.
Tras una revisión de los estudios empíricos de los últimos siete años encontrados en las bases de datos Medline y PsycINFO para inglés, y Dialnet y Psicodoc para castellano, se seleccionaron 28 artículos conforme a unos criterios preestablecidos.
Según las evidencias disponibles, parece existir un perfil de riesgo caracterizado por rigidez cognitiva y coherencia central débil. Los resultados parecen más consistentes en relación con el perfil de riesgo en la anorexia nerviosa. Además, tanto en la anorexia como en la bulimia nerviosa existen sesgos atencionales relacionados con el reconocimiento de emociones y aspectos sociales, como las caras de enfado y el procesamiento de caras ambiguas. El rasgo de alexitimia sería una variable moduladora en esta dificultad de reconocimiento de caras ambiguas.
Con todo, los investigadores hallan ciertas inconsistencias en los estudios probablemente debidas al tipo de metodología utilizada, los diferentes tamaños muestrales y el empleo de distintas pruebas para valorar el mismo proceso neuropsicológico. El estudio fue publicado por Rev Neurol 2018.
diciembre 3/2018 (neurologia.com)