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Estudios anteriores han mostrado que los adultos y las personas jóvenes que son activos físicamente tienen un menor riesgo de desarrollar depresión. Pero el mismo efecto no había sido estudiado en niños, hasta ahora.
Los resultados de un nuevo trabajo publicado por la American Academy of Pediatrics, realizado por científicos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, indican que los niños reciben el mismo efecto beneficioso de mantenerse activos. Hablamos de una actividad física de moderada a vigorosa, que deje a los chicos sudorosos o sin aliento.
El equipo de Tonje Zahl, Silje Steinsbekk y Lars Wichstrøm ha hecho un seguimiento a cientos de niños a lo largo de cuatro años para ver si podían encontrar una correlación entre la actividad física y los síntomas de la depresión.
Los investigadores examinaron casi 800 niños cuando tenían seis años de edad, y llevaron a cabo exámenes posteriores con unos 700 de ellos, cuando tenían 8 y 10 años. La actividad física se midió con acelerómetros, que sirvieron como una especie de podómetro avanzado, y también se entrevistó a los padres acerca de la salud mental de sus hijos.
Los niños físicamente activos con seis y ocho años de edad mostraron menos síntomas de depresión cuando fueron examinados dos años después. La actividad física, por tanto, parece proteger contra el desarrollo de este trastorno.
Esto es importante saberlo, porque probablemente sea una indicación de que se puede utilizar la actividad física para prevenir y tratar la depresión ya en la niñez, tal como razona Steinsbekk.
febrero 06/2017 (Noticias de la ciencia)