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El aumento global en los fondos para investigar las enfermedades históricamente ignoradas debe estar acompañado por un continuo foco en la búsqueda de nuevas formas prácticas para limitar la presencia de estas dolencias en el mundo en desarrollo, señaló un informe el miércoles.Mary Moran, una de las autoras del reporte Global Funding of Innovation for Neglected Diseases (G-FINDER) señaló que el aumento del gasto público en investigadores locales es una estrategia comprensible en tiempos de dificultad económica, pero solo si se logra el objetivo de crear nuevas medicinas y vacunas para el mundo en desarrollo.
El primer reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre enfermedades ignoradas indicó el año pasado que mientras que cuestan miles de millones de dólares en pérdida de productividad, suelen ser ignoradas porque afectan sobre todo a los pobres y no ofrecen un mercado rentable a los laboratorios.
En el informe G-FINDER, Moran mencionó éxitos recientes de las llamadas asociaciones para el desarrollo de productos (partnerships for product development, PDP) entre farmacéuticas y grupos de investigación y dijo que otros proyectos similares podrían desarrollar más productos útiles similares.
Una vacuna que cuesta apenas 0,50 dólares y que fue diseñada para proteger contra la meningitis A fue lanzada el año pasado, y hay desarrollos de inmunizaciones contra la tuberculosis en estadio avanzado.
El informe mencionó que las PDP actualmente cuentan con 140 fármacos, vacunas y herramientas de diagnóstico en desarrollo, incluida una inmunización contra el paludismo de GSK, cuyos ensayos están en etapa final.
El informe G-FINDER reveló que el financiamiento interanual de las enfermedades ignoradas aumentó 239 millones de dólares en el 2009, con el mayor crecimiento debido a financiadores públicos como los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH). La contribución farmacéutica creció en 43 millones de dólares alrededor del 13% del total del fondo para enfermedades ignoradas del 2009. También mejoró la distribución del financiamiento entre las enfermedades, con el VIH/sida, el paludismo y la tuberculosis concentrando el 72% en el 2009, comparado con el 77% del 2007. Otras dolencias como el dengue y las enfermedades diarreicas ganaron terreno, pero la lepra, el tracoma, la fiebre reumática y la úlcera de Buruli se ubicaron en lo más bajo de la escala, cada una con menos del 0,3% de los fondos.
Londres, febrero 16/2011 (Reuters)