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Un equipo valenciano desarrolla un método para mejorar los resultados en pacientes con displasia acetabular e hiperlaxitud con rotura de ligamento redondo.Estudios recientes apuntan que el ligamento redondo cumple una función estabilizadora de la cadera, ayudando a prevenir luxaciones y que la cadera se salga de su lugar. Tradicionalmente, la opción quirúrgica no siempre alcanzaba los resultados esperados, ya que los sistemas de fijación comprometían en muchos casos la vascularización de la pelvis.
Pablo Gastaldi, traumatólogo del Hospital Nisa 9 de Octubre, en Valencia, ha ideado un innovador sistema de fijación más sólida y segura que, basándose en la elección de la zona acetabular como punto de anclaje y un cambio en la orientación del túnel por el fémur, supera las soluciones convencionales, centradas en la utilización de suturas y que se saldaban con grados de fijación mejorables.
El especialista ha probado esta técnica en un paciente (intervenido en dos ocasiones de artroscopia de cadera en otro centro, con dolor y signos de inestabilidad) y, en vista de los resultados, publicará un artículo en «Arthroscopy».
Según Gastaldi, «la intervención se realiza mediante artroscopia y, a través de ella, realizamos una plastia del ligamento roto. Para ello, lo sustituimos por un tendón del propio paciente». Con la realización de un túnel «que recorre la cabeza del fémur hasta el acetábulo y hacia el isquión, logramos una vía por la que pasar el tendón, que queda fijado mediante un tornillo interferencial no metálico».
El especialista ha explicado que la novedad «es que los otros sistemas, por la orientación del túnel, tienen muy poco recorrido para que se fije la plastia, el sistema de fijación que utilizan no es sólido y es arriesgado de colocar porque tienen que desplegarlo dentro de la pelvis, donde hay vasos que se pueden dañar. Con el sistema que empleo, cambiando la orientación del túnel (desde anterior a posterior, no desde lateral a medial, a través del fémur), conseguimos un largo túnel óseo que no penetra en la cavidad pélvica y que permite una fijación más sólida, con un tornillo interferencial».
Ello garantiza que el resultado sea «más sólido y seguro» y, tras la intervención, el paciente precisa someterse a un proceso rehabilitador que ronda los cuatro meses.
Según Gastaldi, «el primer mes el paciente permanece en carga parcial con muletas y con limitación de la movilidad y posteriormente va recuperando la movilidad completa y la fuerza». En su opinión, los pacientes tipo para esta intervención serían aquéllos «con displasia acetabular e hiperlaxitud con rotura de ligamento redondo, ya que en estos pacientes este ligamento tiene especial importancia para mantener la estabilidad de la cadera». En cambio, no estaría indicado en pacientes con artrosis de cadera.
Las lesiones del ligamento redondo afectan de manera especial a pacientes que desarrollan una actividad física continua. Quienes practican deportes y actividades como fútbol, running (sobre todo de montaña), artes marciales, ballet o, más recientemente, crossfit, que precisan de flexiones, rotaciones repetitivas de cadera e hiperabducciones, son más propensos a desencadenar lesiones en el ligamento redondo de la cadera. Los síntomas son, entre otros, dolor anterior de cadera, inguinal y en la nalga, y sensación de que la cadera se sale.
marzo 31/2016 (Diario Médico)