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Un nuevo coronavirus, que proviene de los murciélagos y que causó la muerte de casi 25 000 cerdos en China entre 2016 y 2017, apareció en la región donde se produjo el brote de neumonía atípica o ‘SARS’ en 2003, indicaron investigadores.
‘El descubrimiento de nuevas infecciones en los animales representa un riesgo alto de infección en los humanos que están en estrecho contacto con ellos’, explicó Zhengli Shi, investigadora del Instituto de virología de Wuhan, coautora del estudio publicado el miércoles en la revista Nature.
Esto permite tomar medidas de prevención en una etapa precoz, resaltó la investigadora.
Los investigadores realizaron exámenes a 35 trabajadores agrícolas que estuvieron en contacto con estos cerdos enfermos. Ninguno dio positivo al nuevo virus, el coronavirus del síndrome de diarrea aguda porcina (SADS-CoV), constatado en cuatro criaderos porcinos de la provincia china de Guangdong, al sur de China.
Actualmente, seis coronavirus son conocidos por provocar enfermedades en los humanos.
Sin embargo, hasta ahora solo dos de ellos han provocado epidemias de enfermedades mortales en los humanos, el del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio coronavirus de Oriente Medio (MERS Cov), precisó el Instituto Nacional estadounidense de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que financió esta investigación.
La epidemia del SARS, que empezó en China a finales de 2002, estalló en varias partes del mundo en 2003 y dejó cerca de 800 muertos. El reservorio de ese virus también era un murciélago insectívoro.
La identificación de nuevos virus en los animales y la rápida determinación de su potencial de infectar a las personas es un medio clave para reducir las amenazas para la salud mundial, indicaron los investigadores.
El virus encontrado en el intestino delgado de los cerdos enfermos tiene una secuencia genética similar a la de un coronavirus de murciélago descubierto en 2007. El estudio permitió hallarlo en 71 de 596 ejemplares (11,9 %) de murciélagos recolectados entre 2013 y 2016 en la provincia de Guangdong.
Este trabajo contó con la colaboración de científicos de EcoHealth Alliance, de la escuela de medicina Duke-NUS en Singapour, del instituto de virología de Wuhan y otras organizaciones chinas.
abril 5/2018 (AFP)