El 95 % de los niños de entre 7 y 36 meses ingieren más proteínas que las recomendadas para su edad, según concluye el estudio Alsalma 2.0 que ha realizado Danone Nutricia dentro de su programa Alimentando la salud del mañana, que se ha persentado en el Colegio de Médicos de Madrid.

Los especialistas han relacionado este exceso de proteínas con el rebote adiposo y la aparición de obesidad que comienza a aparecer a partir de los 7 años. Vicente Varea, jefe de la sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición en el Hospital San Juan de Dios, de Barcelona, que ha participado en el estudio, afirma que la obesidad infantil que se aprecia en nuestro país «no es fruto de la casualidad sino que proviene de la nutrición recibida en los primeros años». Por ello, el estudio, que ha contado con una muestra de 1559 niños y casi 200 pediatras durante un año, ha revelado las carencias y excesos en los niños durante sus primeros 36 meses de vida, así como las consecuencias que tendrá para su salud durante toda su vida.

Para realizar el estudio Alsalma 2.0 se analizaron los hábitos nutricionales de la población, y las madres rellenaron un diario detallando todas las comidas que recibían los pequeños. Los datos extraídos mostraron que el 70 % de los niños seguían de forma adecuada la dieta mediterránea. Por otro lado, el estudio constata el aumento del consumo de comida rápida, donde un 90 % de la población afirmó asistir a este tipo de establecimientos al menos un día a la semana.

«Estamos criando a niños gorditos», ha manifestado Varea. El estudio indica que la mayoría de los niños nacen con un índice de masa corporal adecuado; sin embargo, conforme crecen se van alejando del peso corporal recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados se encuentran en la línea del estudio piloto Alsalma 1.0 que puso de manifiesto el exceso y carencia de nutrientes como causa de obesidad en niños menores.

Carencia de Vitamina D
Dentro de las conclusiones del estudio se mostró un déficit de vitamina D en la dieta de los más pequeños. «Mantener la suplementación con vitamina D más allá del año es fundamental», ha subrayado Jaime Dalmau, jefe de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe, de Valencia, y ha alertado de que solo un 5 % de los niños reciben este suplemento.

La vitamina D se ha introducido durante años para evitar el raquitismo pero su ingesta tiene una función inmunomoduladora, permitiendo el mantenimiento de órganos y sistemas. «Esta vitamina no ha sido abordada históricamente como debería, pero en los próximos años tendremos más información sobre ella».

Los mil primeros días
Las últimas investigaciones llevadas a cabo en todo el mundo demuestran que la nutrición en los tres primeros años de vida del niño tienen un fuerte impacto en el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad durante cualquier etapa de su vida. Alsalma 2.0 desmitifica la creencia popular de que el niño «debe comer igual que el adulto», ha explicado Dalmau. «Los niños tienen unas necesidades de macro y micronutrientes concretas» que si son suplidas correctamente  previenen la aparición de enfermedades tardías. Los inconvenientes que pueden aparecer a lo largo de la vida van desde consecuencias a corto plazo como la desnutrición hasta un mal desarrollo del cerebro que dificulte la realización de la sinopsis entre las neuronas.

Dentro de los mil primeros días también deben tenerse en cuenta los meses de embarazo en los que el feto puede desarrollar enfermedades posteriores; por ejemplo el exceso de glucosa en el feto provocará alteraciones que repercutirán durante el resto de su vida. El estudio Alsalma 2.0 advierte que, de no mejorar los hábitos alimenticios en los primeros años de vida, «no habrá ningún sistema nacional de salud que pueda sufragar los gastos de todos los niños obesos que estamos criando».

La ingesta de pescado previene complicaciones

La nutrición hasta los tres años resulta fundamental para el niño, especialmente durante los doce primeros meses de vida, donde la introducción de alimentos debe realizarse de forma adecuada e individualizada. Alimentos como el pescado pueden incorporarse a partir del sexto mes, ya que su aporte de omega 3 previene complicaciones; su ingesta ha de primar sobre la carne. Jaime Dalmau aconseja que los niños se enfrenten a alimentos sólidos desde una edad temprana para aprender a masticar de forma adecuada y que tomen fruta natural.
febrero 20/2014 (Diario Médico)

febrero 20, 2014 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Nutrición, Pediatría | Etiquetas: , , , |

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